cómo seguimos
con los accidentes cerebrovasculares de la gente, el año pasado o hace dos años la mamá jp: él quería seguir haciendo música.
con los accidentes cerebrovasculares de la gente, el año pasado o hace dos años la mamá jp: él quería seguir haciendo música.
hablemos por acá, va a ser mejor. antes, cuando no había teléfonos personales la gente escribía cartas a mano, en papeles de colores con sobres ídem. el idioma nuevo es difícil: repito como un loro sin entender nada. lo mismo que hacía con la música años atrás. no es que ahora entienda o haya mejorado mucho. por lo menos trato de no repetir como loro. y a veces me doy cuenta de que estoy perdida o equivocada entonces hago silencio, trato de escuchar y acomodar las cosas. anoche un hombre con un saxofón, el escenario a oscuras, una luz apenas insinuando su presencia. me puse los mismos shorts que uso para andar en bicicleta.
cuando nos levantamos (los tres) para buscar algo de beber en la barra escuché que llamaban: "señora". miré y me di cuenta de que no era para mí (qué alivio). era para una (realmente) señora. es decir, otra,
mientras yo trataba de leer la carta t. me hablaba sobre unas trompetas robadas y un bajista que no le caía bien. antes me había explicado algo que pasaba con el modo lidio y la configuración del piano, miles davis, el disco kind of blue y no sé qué más. me cuesta prestar atención cuando mi atención está en ya sabemos dónde.
más tarde fuimos con e. a la casa de balvanera. había mucha gente. más músicos. de esos que llegan de recalada luego de sus propios shows porque es muy difícil volver a casa después de la adrenalina de tocar en vivo. necesitan volver a hacerlo. hay algo adictivo en eso. por suerte no había mosquitos en la terraza. alguien no quiso venir. alguien quiso venir. la música se largó a la una de la madrugada, casi me desplomo en el piso del sueño. estaba sentada, con una mano sosteniéndome la cabeza.
volví muy tarde y después no podía dormirme.
al lugar de los músicos. marian vino mas tarde, con su hijito y su marido. y el bajo de seis cuerdas. cuando llegaron mi cerveza estaba caliente, me estaba quedando dormida y ya daba la noche por terminada. de subir a tocar ni hablar. un par de horas antes habíamos salido del ensayo (marian no porque tuvo que rendir exámenes para entrar al conservatorio y por eso avisó que hoy no contáramos con ella) discutiendo si sí o si no se reserva la sala del piano para la semana que viene, no sé por qué todos piensan que cada encuentro es el último y que luego nadie más va a alcanzar los niveles de voluntad suficientes para volver a juntarse. yo pienso: qué puede haber más importante que la música. los demás: hay que trabajar, pagar las expensas, lavar la ropa, rendir exámenes, consumir los alimentos que están en la heladera a punto de perecer y a merced de los cortes de luz, sobrevivir a los mosquitos, cambiar el agua de los floreros, huir de la lluvia, etc. en fin, resolver las cuestiones domésticas que la vida va poniendo adelante
atacan los mosquitos en las noches
abiertas del verano caluroso.
no hay forma de zafar de este derroche
de vida y salvajismo presuroso
entonces lo mejor es entregarse
dejar la sangre tibia abandonada
que pinchen donde quieran: no inmutarse
al fin que el animal clave su espada
así naturaleza hace sus juegos
a los que su destreza nos somete
nos queman esas ronchas como un fuego
que no se apaga, cruje y arremete
¡auxilio! sálvenme de este suplicio
quiero que se termine ya el solsticio
No estuve en muchas (ni escuchando, ni tocando). La de ayer fue especial. Porque fue la primera de otras que vendrán. No sé cómo. Pero vendrán.
...
Ayer en la jam hice la de John Cage 4'33: digamos que me subí habiendo acordado determinada lista de standards y luego otras personas acordaron algo distinto y yo quedé ahí en medio de la escena con los músicos detrás sino mío, sin saber muy bien qué hacer. Cada vez que llegaba el turno del solo de piano un bajista rubio y simpático me miraba para recordarme "es ahora" y yo le hacía una seña con la mano como para que arrancara él con lo suyo. Así que me pasé Alone Together y un Au Privave en contemplación o mejor dicho, en escuchación de lo que sucedía a mi alrededor, riéndome de mí misma y completamente sudada como si estuviera dándolo todo. Pero no. Pensaba si alguien se preguntaría qué estaba haciendo ahí sentada en el piano metiendo un acorde cada dos coros mientras los caños (había saxo, trompeta y trombón) se descosían con sus improvisaciones beboperas. Eran todos varones (jóvenes) mis compañeros. Y yo estaba literalmente de adorno. Fue una performance minimalista (la mía) con preponderancia de silencios. Cuando terminó el blues de Parker, el chico de la trompeta, que me había pedido que subiera a tocar con él, enfundó el instrumento y emprendió la retirada. Entonces me levanté del taburete y le hice señas para que regresara: esto no es lo que habíamos acordado ¿vos no ibas a tocar Misty? Un saxofonista que tenía al lado dijo dale hagamos Misty pero no me sé la B. El guitarrista, uno de esos que saben absolutamente todas las canciones de todas las épocas y que pueden tocar durante horas sin abatirse, dijo que él podía cubrir lo que los demás no supieran. El chico de la trompeta dijo ok, volvió y la cosa se armó; salió una versión de Misty del tercer subsuelo, bastante descangayada e incierta pero con algunos acuerdos en los desacuerdos que nos permitieron llegar a todos, no sé si juntos pero casi, al momento dominante.
Y al tiro del final.
Fue así como hicimos el honor (o el horror) al día de los enamorados.
Cuando terminamos huimos despavoridos, el chido de la trompeta y yo, directo a la calle, la mirada perdida, los bártulos desordenados, con esa desorientación típica que sentimos en el momento de después de hacer música (o algo que pretende serlo).
Lo hicimos, me dijo. Un papelón hicimos, dije yo. Y nos fuimos muertos de risa.
me desperté temprano, como todos los días. en realidad no se trata de un despertar, más bien de un "no dormir" o de un sueño intermitente. salí de la casa, semidesnuda, tijera en mano (no de jardinería) y sin piedad le saqué las ramas que "sobraban" a las plantas que están delante de la ventana de la cocina con el noble objetivo de que entre el sol y derrame su baño de luz sobre las mesadas. en realidad lo que sucedió fue que me cansé de la indiferencia del jardinero y no veo por qué no podemos podar nosotros mismos nuestras plantas. podemos mientras podamos.
regresé adentro de la casa (hoy hacen 16 grados y tenía un poco de frío, aunque eso no es frío, lo sé).
preparé tostadas de pan negro y un café con leche.
en el ínterin pasé por el falso piano a probar voicings para misty. hay algo en el rompecabezas armónico que no se termina de armar: me canso y toco cualquier cosa ¿a quién le importa? total suena.
construir un vínculo musical es construir un vínculo afectivo. no veo otra manera de hacer música con otras personas.
There will never be another you.
eso era antes. como un sucedáneo del teclado blanco y negro, el tipi tap sobre los cuadritos de la computadora en cualquier momento del día para decir n'importe quoi.
hoy la biblioteca es la mitad de la biblioteca porque regalé los libros (estacionados en doble fila) que hoy sé que no voy a leer ni a consultar; claro, ahora es antes y queda menos mañana. es decir: no me alcanza la vida y las ambiciones se fueron diluyendo.
hace poco pensé que podría dedicarme full time a organizar tareas domésticas como llamar al jardinero para que pode las plantas que están en la parte delantera de la casa frente al ventanal de la cocina y no permiten a la luz entrar. eso, o mandar a arreglar las cortinas que se niegan a subir del todo, comprar una tapa nueva para el inodoro, comprar jazmines y cambiar el agua de los floreros. cuestiones por el estilo. pensé que no necesito realmente más nada. sí el piano, es ya una parte de mi cotidianeidad, no puedo estar sin tocar (aunque sea como sea) pero ni siquiera el sexo.
hasta que en un instante se desencadena una progresión de hechos en apariencia sin importancia pero que me dejan inoperante. porque... ¿por qué?.
de la novela de sartre solo recuerdo que había un personaje que leía los libros de la biblioteca en orden alfabético. un día alguien le pregunta --asombrado por una supuesta arbitrariedad en la selección de los temas de los libros que leía-- cuál era su criterio para elegir sus lecturas. y el hombre contesta que en realidad no pensaba en esos términos, sino que simplemente iba tomando los libros que estaban ordenados alfabéticamente en los estantes.
el autodidacta se llamaba. bueno, quizás tenía un nombre, aunque no lo recuerdo.
necesito deshacerme de las cosas y también necesito comprar un piano para la casa nueva.
en la cama. qué fiasco las personas.
dos versiones de la misma historia [la misma] contadas de una forma o de otra. parece una buena historia en la primera vuelta. después resultó ser pésima. y sin embargo sólo cambió la manera de traer los hechos a la superficie.
