jueves, enero 14, 2021

cómo era sentarse a escribir

cómo era entonces esto vamos a ver por ejemplo estoy sola en casa el piano quieto los relojes no quietos. el relojde la cocina va dejando esa huella sonora del paso del tiempo que es tan desquiciante un corazón delator de asesinos una marca en el aire el pulso de le muerte que se acerca, porque siempre está un poco más cerca. los sonidos de la calle suben y entran por las ventanas abiertas y no me dejan pensar (es mejor no pensar).  

anoche en el baño bajo el agua tibia de la ducha y mientras todo se inundaba --olvidé que se había rebalsado la rejilla antes de irnos hace dos días-- sentí algo bajo la piel del pecho, más puntual: una bolita una presencia ahí en la teta izquierda del lado de abajo, una cosita nueva y me aterroricé qué es esto si ya hice los estudios y no tengo programado nada que implique desaparecer del mundo por ahora. toqué de nuevo y sí: ahí está. mientras tanto el agua corriendo cuerpo abajo y negándose a seguir su curso por las cañerías, toda el agua del lado de afuera de la bañera en el piso escapando hacia la habitación y la cosita ahí en la teta, hola, estoy acá, persisto aunque no lo sepas. pienso el sábado. pienso otras visitas al médico. tengo que revisar los informes. entonces salgo de la ducha y puteo porque ahí el agua, hola, no me fui. la concha de su madre la ropa mojada la alfombra mojada yo mojada sin atinar a salir o a quedarme mirando el desastre de la inundación el presunto desastre que hay debajo de la piel, entonces no, ahora arreglo todo. para qué vine sola acá. por la sesión de mañana al mediodía (es decir ahora al mediodía porque lo de la teta fue ayer y la sesión es en unos minutos); por la reunión de la tarde en la que seguro alguien hablará de vaca muerta y yo: soy una vaca muerta o que va a morir y no voy a saber de qué hablan y sin embargo voy a escribir todo lo que digan automáticamente sin pensar --lo que escucho puede ir a mis manos sin pasar por la puerta de mi atención--; volvía a casa porque quería estar un rato a solas con el piano, unas invenciones a dos y tres voces, la música el perpetuum mobile de bach que me acomoda el miedo. 

no sé qué más. 

ya es la hora. 

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