...
los saludos se acumulan en una mañana y luego desaparecen. quedamos para el martes en el palacio raggio. quedamos para el jueves en algún rincón san telmo o por ahí. quedamos en que quizás nos vemos la semana que viene.
qué
espanto las noticias que llegaron
no
sé qué hacer con ellas, sólo verlas
pasar
frente a mis ojos (se anegaron
con
lágrimas enormes como perlas)
y
bueh, al final la muerte viene en cuotas
mejor
me ocupo de lo que me apremia
no
sea que me agarren en pelotas
antes
de que termine la pandemia
número
uno: amasijar el piano
(que
suene, aunque parezca cualquier cosa)
número
dos: abrazo lo posible
(no
puedo proseguir. es muy temprano
y
escucho repetir la desastrosa
variación sobre el tumor horrible)
ahora se me puso en la cabeza que quiero hacer un seminario de bajo continuo y aprender a parrillear música barroca.
bueno querido, me hinché las pelotas. qué calor hizo estos días, y eso que yo prefiero el verano al invierno. te cuento que estoy como loca escuchando toda la discografía de horace silver. es de no creer ese muchacho. me pregunto si julito cortazar le habrá dedicado algún párrafo.
ayer fumé y quedé instalada en un limbo por un rato. qué cerca estuve de blah blah blah. se oyen unas zambas cantadas en la noche. hace calor y el pianista nos lleva a todos con la guitarra y parece que ese fuera "su" instrumento. me conmueve esa forma de hacer música como dejar correr agua río abajo, sin esfuerzo. ¿podrá ser para mí eso algún día? j arma un porro y me lo ofrece y me dice dale que no se apague y yo no sé bien qué hacer con el humo y no sé bien qué hacer con la tristeza que no me suelta.
sr blues no sale aún. el ritmo. ese es mi principal problema. ok. también hay "otros" problemas.
tengo que aprender la diferencia entre bebop y hardbop aunque no sé si realmente es algo que necesite saber.
vendieron la casa. no hay más casa: eso es otra muerte más. le digo a g. que para estos días de calor va a ser muy bueno arrojar un puñado de dólares en la bañera y recostarse sobre ellos para sentir la frescura del verano. o algo por el estilo. en este calor aberrante no tener ya esos árboles para ir a dormir debajo de ellos, me parece un espanto.
los paseos en bicicleta, pisar el césped con los pies descalzos, los jazmines, las pelotitas que se caen de las ramas del roble azarosamente, los gattitos ocasionales, los perros ladrando al atardecer, nadar de noche.
ya no hay más de eso. no habrá más de eso. no habrán más veranos en el trébol.
...
¿por qué no me hablás? mi tristeza es profunda y viene de otro lado. pero este distanciamiento repentino e inexplicable. tonto, absurdo. inoportuno. no me ayuda.
y no te alcanza.
qué poco dura el amor. salí a correr anoche, después de siglos o después de dos años que es más o menos lo mismo. las piernas me alcanzarons sólo para dos kilómetros y fue necesario interrumpir porque el calor era demasiado, el aire era demasiado poco y los pensamientos (míos) iban más rápido que los pies (míos). el parque redondo estaba en el lugar de siempre con los mismos árboles cargados de flores, las mismas rejas verdes y la basura repartida equitativamente en todas y cada una de las veredas.
en estos días siento que estoy un poco más liviana y no es metafórico: la fiebre y la gripe y el cansancio relegaron al hambre y dejé de comer como un adolescente desbocado y otro tanto esta ansiedad patética que apareció de repente como si fuera posible otra vez. qué.
no sé qué.
hubo un instante, una palabra. "boba"
¿fue eso?
o "sos tremenda".
o una serie de valoraciones acerca de mi aún no encontrada manera de hacer música. quizás el escuchar "su" manera incendiaria de hacer música. o la profusión de mis manifestaciones y entonces "te gusta elogiarme"
touchée.
(me gusta hablar de lo que me gusta).
un planeta que se aloja en otra galaxia porque la distancia generacional es infinita y sin embargo todo parece tan cercano. hola jime. y ahora silencio. y el recuerdo doloroso de cuánto sufrí con otros silencios. me hacés volver a la escritura cuando estoy tan llena de música, cuando parecía que escribir ya no era necesario.
tomás el bondi a la vuelta de villa malcom que te deja en una parada a mitad de cuadra y caminás hacia la esquina esperás el semásforo y no te animás a mirar hacia adentro de la ventanilla porque no querés que vean que estás viendo.
4 am y estoy escuchando el solo de dexter gordon (lo nombro como si se tratara de alguien a quien conozco desde hace mucho tiempo y con quien comparto algún tipo de intimidad). intento entender qué hace. ya no tengo fiebre. ayer ensayamos y todo salió bastante mal. lo mejor es que no importa.
...
todos con tos. tomo sol. horroroso. no son solos, son otros. los orozco.
...
y fui feliz haciendo eso.
¿qué es esta angustia que no se va?
...
el libro de emmanuel carrère parece elegido a propósito para estas circunstancias particulares de mi vida (o al menos eso pienso cuando me encuentro con algo que se acerca sospechosamente a lo que me sucede en el momento de la lectura). habla sobre enfermedades y elecciones. sobre el cáncer. no me gusta lo que dice. prefiero a sontag.
...
me olvidé por completo cómo era esto de escribir ¿y si no me vuelve nunca?
desde la habitación de al lado llega la voz de la enfermera que le habla suavemente a la abuela. la abuela está despierta pero en un estado de conciencia o de vida casi latente. de vida que se le va yendo mientras los demás esperamos algo que no queremos confesarnos. después vendrá el duelo y esa es la peor parte: la de la ausencia. caminé unas cuadras en el frio: hacía tiempo que no salía a caminar durante una mañana invernal porque los años anteriores en estos meses estábamos confinados. pienso a veces cómo hizo tanta gente para morir sola, sin alguien que le sostuviera la mano o le dijera unas palabras cariñosas.
...
esta tarde tengo que ir a buscar a tina a la casa de la mamá de su papá: es decir, su abuela. otra. hace quince días traje a la niña a que conociera a esta señora. cuando entró en el cuarto y vio que una enfermera le daba de comer en la boca me miró y dijo: es la mamá. los chicos tienen esa facilidad para resolver las cosas. le expliqué que no, que en realidad no era su mamá pero que la estaba cuidando como las mamás cuidan a sus bebés. más tarde cuando vio que yo le tomaba la mano ella pidió hacer lo mismo.
...
y se terninó el tour. champagne y quesos franceses. todo es un festejo porque lo otro... lo otro es demasiado triste. hacemos la parodia de la despedida las veces que sean necesarias.
el mar permanece y se lleva todo. se suceden la novelas de césar aira. me hace reir. un par de días atrás fui a la librería de la vuelta de casa y compré unos poemas y rompecabezas para mi sobrina más chiquita, un bestiario de colores y "la guerra de los gimnasios".
el contrabajista de la orquesta se fue a la provincia de misiones: un trabajo en "madero tango iguazú". por supuesto que todavía no hay reemplazo entonces hay que fijarse cómo hacer con la mano izquierda del piano para que no se nota tanto la ausencia del contrabajista. se supone que esa es "una de nuestras responsabilidades". hay una fecha en mayo que parece demasiado pronto y a la vez demasiado lejos, porque mi hermana ya no va a estar esa semana (vuelve a la isla) y porque quizás ya tampoco esté la abuela de los chicos en este mundo. últimamente todo es esperar a ver qué otra cosa se obtura o deja de funcionar mientras pedimos ayuda para la vida cotidiana en una casa que cada vez tiene menos vida.
compré unas botitas carísimas que no sé si voy a usar.
...
antes del ensayo le explico al bandoneonista que necesito anotar la armonía en cada uno de los compases de silencio para saber qué está pasando en la orquesta mientras yo no toco. él me dice que con escuchar le basta. claro, es lo mejor, pero yo no confío en lo que escucho, o en mi capacidad de ubicarme en la música sin hacer un proceso racional, sin entender lo que sucede.
qué es esto de ir apagándose de a poco. ya lo dije. es una pregunta. papá me llama y quiere saber si hay novedades. las novedades son más o menos las mismas de la semana pasada, ahora con una due date. los chicos se mueren de calor pero no literalmente. digamos: sufren las altas temperaturas como todo el mundo en esta época del año. la muerte es otra cosa. anoche volvimos de nuestro paraíso y trajimos a la abuela a casa con nosotros. porque no debería quedarse sola tu mamá esta noche, sabés.
no puedo creer. bueno, no quiero. pensás: quizás esta es la última vez. todo es por última vez.
siempre.
hace cuatro años (esto es real) fui al teatro a ver a una pianista japonesa. hace cuatro años el 17 de septiembre caía sábado. qué lejos quedó.
hoy es viernes y programo la agenda de los martes para ir a escuchar a una pianista argentina que acompaña cantantes de tango en un galpón polvoriento. la semana pasada me escapé en bicicleta en horario laboral.
...
comí una naranja en la oficina desocupada mientras escribía mails a diestra y siniestra pidiendo cosas que no son importantes. al mismo tiempo (porque se pueden hacer varias cosas simultáneamente) escuchaba el piano. miento: cuando una música me llama la atención tengo que abandonar lo que estoy haciendo. es decir: me distraigo. como siempre en la vida. al final resulta que viví muchos años distraída.
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me voy
a veces sueño con París: me pierdo en las interminables galerías de un museo que parece más un museo de Londres. después la calle y los carruajes. y ese idioma absurdo. al final sucede que en realidad no estaba ahí (bueno, todos los sueños son iguales).
pero la mayoría de mis sueños son de casas nuevas en las que deseo vivir y personas viejas con quienes me reencuentro y conversamos como si hubiéramos dejado de hablar hace quince minutos. la noticia es que ahora yo toco el piano. no hay posibilidades de construir otros vínculos que no estén asociados a la música.
....
hoy por ejemplo tengo que ir a ese lugar que es un galpón gigante y tiene dos pianos. unos amigos organizaban una milonga ahí. hace unos años estuve ahí por primera vez y recuerdo que yo le contaba por teléfono a alguien el inusual hecho de que hubiera dos pianos: uno vertical y otro de cola.
me parece que lo que más sufrí fue que dejáramos hacer música juntos. me doy cuenta ahora que estoy haciendo música con otros y cuando pienso en la posibilidad de que eso se vea interrumpido por alguna razón, me da un enorme miedo y/o tristeza. un miedo que es más grande que el de tocar y equivocarme. volver a quedarme sin música.
escuché una grabación del vals de chopin que hice unos días atrás y me quise un poco. hay algo ahí que está bien. no es que el vals esté ya terminado ni por asomo, muchas cuestiones quedan aún por resolver. pero hay algo de lo musical que está bien y que está relacionado, supongo, con el disfrute. y sé que va a ser mejor con el tiempo.
debería escribir sobre lo que pasa con el bandoneón. lo anoto para recordármelo y para que cuando vuelva por acá a contemplar estos parajes inhóspitos tenga un tema al que referirme. solo diré por ahora que es muy tedioso no poder hacer música por no saber qué tecla es cada nota o qué nota es cada tecla: aparte de leer una partitura hay que leer un mapa de cada uno de los cuatro teclados con las ubicaciones.
es agotador todo el asunto de los teclados de este instrumento infernal. pero por esa misma razón ahora sé que no voy a dejar de buscar hasta que encuentre todo lo que necesito.
todos estamos esperando algo. y en la espera aparece un piano. ¿de dónde viene esa sonoridad? en la habitación de al lado los varones de la familia estudian o hacen operacoines financieras. el reloj tic, se escucha caminando perentorio, tiene las ajugas grandes, tac, es un metrónomo ocasional colgado en la pared de la cocina, tic, que funciona más o menos.
me voy al piano un rato. cuando vuelva, quiero saber todo lo que me hayas ocultado de manera sistemática: por qué tantos años creyendo que no pasaba nada, que la música había sido un incidente, que lo único que importaba es la literatura, que con la plata alcanza, que el sexo lo tapaba todo, etcétera.
(pero si fui feliz igual: sí pero sín música).
.....
revisión del intercambio modal en los preludios de debussy (o e la obra en general, vamos con los preludios porque tengo el libro a mano, nada más). también hay tangos que están hechos de esa sustancia.
...
la indicación es la sieuigente: aprender la melodía, el cifrado, cantar y acompañarse. sin ningún agregado. con eso hacer un video y enviarlo (la peor parte es la de autograbarse). debido al no acatamiento de las consignas se van acumulando videos no hechos, o grabados a medias y sin enviar con partes de un vals, ahora las voces del lieder de mendelssohn, niebla del riachuelo.
por alguna razón no puedo memorizar las letras de los tangos tan rápido como memorizo la armonía o las melodías o las notas. entonces como mi problema no es de memorizar sino de DECIR con la música y ahora la indicación es que TENGO que cantar, pensé que quizás si dejo de pensar en la música o dejo que la música suceda y pienso en la letra tal vez pueda, finalmente, decir algo.
martha cumplió 80 años. sigue tocando el piano. esto recién empieza.
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no hay nada que pueda leer últimamente. mi atención no existe. los ensayos están suspendidos hasta que mejore la situación epidemiologica y por lo tanto este resulta un buen momento para emprender mejoras técnicas o leer música nueva, como las lieder sin palabras de mendelshon. pero qué desesperante es tocar solo con uno mismo.
...
extraño ir a los museos. y bailar tango.
el medicamento está hecho con una bacteria que destruye las plantas desde sus raíces. el objetivo de la acción farmacológica es impedir ciertos procesos celulares y evitar que se reproduzcan las células enfermas y eventualmente, eliminarlas. en el camino, se llevan todo puesto.
Esta bacteria también provoca una putrefacción húmeda de los bulbos y a veces incluso la marchitez de la planta. Es también pectinolítica.
La bacteria es esencialmente vascular. Esta localización es la causa de la marchitez que acompaña la putrefacción blanda de los bulbos.
Además, en caso de destrucción completa del bulbo, la bacteria es capaz de difundirse ampliamente alrededor de la maceta infectada, en particular, cuando los soportes de cultivo se prestan a ello (ejemplo en cultivo en fieltro).
en medio de todo esto cada uno hace lo que puede, algunos chicos van al colegio, otros no. los ensayos. el trabajo, el home office, un escritorio nuevo. etcétera.
por algunas cosas pagás. no hace falta dar todo. ni la mitad de todo (que no sabemos cuáto es). por supuesto nadie quiere renunciar y los arboles siguen ahí en el parque, dejando caer las hojas. con los pasajes expresivos ¿qué pensás hacer? ¿te vas a seguir escondiendo detrás de la tapa del piano?
en el patio, un steinway vertical de más de 60 años (o por lo menos eso parece indicar el estilo del mueble, probalemente sea mas viejo). en el patio están las plantas de marihuana con sus largos tallos y sus flores en plena ebullición. hay un plenario de gente discutiendo cómo seguir. o si seguir. los músicos quieren musicar. no se sabe por cuánto tiempo más.
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salgo de un aislamiento para entrar en otro. la novela de h. no es como la primera.
no quiero ser tu contacto estrecho
queda todo suspendido hasta que se demuestre lo contrario
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lo importante de hoy es el asunto de la bicicleta. fui a buscarla: está impecable, con su canastito para llevar flores y frutas y el ring, los cambios y los frenos funcionan. la chica que me la vendió, embarazada de cinco meses, creo que no tenía ganas de separarse de su bici. volvi a casa desde la plaza congreso por una senda un poco accidentada de la calle alsina, mirando los árboles, esquivando peatones distraidos. cuánta felicidad hay en una bicicleta.
ahora se me puso en la cabeza que tengo que escuchar TODA la discografía de troilo. y así será.
no quiero estar tan despierta. y mucho menos mientras todos duermen: es como hacer algo que no corresponde. el domingo nos encontratmos todos bajo el álamo del jardín. nos reímos mucho. llevé lápices de colores y papeles para dibujar. algunos libros. un cubrecamas y sábanas para la cama de papá. una torta de manzanas (comprada).
no llovió.
hace falta un piano nuevo en esa casa. o por lo menos uno que funcione.
la traducción está suspendida. las lecturas también. la lluvia no. hoy fue feriado (a esta altura, ayer). el del 24 de marzo es un feriado triste. no hay nada que festejar. dormí una siesta larguísima y ahora estoy despierta como recién levantada.
todavía quedan jazmines, como si el verano se empeñara en persistir un poco más.
mi agenda dice que a las 9 de la mañana hay una reunión en la que va a particpar un montón de gente a la que no le interesa participar.
...
tomamos un café por ahí, en una esquina con unas mesas en la calle. no sé cómo agradecerle a g. todo lo que hizo (hace) por mí en términos musicales, personales, de amistad. "si no fuera por vos". él le resta importancia. le cuento que ahora espero que lleguen los sábados: que quiero (a pesar del dolor de estómago) ir a tocar el piano, que me da alegría hacerlo, aunque todavía no sea todo lo perfecto que quisiera. le hablo sobre jp. y sobre su entusiasmo y sobre cómo se nota que adora lo que hace y además logra transmitirlo a la gente que trabaja con él. hay felicidad en todo eso. g. dice que es una bendición que todavía existan personas que se ocupen de estas cosas. con ganas de crear belleza, pienso yo. de hacer algo distinto de los espantos del mundo. algo que trascienda un poco todo el horror de lo cotidiano.
había que estudiar la parte en si. yo me había llevado un cuaderno que no me pertenecía la semana pasada. hice mi trabajo, al parecer soy una "luchadora" o algo por el estilo: hay que sostener el ritmo hasta el final porque si no, te llevan puesta. ahora, por supuesto, estoy obsesionada entonces sueño con la música, me despierto penando en la música y ya memoricé todo [no estás obligada a tocar de memoria, me dice g. le respondo que es algo que se da naturalmente y sobre todo por la forma en la que en señó a aprender la música, es inevitable que en algún momento pueda prescindir de la partitura]. el bandoneonista estudió su parte en la y no es fácil transportar para el bandoneón. es algo que no sabía. las teclas del bandoneón el diablo las puso al azar. y que se arreglen como puedan. a veces no pueden. y lleva tiempo. yo pensaba que el piano era complicado por las dos claves, etc. y no. siempre hay alguno que la tiene más complicada.
...
el piano del lugar donde ensayamos en un stainway que debe tener como 100 años. bueno, quizás no tantos por por ahí. está impecable. los bajos suenan bien, los marfiles están amarillentos pero completos. en los balcones hay macetas llenas de albahacas en flor. en el patio hay otras plantas frondosas de verdes hojas. en algún momento de la tarde empiezan a llegar músicos de todos los colores y tamaños con sus instrumentos.
...
empezó el otoño.
...
le pregunto a lucas si sabe qué es el groove. me contesta "eso que vos no tenés cuando tocás el piano".
todos los días la misma pregunta: alguien va a nadar? puedo poner cloro en la pileta? entonces yo digo que sí, que esperen, que yo voy a nadar. hoy descubrí por ejemplo que soy una pésima nadadora. era algo que ya sabía: como cuando me enteré de que era una pésima bailarina de tango. creo que soy peor nadadora que bailarina de tango. pero más o menos. sé que lo que hago con las piernas está mal y que no logro coordinar la brazada con la patada en casi ninguno de los estilos (hago cosas, pero no de la manera en que deberían ser hechas).
...
mientras tanto siguen llegando mensajes con partes médicos. y mosquitos.
¿hace calor? dónde quedó la exhuberancia irracional de río de janeiro, las plantas creciendo en cualquier lado, las personas semidesnudas porque el calor es insportable, esa manera de hablar. fui a nadar de noche, un rato, no tido mucho tiempo pero el agua me recibe igual. tomo el aire por la boca, lo suelto bajo la superficie por la nariz, siento la resistencia del líquido, pienso: ¿cómo nacer de nuevo?. como nacer de nuevo. hay mensajes con noticias siempre malas, siempre parecidas: el nivel de los glóbulos rojos. o eran los blancos. las defensas que ya no son tales.
cómo se hace para vivir sobre un borde que se va corriendo.
...
ya no hay más exámenes que rendir por lo menos en estos días. traje libros: los de joyce, el ejemplar de la revista sur dedicado a shakespeare, una novelita de césar aira. traje lápices de colores que no voy a usar bien, una libreta o dos, la computadora nueva, algo de ropa, un par de zapatillas, las drogas de prescripción, las lapiceras de pluma.
hoy hablé con una persona cuya mamá falleció hace unos días. le pregunté cómo estaba su mamá y me contestó que ya no estaba. hubiera querido darle un abrazo.
decime qué se siente.
...
comparamos a jorge don con una bailarina francesa que parece un robot. por supuesto que preferimos la versión del bolero de ravel bailada por el argentino sensual, negrito y puto. es más mediterráneo, imaginate aceitunas, la piel suave.
...
filly foal.
jazmines y albahaca. todos pelean por lo que no alcanza. con e. nos reímos mucho, estudiamos los signos, el proceso de comunicación según diferentes escuelas, cosas que no entendemos. pero es divertido. somos el hombre de las cavernas inventando el lenguaje. como decía alejandra: esperando que un mundo sea desenterrado.
antes de que se termine todo.
Etiquetas: hamlet
no me mandes a callar, no me corrijas, no me digas qué tengo que sentir, no me des órdenes, no me hables no te acerques, no me toques, no quieras imposibilidades, el parte médico es estable: sin novedades, no hay fiebre desde el domingo, mientras tanto a la chiquita la llevan al hospital pero le dicen no sé qué de los hematocritos, ahora necesita una nueva transfusión y no se sabe si la quimio sí o si la quimio no, el del virus la pasa bien: no pasa nada. acá: mirá cómo hablás. hablo como puedo. y gracias si hablo. salimos a andar en bicicleta, los árboles nos ven pasar, ese perfume acariciador del pasto recién cortado (ya o dije ¿no'?) el rocío de la tarde que cae, humedad y el aire más pesado, mosquitos, la pileta recargada con todo lo que cae desde el pino (bichos, espinas, gotas de ámbar) no tenía hambre y comí un sandwich de pan negro manteca y jamón y ahora tengo sed y ganas de una fruta. hay olor a espirales quemándose. mi hijo habla con un interlocutor al que no escucho. juegan. dicen que juegan. discuten estrategias para vencer al enemigo. qué pasó pelotudo. no hay flores en el florero vacío. el libro de joyce quedó abierto en el capítulo donde stephen habla sobre hamlet. descubro cuando corrijo un assigment (lo descubro demasiado tarde) que la persona copió párrafos enteros de una página de wikipedia.
farsantes todos.
Get thee to a nunnery. Why wouldst thou be a
breeder of sinners? I am myself indifferent honest, but yet
I could accuse me of such things that it were better my
mother had not borne me. I am very proud, revengeful,
ambitious, with more offenses at my beck than I have
thoughts to put them in, imagination to give them shape,
or time to act them in. What should such fellows as I do
crawling between heaven and earth? We are arrant
knaves all. Believe none of us. Go thy ways to a nunnery.
Why, look you now, how unworthy a thing you make ofme! You would play upon me; you would seem to knowmy stops; you would pluck out the heart of mymystery; you would sound me from my lowest note tothe top of my compass: and there is much music,excellent voice, in this little organ; yet cannotyou make it speak. 'Sblood, do you think I ameasier to be played on than a pipe? Call me whatinstrument you will, though you can fret me, yet youcannot play upon me.
Etiquetas: hamlet
unas horas antes hablo con m. los relatos cruentos del tratamiento de m. me agotan aún sin entrar en detalles. por eso tardo en llamar.
a todas las incertidumbres se añade ahora el regreso intempestivo del campo porque uno de los chicos tiene un hermano que es covid positivo (se había hecho un test el domingo, por qué razón no suspendieron el viaje es algo que nuca vamos a entender). un día después del retorno sabemos que todos, excepto uno que había cursado ya la enfermedad hace unos meses, están contagiados. sigue una larga sucesión de preguntas y respuestas entre padres e hijo y viceversa hechas por teléfono o por whatsap, no siempre coinciden las respuestas con las preguntas y eso hace que el entendimiento sea difuso o erróneo. además de que todo el mundo está de mal humor porque nadie sabe bien qué hacer con las tribulaciones del cuerpo. mucho menos en una pandemia.
la familia pregunta y hace llamados en horarios inconvenientes, todos quieren ayudar de formas que no son necesarias. lo único necesario es mantener la calma, saber esperar, respetar los protocolos y no disfrazar la angustia con el pesado traje del enojo.
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anoche nadé unos ¿veinte minutos? las burbujas, el agua, etc. el cuerpo latente.
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la novela de houellebecq es tan triste tan espantosa. a veces, durante la lectura, me pregunto ¿qué hago leyendo esto? por otro lado pienso que es un buen lugar para evadirse. no es que lo piense: lo sé. la literatura siempre fue el mejor refugio. no resuelve nada. los problemas siguen ahí cuando volvemos de eso que estamos leyendo. pero qué alivio contar con ese escondite.
lo que decimos no siempre se parece a nosotros
no siempre, es cierto. pero cuántas veces sí.
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michel houellebecq escribe cosas brutales, llenas de crueldad y sin embargo los personajes de la novela son tan patéticos que por momento me provocan ternura. trato de recordar qué críticas había leído acerca de él que me habían llevado a la decisión de no leerlo, supongo que el rechazo por alguno de los temas que trata. ¿cómo hacemos para leer esas historias espantosas y poder avanzar en la lectura sin terminar en un pozo?
pienso que a veces la ficción actúa como un mediador.
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respecto del cuento: era más o menos lo que recordaba. creo que me había gustado más cuando lo leí por primera vez. ahora no me pareció extraordinario como otros cuentos de borges. podemos discutirlo.
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nadé durante un largo rato. el paisaje sonoro de la noche clara protegiéndome del miedo. de todas las cosas que suceden y no puedo controlar ni mejorar ni evitar.
olvidé de traer las drogas de prescripción. anoche me dolía la cabeza y por un momento pensé que tal vez la causa era la abstinencia.
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necesito que me llamen para hacer cosas que de otra manera no logro hacer.
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¿quizás un paseo en bicicleta?
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ahora el cuerpo de la libélula sobrevolando el jazmín. desde la pileta llega la conversación de los adolescentes y una música borrosa. se ríen. dicen algo sobre una serie japonesa. ya no hay sol y las chicharras no cantan más porque pasó la hora del calor (comienzan temprano a la mañana como una admonición, son bastante insufribles). el libro de houellebecq habla de personas desarmadas, desquiciadas, solitarias.
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hace días que no hablo con m. porque sé que después de escucharla va a volver la angustia. no es que se haya ido, la angustia. uno la hace a un lado para poder seguir adelante. es una manera de decir "seguir adelante" porque en realidad la sensación es de estar siempre en el mismo lugar. ya lo dijo a.m. en algún lado:
"la poesía es entonces un punto inmóvil sobre la precaria ambigüedad de las cosas, en la pavorosa decepción de lo que no prospera ni como pasatiempo"
pero no quiere hablarme. nadie quiere conversar. sostener una conversación es difícil, al parecer, en estos tiempos.
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no puedo arrancar ayer salimos apurados, dejé una de las habitaciones con la ventana abierta. lo digo cuando ya estamos en el auto rumbo a la casa de ezeiza. no hay retorno. entonces me quedo pesando en esa pequeña desgracia de haber olvidado de cerrar las ventanas en un día de lluvias inminentes aunque inciertas. por supuesto que a mitad de camino la lluvia comienza como un recordatorio de mi descuido. pienso en posibles catástrofes: que la lluvia sea una tormenta y el agua entre a raudales en la habitación arruinando todo, o peor, que se produzca un cortocircuito y luego un incendio a causa de algún cable mojado. cosas así. por supuesto nada de eso acontece. también recuerdo que no tiré la basura y quedó una bolsa en medio del comedor diario (no estaba muy cargada pero seguramente algún resto orgánico seguirá su destino de descomposición en nuestra ausencia).
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anoto que quiero leer a sylvia molloy, a burucúa, que además debo tomar apuntes sobre la escena de hamlet en el cementerio y escribir sobre las dos versiones del monólogo. cuando las leo veo que son diferentes aunque no puedo explicar bien por qué. en un sentido general hablan de lo mismo. hay variaciones formales y de longitud. pienso que la mejor manera de comprenderlas es traduciéndolas. recién ahora veo qué poco entiendo cuando leo en un idioma que no es mi lengua materna.
escucho a una persona leer sobre dientes y el estado de sus dientes, una traducción del ulysses de james joyce, leída por quien la hizo. qué mal están los dientes. necesita un dentista. o algo así. hablan sobre finnegans wake, sobre las obras de joyce que están en dominio público.
dice que cada palabra (cada puta palabra) es suceptiblre de tantas acepciones como formas de hablar el español hay.
se traduce traduciendo.
hablan de pescaditos comiéndose un cadáver.
ahora mz va a leer un fragmento del episodio XVII: es una recopilación de todos los sucesos del día, recreados y vistos bajo una suerte de microscopio.
si así sos con lo que te interesa cómo serás con lo que te chupa un huevo. la noche está poblada de insectos y cucarachas rojizas. la cena quedó a medio camino entre las hojas de albahaca y los tomatitos cherry.
me voy al piano.
por suerte hoy ya cojimos.
ahora extraño nadar de noche. y de dia. tanto que ayer salí a caminar por la mañana aunque a las 8 la temperatura rondaba los 30 grados.
la anécdota de hoy es la siguiente: después de varios días sin vernos, claro ¿qué vamos a hacer? me meto en la cama de nuevo a media mañana, yo me había levantado temprano, con el sol, todos los días del verano igual: salgo de la habitación a desayunar. estoy sedienta y necesito frutas frescas, agua, mucho amor. al rato vuelvo y te busco silenciosa, estás dormido pero no tanto. en la semipenumbra de la habitación te busco: mi mano en la pija apenas rozándola, despacio, los dedos ahí en el corazoncito, después un beso, la lengua, otro beso y otro, ya no es en el sueño donde están tus sueños, estás acá conmigo, todo despierto. cojemos. o mejor, te garcho yo porque estoy caliente y mojada y es tan fácil entrarte desde arriba y todo sucede en un enriedo de sábanas y piernas y besos mil veces repetidos y siempre nuevos.
quedamos exhaustos, desparramados, hace mucho calor, el ruido del ventilador es el telón de fondo. las chicharras en el jardín repiten su insoportable cantinela. pasa un rato y alguno de los dos por fin vence la inercia y se levanta a darse una ducha mientras el otro languidece en las sombras.
la cama desordenada. entre las sábanas, hundido, el forro con la leche.
¿cuál es la anécdota del día?
ya no sé.
tomar nota sobre la economía del don, de marcel mauss. reviso los textos y las discusiones y veo que en la primera parte faltan los apuntes sobre la venus de las pieles de leopoldo sacher massoch (lo que habíamos discutido al principio).
respecto de lo otro: el regalo debe ser dado y aceptado. no hay una obligación de devolver la atención en el momento a la misma persona porque de esta manera todo el acto se reduciría a una mera transacción.
tengo que conseguir alguna versión impresa de ese libro.
(poema de los dones)
una mujer en piyama: pantalones a rayas blancas y verdes, gruesas. ella es gruesa también, sus piernas, sus brazos tranquilos. tiene puesta una camiseta color carne de breteles finitos que deja ver su busto generoso. en la boca un cigarrillo. a los pies de la cama un par de libros. la mujer está reclinada y mira hacia un punto perdido en diagonal al espectador. o algo así. no mira de frente. no está posando. simplemente descansa sobre un acolchado azul con dibujos blancos que se repiten en las cortinas. el cabello recogido deja ver el cuello, la cara redonda.
es uno de los cuadros más bellos que ví en mi vida. pintado por una mujer.
entre la montaña de discos hay algunos con obras de schubert. recuerdo eso ahora que no los tengo a mano (sólo traje los de mozart) y busco para escuchar online. la primera sonata que escucho, la número 4, es tan beethoven que si no supiera que es una sonata de schubert y no hubiera escuchado las de beethoven seguramente las confundiría.
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hay una de las últimas que tiene un comienzo muy parecido al de la sonata op.13. verifico la tonalidad y efectivamente, las dos están en do menor. y arrancan con las mismas notas y un ritmo similar. me pregunto si schubert tenía conciencia de esto. si lo hizo como una forma de homenaje. luego la música deviene otra cosa, pero esa manera de iniciar la obra con una referencia tan clara, no puede haber sido casua. ¿o si?
como para nadar, entonces la bicicleta. sin salir de los jardines de la casa, como una lunática, después de todo es mejor que una bicileta fija: los árboles se suceden circulares, la palmera petisa con forma de ananá gigante, el pino, el magnolio sin flores y la largistromia florecida como un ramo una novia blanca: doy vueltas desde el fondo hasta el jardín de adelante, esquivando los autos estacionados sobre el sendero de ladrillos. recuerdo que cuando era chica también corría imaginarias carreras en bici en el fondo de la casa: lo que más me gustaba era subir y bajar una loma que había y salir desiparada. una vez no me di cuenta que la soga de la ropa estaba demasiado baja y me enganché con la consecuente caída. la bicicleta siguio su trayecto pero mi cuerpo terminó despatarrado en el piso, la marca de la soga en el cuello como les pasa a los suicidas pero con mejor suerte.
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leo una novela de césar aira y mientras leo me pregunto ¿porqué no leí más novelas de césar aira antes?. al llegar a cierta escena me doy cuenta de por qué, pero también noto que eso que en otro momento me molestaba ahora ya no y que encuentro mucha belleza en el estilo de la escritura y el devenir de los razonamientos.
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desayuné ciruelas, bananas, café con leche, tostadas.
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ayer por la tarde, después de muchos días sin vernos (dos? tres?), nos encontramos rápido en el desorden del cuarto, la cama sin hacer, las sábanas un remolino, el sexo urgente, húmedo, vertiginoso.
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cómo era entonces esto vamos a ver por ejemplo estoy sola en casa el piano quieto los relojes no quietos. el relojde la cocina va dejando esa huella sonora del paso del tiempo que es tan desquiciante un corazón delator de asesinos una marca en el aire el pulso de le muerte que se acerca, porque siempre está un poco más cerca. los sonidos de la calle suben y entran por las ventanas abiertas y no me dejan pensar (es mejor no pensar).
anoche en el baño bajo el agua tibia de la ducha y mientras todo se inundaba --olvidé que se había rebalsado la rejilla antes de irnos hace dos días-- sentí algo bajo la piel del pecho, más puntual: una bolita una presencia ahí en la teta izquierda del lado de abajo, una cosita nueva y me aterroricé qué es esto si ya hice los estudios y no tengo programado nada que implique desaparecer del mundo por ahora. toqué de nuevo y sí: ahí está. mientras tanto el agua corriendo cuerpo abajo y negándose a seguir su curso por las cañerías, toda el agua del lado de afuera de la bañera en el piso escapando hacia la habitación y la cosita ahí en la teta, hola, estoy acá, persisto aunque no lo sepas. pienso el sábado. pienso otras visitas al médico. tengo que revisar los informes. entonces salgo de la ducha y puteo porque ahí el agua, hola, no me fui. la concha de su madre la ropa mojada la alfombra mojada yo mojada sin atinar a salir o a quedarme mirando el desastre de la inundación el presunto desastre que hay debajo de la piel, entonces no, ahora arreglo todo. para qué vine sola acá. por la sesión de mañana al mediodía (es decir ahora al mediodía porque lo de la teta fue ayer y la sesión es en unos minutos); por la reunión de la tarde en la que seguro alguien hablará de vaca muerta y yo: soy una vaca muerta o que va a morir y no voy a saber de qué hablan y sin embargo voy a escribir todo lo que digan automáticamente sin pensar --lo que escucho puede ir a mis manos sin pasar por la puerta de mi atención--; volvía a casa porque quería estar un rato a solas con el piano, unas invenciones a dos y tres voces, la música el perpetuum mobile de bach que me acomoda el miedo.
no sé qué más.
ya es la hora.
salí a andar en bicleta a calle abierta, en shorts, con los pies casi descalzos. el olor del pasto cortado, de las plantas es inverosímil. el tiempo no se explica y no puedo nombrar lo que veo. tengo la necesidad de conversar. acerca de cualquier cosa. lo noté hoy luego de tres o cuatro llamados telefónicos (sí, todavía uso el teléfono) por trabajo durante los que hablé casi de todo menos de trabajo: de las personas que se fueron, la situación de la pandemia, cómo y dónde cada uno pasó las fiesta, trivialidades dichas en cada extremo de la línea desapasiondamente.
me mandan a escuchar a gerardo gandini. me mandan bien: a donde necesito. sólo puedo estar agradecida de que el mundo sea tan grande que no de tiempo a tener ganas de morir. y de que haya personas dispuestas a mostrarte el mundo.
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ayer caminé 10 kilómetros por un libro de poesía que fui a buscar en una librería de la calle corrientes. traje ese libro más los diarios de nijinski y una novela policial.
hoy dije que iba a trabajar ininterrumpidamente y son las 10 de la mañana y todavía no empecé (en rigor ya envié algunos mails). creo que el "encierro" o las limitaciones de la vida de ahora, porque no podría afirmar que estoy encerrada aunque sí, quizás, algo inmóvil, comienza a afectarme. tal vez no sea cierto que no necesito ver a nadie. el domingo estuve en casa de g. por primera vez. fui a ayudarlo a deshacerse de parte de su biblioteca musical y de su colección de CDs y a tirar papeles muertos. había ansiedad y algo de asombro en el acto del desprendimiento: como arrancar pedacitos de vida y dejarlos ir. g. dijo que todo el asunto le hacía doler el estómago. yo permanecí sentada en el balcón mirando cómo el separaba fotocopias viejas de las cajas y las ponía a un costado y repetía cada vez que veía algo que no recordaba ¿cómo es posible que yo haya leído todo esto?. finalmente sacamos un carrito de supermercado lleno de discos de música clásica, una importante cantidad de papel para llevar al container de reciclado de basura y media docena de libros de arte que me traje a casa.
al despedirnos le prometí a g. que hablaríamos durante la semana para verificar que él continúe con la tarea de tirar una caja por día.
los días del final son bajo los árboles, mirando de reojo pedacitos de cielo para descansar de la lectura. me llevé un libro sobre el impresionismo, necesitaba chequear algunos conceptos acerca de la representación de la luz y de las sombras. porque a. dijo que el párrafo de joyce (uno que juzgué espantoso y que parece intraducible) es una visión impresionista del rostro de amalia popper. no sé si lo dijo con esas palabras, pero la idea era algo así: entonces el párrafo comenzó a llenarse de sentido. sin embargo pienso que la imagen va algo más allá, la mención de los colores fuertes, la cuestión de la intensidad, del desagrado es algo más que impresionista.
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la cena de navidad fue en casa: vestí la mesa con manteles de colores, la vajila europea, las copas de cristal. nosotros cuatro y la abuela. ella en una cabecera. el resto de la familia en el otro extremo para evitar respirarle en la cara, la pandemia continúa, a pesar de todo. puse jazmines en un cuenco de cerámica turquesa.
para año viejo fuimos a la casa vieja. anduve en bicicleta. nadé (ese refugio).
finalmente. me desperté cerca de las 4 de la mañana. puse el canal de youtube donde se transmitían las novedades de la cámara de senadores respecto de la votación. aunque ya se sabía el resultado yo no estaba segura porque me había ido a dormir. la víspera había estado traduciendo joyce con a. no avanzamos mucho, creo que sólo pudimos escribir una oración o dos. el proceso es lento. pero no sé cuál debería ser la velocidad de un trabajo como ese. lo cierto es que seguimos charlando un rato y luego me acosté.
cuando anunciaron el resultado de la votación lloré un poco. me pareció justo. me parece justo. al día siguiente tuve que aclararle a papá que la situación de tener que decidir si seguir o no adelante con un embarzo me parece terrible. y que de ninguna manera espero que haya más intervenciones que las que había cuando era ilegal hacerlas. al contrario.
papá se muestra un poco más flexible con el tema. él no está de acuerdo pero entiende que tiene que existir una ley que se ocupe de los casos.
hay una ley.
es ley.
no sé si este día u otro. a la confusión de vivir se suma la de la enfermedad de una niña a la que apenas conzco. los días en el hospital durante la pandemia. llevar ropa y frutas para la mamá que es casi niña también. o lo es en mi corazón. abrazar con palabras a la abuela y pensar en la abuela que no está. ¿qué dirá ella, cómo verá las cosas desde el cielo inventado del vacío?
pregunto si puedo donar sangre, estoy tomando sólo 4 pastillas por semana del antidepresivo y ninguna del ansiolítico. en general puedo dormir. excepto los primeros días hasta que supimos cuál era el diagnóstico. saberlo no trajo ningún alivio (seguramente hubiéramos preferido que fuera otra cosa, el virus, una bacteria, cualquier otra cosa). pero trajo certidumbre. una certidumbre espantosa, por cierto. pero hay algo de pacificador en el conocimiento de lo que "es".
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mientras tanto traducimos. los martes por la noche.
leo los cuentos de mariana enriquez, los peligros de fumar en la cama y las cosas que perdimos en el fuego. los encuentro extraordinarios y muy perturbadores. necesito leer más cosas de ella. el tiempo libre, los espacios verdes, me disponen para leer. hacía mucho tiempo que no devoraba libros con tanta avidez.
descubrí los dibujos de apollonia saintclair.
leo las memorias de adriano de margueritte yourcenar, la tragedia de antínoo, la construcción de antínoe, los viajes, la sucesión de los emperadores y el sistema romano de adopción de herederos. ahora quiero tener un ejemplar de la historia augusta en la biblioteca. para no leerlo, por supuesto.
me cuesta un poco la lectura puesto que la escritura es densa y casi sin respiraciones. sin embargo persevero en ella.
a veces no es tan así, es sólo compulsión.
me quedé dormida toda la tarde. creo que fue a causa de las buenas noticias. limpie la casa y preparé la habitación para papá. le dije que de cualquier modo íbamos a mantener la distancia social. cuando terminé la sesión y fui al comedor diario a almorzar g. dijo que tenía la cara hinchada. es por llorar.
soy toda un desconocimiento. leo poco. del trabajo apenas miro los mails y contesto alguno que otro. no tengo energías para nada más. no puedo salir de casa, quiero pero no encuentro nunca el momento. en realidad salí esta mañana. traje frutillas y tomatitos cherry. pero una vez que vuelvo a casa acá me quedo: no encuentro motivos para salir.
la calle: ese lugar desconocido y peligroso que me deja fuera de todo.
hace algunos días que no puedo salir de casa. creo que desde el viernes cuando fui al hospital a llevarle cosas a s. ropa, libros, un cepillo de dientes y lápices de colores. también puse tres manzanas en una bolsa junto con una botella de agua y un pote de plástico lleno de almendras peladas.
en realidad salí el sábado por la mañana a comprar el pan. traje medialunas y sfogliatella para comer con g. que vino a casa a que lo ayudara con un trabajo sobre economía y finanzas de la educación. le expliqué la función de bienestar, la función de utilidad o la historia de cómo los individuos toman decisiones con el objeto de ser felices y cómo esa felicidad puede ser alcanzada a través de sólo dos o tres variables sencillas. le dije que todo eso eran pavadas y que en realidad la vida es un poco más compleja. que los economistas terminan asumiendo que todas las personas tienen preferencias similares o funciones similares. etc. estuvimos un rato con eso hasta que g. tuvo que irse porque estaba apurado (tenía otro compromiso aunque no especificó qué compromisno ni yo le pregunté).
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leucemia es una palabra tantas veces escuchada y carente de sentido. ahora es algo: es una dolencia, un mal que se instaló donde no debía. eso nos tiene a todos angustiados. sin saber bien qué hacer.
yo por ejemplo limpio la casa. como si eso ayudara a conjurar la maldición. el orden ayuda a no desesperarse tanto.
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mientras tanto soy feliz con e. acompañándolo en sus pocas ganas de estudiar, haciendo juntos las presentaciones y los trabajos prácticos. viendo como ya no quedan (casi) vestigios de su niñez.
paso tiempo mirando cuadros pintados por mujeres.
sarah graham y sus flores gigantes, los insectos coloridos.
elisabeta sirani: acabo de descubrir a esta mujer que murió a los 27 años. pintó dos versiones de judith y holofernes. artemisia gentileschi pintó por lo menos tres. la más dramática es la que se parece a la de caravaggio: retrata a los personaes en el momento en que judith le clava el cuchillo.
extraño ir a ver cuadros en los museos, la presencia de la obra, the real thing. esa posibilidad de alcanzar con los dedos la superficie del cuadro, la piel fría de una estatua. la posibilidad de ver el óleo con las manos, aunque no se pueda tocar porque sencillamente está prohibido.
estoy garchando mucho últimamente. debe ser algo hormonal sumado a la disponibilidad de tiempo y espacio para perfomar en el mismo momento en que se presenta el deseo. esta circunstancia es única, casí excepcional diría. creo que es lo que más voy a extrañar cuando vuelva a vivir la vida de antes.
pasé otra vez por debajo del balcón de la calle b. el señor del piano.
estaba al piano.
¿cómo lo tomaría?
ya es diciembre. otro más. pero este es sin tango.
las adicciones y sus infiernos colaterales. qué miedo dan. estoy comiendo un pedazo de pan. una taza de café con leche. tuve una reunión temprano. más temprano pasé por la verdulería. traje albahaca fresca.
qué manera de llorar por todo lo que estaba tirado por ahí. no tengo voluntad (por ahora) para continuar (con aquél compromiso). hoy por ejemplo me enojé a causa de un comentario sin importancia. la cama la hice tarde, ya pasada la mitad del día (¿cuándo es, en realidad, la mitad del día?). el piano solo depués de terminada la jornada laboral. ayer salimos a caminar con n. no recuerdo desde cuándo no nos veíamos ni nos hablábamos (ni siquiera por teléfono). nos encontramos y automáticamente comenzamos a conversar desde donde habíamos dejado meses atrás, como si el tiempo no hubiera pasado. eso es lo que sucede con la gente que nos quiere, con las personas que nos conocen: uno estuvo de tan involuccrado con esa persona que esa conexión no se termina ni se interrumpe aunque se interrumpa el ciclo de, digamos, visitas.
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el asunto de maradona trajo de golpe toda nuestra adolescencia, nuestra juventud, la vida, de golpe. qué enojda estuve en el 94 cuando le había dado positivo el control antidoping. no puede ser. tiene que saber. es profesional. etc. odiaba la situación. odiaba que no pudiera controlar su rlación con las drogas. que fuera tan asquerosamente vulnerable y débil. creo que era porque nosotros teníamos a nuestro propio d. en la familia, el bostero, merquero, falopero, violento, etc. sin ninguno de los dones de los que sí podía alardear diego maradona. esa gracia divina que hacía que lo llamaran D10S.
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papá declaró que a él no le importaba mucho lo de su muerte y la mala manera en que había conducido más de la mitad de su vida. después me escribió para decirme lloró con una de las fotos que tomé el día de plaza de mayo, un chico joven con un ramo de flores haciendo la fila para entrar en la casa rosada.
tenés que soltarte más. qué cosa. el pelo. el alma. las palabras. qué se lo que debería largar. ¿doy la impresión de estar guardándome algo?
de estar limitada en la expresión.
contenida.
forzada.
¿qué es?
las intermitencias me desconfiguran.
no entiendo, no quiero entender. lo bueno de tocar el piano, de que no salga, de que sea difícil, es ese compromiso que exige, que no permite distraerse y no da lugar a, por ejemplo, intermitencias.
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vuelvo a escuchar la sinfonía de luciano berio, la sinfonía número 2 de mahler, los lieder Des Knaben Wunderhorn.
acá está la justificación de por qué en la traducción podríamos echar mano a las onomatopeyas.
sin abusar
espero un mail que no llega. no hace mucho que no llega pero no llega y para mí es mucho porque cuando uno espera la espera se mide en términos de cuánto uno desea que llegue eso que que desea que llegue. tal vez la vida sea esto nada más: esperar respuestas dentro del encierro sabiendo que no llegarán y que tampoco terminará el encierro.
anoche salí a caminar. pasé por debajo del balcón del señor del piano. la luz y el piano estaban apagados. ya volví varias veces a espiar pero: no más valses de chopin, solo su ausencia. seguí hasta la esquina de la casa de hiedras y ventanítas con vidrios viscelados. tomé una foto pero esta vez de la vereda de enfrente: había unos sillones abndonados, esperando que alguien se los lleve.
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x es alto, morocho. de manos elegantes y largos dedos expresivos, de hablar pausado y sonrisa [cómo definir su sonrisa]. x deja que sus sentimientos lo atropellen y se lleva puesto el mundo y luego se retrae. pasa de la expresión exaltada al más absoluto de los silencios de manera intempestiva. sin explicaciones. repite la palabra angustia muchas veces en su discurso. angustia, deseo, desesperación. x profesa un gran amor por lo que hace. por lo menos eso manifiesta. su sentido de la justicia fue acuñado en la espesura de los bosques de sherwood vernáculos. es dulce, humoroso. sexual. x duerme ahora.
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durante el sexo aquél caudal de agua. durante la conversación: una dominatrix, el látigo, las pieles. qué obsesión con el castigo. los tacos altos resonando clac clac clac sobre la piedra de las escaleras. pienso en los zapatos de tango. en que me gusta dejarme puestos los zapatos de tango para cojer parada, con una pierna levantada y la otra apoyada en el piso. todo el peso del cuerpo sobre ese zapatito. pero no lo digo. pienso en eso y siento el cuerpo reclamar: es decir, me caliento.
pero no lo digo.
si no puedo hablar con vos, voy a escribir.
estoy distraída leyendo sobre meret oppenheim. me levaté temprano, creí que era domingo. después no. lunes. fui al piano, me puse los auriculares, hice dos pasadas de cada obra. la mitad de las notas adentro la otra mitad afuera. el tango todavía me cuesta. le milonga es más fácil. g. dice que ya está, que me deje de pensar. además la fracesista "vas a cumplir 50 años" todo el tiempo. esa resuenta como los tacos de amalia popper en las escaleras de caracol del castillo triestino.
"wintry air in the castle"
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lista de tareas:
--pedir todos los turnos médicos que no pedí en el año
--llamar al carpintero
--agendar el cambio de computadora
--¿qué más?
--seguramente hay cosas para hacer de esas que no voy a hacer.
pensaba que había leído ese cuento pero no. me confundía con el libro final del juego. no lo encontré. en la librería conseguí este y otro de ajmátova sobre madelstam. para qué.
*lo único que queda por hacer es sonreír, refugiarse en la inteligencia*
quiero entender esa forma de vinculación compulsiva, esa propensión al desparramo y a la verborragia y la retirada posterior. un poco sí. otro poco no. en mi caso, por ejemplo, me encuentro en el período obsesivo de incorporación de obras pianisticas ante la inminente posibilidad ed hacer música con otros. posibilidad que me llena de alegría y a la vez me inquieta (es esto para mí, podré yo, etcétera).
vayamos a tomar un café y dos horas de conversación y otro café y dos horas más y así hasta que termine el mundo.
el ejerccicio de traducción transcurrió en un desorden concertado: dos horas para un párrafo y todavía no estamos de acuerdo.toda la travesía es placentera, enredada, risueña, llena de idas y vueltas, comentarios, chistes, dudas, preguntas sin resolución, palabras intraducibles y otras etcéteras. creo que mi contraparte se encontraba bajo los efectos de la marihuana pero no podría asegurarlo.
en el ínterin llegó la respuesta que estaba esperando: esas respuestas que uno prefiere que no llguen nunca para poder decir, total, no me contestaron, qué iba a hacer con eso igual, no era para mí. pero no.
sí hubo contestación: que implica una confirmación de mi interés, un compromiso y trabajo. y por supuesto, vencer algunas resistencias. esos muros de los que hablaba zabaloy en el texto (ahora necesito ir a buscar el texto).
estoy en eso: en el proceso de sortear esos muros. hablar de derribarlos quizás no sea lo correcto. ahora me doy cuenta de que justamente en el ejemplo habla de un correo sin respuesta. el mío tuvo respuesta. y la respuesta creo que me da mas miedo que la ausencia de respuesta: a veces lo que uno desea... cuando hablo con g. dice "tu deseo está alineado con tus circunstancias" o algo por el estilo. y cosas acerca de la edad. que a esta edad no hay tiempo para estar pensando. y que me presente en piyama y haga lo que pueda. así nomás. etc.
hola, cómo estás, quiero que me abraces, estos días estoy muy triste y no sé bien por qué, el origen de mi tristeza es algo difuso y lo resuelvo en el piano, ese valsecito de chopin es tan divertido ¿sabés? estuve haciendo música, el tango, pero la música me deja más sola que antes y es difícil no ponerme a llorar, me acordé de mamá, mucho, la extraño aunque hayan pasado 15 años desde que se fue, por qué será que ese cariño no termina nunca, mis hijos están bien, al final el más grande dejó la facultad de música para meterse en la de ingeniería, le dije que supiera que también ahí va encontrarse con el aburrimiento o el fastidio de asistir a una clase de algún tema que no le interesa, que mejor terminara el año que después en todo caso podía retomar más adelante y etcétera. no hubo caso: me explicó que la música no pasa por ahí y que no, no va a terminar de cursar el primer año. ni el siguiente. ni el próximo.
acabo de encontrar estos cuentos de zabaloy que son una maravilla.
https://cartasamargas.wordpress.com/2020/11/04/tiempos-violentos-2/
y vuelven a mí, en tropel, las ganas de escribir, de leer, de literar.
el album per fanciulli de khachaturian es el último hallazgo. una de las piezas, estoy segura, se la robó piazzolla para hacer algo. no sé qué. pero ya lo voy a descubrir. el trabajo espera a un costado del día: hay cosas por resolver (simples, nada del otro mundo) que no se resuelven. hay ansiedad y poco dormir. necesito correr. etc. el fin de semana fue la primera reunión con otras personas luego de 7, 8 meses. pasé tres horas en otra casa: demasiado tiempo. no encuentro el propósito de hablar con otros de asuntos que no me interesan demasiado.
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la lista por ahora:
como dos extraños
niebla del riachuelo
malena
uno
y no sé qué más.
tenés que pensar qué querés decir con eso que estás haciendo en el piano. qué es lo que querés transmitir o comunicar. el que te escucha, si no pensás en eso, no te va a entender. hacer música es un acto de comunicación. de otra forma somos meros ejecutantes de sonidos. es que nunca me había detenido realmente a reflexionar.
sobre esto.
¿qué quiero decir?
hay algo que pueda decir
tengo algo para decir a través de la música
mi preocupación siempre fue cumplir. pero eso no es relevante. es sólo llenar el cuadradito. como los cuadraditos de la agenda, marcados con un tilde cuando están ocupados. no estamos acá para llenar cuadraditos en la agenda.
todavía sé, tampoco, para qué estamos. tuve un mal sueño anoche: tenía que dar un examen de piano en el conservatorio. no podía presentarme porque me faltaba la obra de compositor argentino. entonces posponía la fecha para el año siguiente. luego me desperté. grabo todos los días una pieza de bach diferente. una cada día. las invenciones a dos y tres voces, algún preludio, las danzas de una suite. lo hago como un acto de acompañamiento a la persona que las recibe. y un acto de amor a la música. y el deseo eterno de la comunicación. quien recibe espera lo que recibe. no al principio quizás. pero nos acostumbramos pronto a las caricias. y las anhelamos.
espero las noticias de hoy sin preguntar. el hombre que llegó hace un rato está encerrado con el piano e intenta afinarlo en la parte de adelante de la casa.
mientras espero en mi habitación miro un poco de pornografía.
me calienta lo que veo: mujeres abiertas de par en par recibiendo la descarga del cuerpo de un hombre como puñaladas, leche desbordando, besos en la boca, besos en la pija, la agitación obsesiva del que está por acabar. necesito (de repente) masturbarme. no tiene absolutamente nada que ver con haber cojido esta mañana y ayer y antes de ayer. es otra cosa. algo compulsivo. un llamado. una descarga. es un recordatorio de la vida en mí.
no me interrumpan por favor.
necesito no pensar. no llegan las noticias y me desespera.
hora la inquietud es: conseguir una urtext edition del vals op 64 no 1 para verificar que la revisada por brignoli que tengo en mi poder se toma algunas licencias con el uso de la corda. veo una edicion de claude debussy (omite ese pedal) y otra de mikuli de similar criterio. creo que el italiano, como buen italiano exagera. así es que el minute waltz dura mucho más que un minuto y la tinta escribe cartas que nadie va a leer.
la provincia es lejana.
el punto ciego
extraño los museos. ir a ver cuadros específicamente. pasearme por las galerías vacías y dejar pasar las imágenes como si no estuvieran. detenerme luego frente a alguna obra.
mirar. retroceder. volver.
eso extraño.
en la guía espiritual de miguel de molinos se lee el siguiente anuncio.
advertencia IV: asunto de este libro, que es desarraigar la rebeldía de nuestra propia voluntad para alcanzar la interior paz.
entonces cuando mi voluntad dice: quiero garchar y es NO porque hoy toca rezar. qué se hace.
Para que Dios descanse en el alma, se ha de pacificar siempre el corazón en cualquiera inquietud, tentación y tribulación
"Has de saber que es tu alma el centro, la morada y reino de Dios. Pero para que el Gran Rey descanse en ese trono de tu alma, has de procurar tenerla limpia, quieta, vacía y pacífica. Limpia de culpas y defectos; quieta de temores; vacía de afectos, deseos y pensamientos; y pacífica en las tentaciones y tribulaciones"
el subrayado me pertenece.
entonces, la soluciión [inapelable] a todos los problemas: para no atribularme me recojo.
4. Tu principal y continuo ejercicio ha de ser pacificar ese trono de tu corazón para que repose en él el Soberano Rey. El modo de pacificarlo ha de ser entrándote dentro de ti mismo, por medio del interior recogimiento. Todo tu amparo ha de ser la oración y recogimiento amoroso en la Divina Presencia. Cuando te vieres más combatida, retírate a esa región de paz, donde hallarás la fortaleza. Cuando más pusilánime, recógete a ese refugio de la oración, única arma para vencer al enemigo y sosegar la tribulación. No te has de apartar de ella en la tormenta, hasta que experimentes, como otro Noé, la tranquilidad, la seguridad y serenidad, y hasta que tu voluntad se halle resignada, devota, pacífica y animosa.
el subrayado, etcétera.
ahora sigue la cuestión de la vida sensible, una vida infantil, inmadura, embrionaria y la vida espiritual, la de los hombres destinados a alcanzar la perfección, la verdadera vida y la única que merece la pena ser vivida (inaccesible, por cierto, para las mujeres).
26. Aquel primer camino se puede llamar vida animal, y es de aquellos que van en busca de la devoción sensible, la cual suele dar Dios a los principiantes, para que llevados de aquel gustillo, como el animal del objeto sensible, se den a la vida espiritual. El segundo se llama vida de hombres, y es de aquellos que, no procurando dulzura sensible, pelean y batallan contra las propias pasiones para conquistar y alcanzar la perfección, que es empleo propio de hombres.
vení, dale: recojámonos juntos.
todos los contagiados en los lugares más recónditos del país. envío audios con música. por las mañanas desde la siete y media suena el piano (chopin, el arreglo de carlos garcía, bach, una zamba del cuchi leguizamón). leo a borges sobre swedenborg e intento hacer alguna conexión con el texto de jj (todavía falta saber quiénes son los otros escritores mencionados).
...
una biopsia con un resultado que nos asusta aunque no es grave: sólo hay que actuar.
...
con e. investigamos sobre bartolomé mitre. leemos citas de cartas que urquiza le escribía a derqui. entiende todo: no en el detalle, sino en los conceptos profundos. en un momento dice "albertítere" nos reímos a carcajadas.
hay que confiar en el traductor de ellmann. no leí todavía la parte que tengo asignada. el tango, color de rosa, ya está listo. ahora es solo animarse. animal.
cosas así.
hace seis horas aprox intento completar un análisis sobre el valor de un negocio. entonces escribo media oración y toco un tango, escribo otra media frase y me pongo a leer el aria de puccini,
llueven del cielo gotas
hacia abajo
caer las miro, vuelvo a mi
trabajo
la lluvia me distrae
pues húmeda me trae
de la naturaleza el
desparpajo
llueve y del cielo triste
el llanto escucho
a veces llora poco, a veces
mucho
¿murió la primavera?
mirá que tipa austera:
el clima cada vez viene más
trucho
desparramado Joyce sobre mi
mesa
y tras el ventanal de bruma
espesa
¿el norte queda dónde?
ahí donde se esconden
campanas en tórridas
iglesias
Etiquetas: limericks, literatura