martes, septiembre 29, 2009

más o menos.

martes, septiembre 22, 2009

hace 4 años

creo que 4 mucho hoy no recordé el asunto será porque no queremos llenarnos de melancolía que olvidamos o cubrimos lo que nos molesta con griteríos varios como el de esta mañana cuando uno más grandote vino a increparme porque si yo había escrito tal o cuál cosa con aviesas intenciones y yo que no aunque la verdad yo había usado un verbo condicional, una palabra del estilo "verificarían" en lugar de "verificaron" como diciendo que si se hubiera dado esto y esto ergo aquello pero siempre aludiendo a una posibilidad y no a una cuestión fáctica en los hechos comprobable y entonces todo fue un ir y venir de frases dichas en voz alta, muy alta, de modo que todos los allí presentes (y a distancia de unos metros también) escuchaban mi diatriba y el interlocutor que no podía más que prestarme toda su atención --no tenía alternativa-- retrocedía ante mi expansión verbal y él: ¿por qué te ponés así? y yo: porque me hincha las pelotas que en este momento preciso luego de tantísimos momentos que hubieron para acometerme con planteos hagas tu planteo (por lo demás irrisorio y pelotudo) y continué mi descargo con pasión y bastante enojo como para que todo el mundo se entere de quién soy qué pienso y cómo trabajo, tengo un trayecto respaldatorio aprobado y confirmado.

un agotamiento general que luego redunda en un sentido distorsionado de la responsabilidad, o mejor, magnificado y por qué una, una pobrecita que de pobrecita no tiene nada, habiendo querido realizar una tarea en medio de la circundante confusión termina como una mera herramienta de venganzas e intrigas palaciegas en la que no deseaba inmiscuirse. claro que ni pobrecita ni tonta.

¿si deseaba inmiscuirme?

...

niños duermen y en esta sensación de medianía y desasosiego general no corrí ni bailé ni nada que el cuerpo pudiera ahora agradecerme en lugar de estar mi espalda reclamándome todas las endorfinas perdidas que no generé.

lunes, septiembre 21, 2009

traje un llavero que no era el mío y un poco de frío (bastante) en la piel porque la primavera llega y la ropa es menos y los pies van rápido pero el aire de esta esquina siempre arremolinado y helado no entiende que hoy sea 21. llego y doy noticias no muy buenas con cara de indignada: no puede ser que los otros no comprendan. me ocupé de lo que me ocupé para que quien corresponda concluya y que alguna vez lo justo sea justo --es el concepto de justicia relativo o absoluto?--.

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es relativo.

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es absoluto.

domingo, septiembre 20, 2009

pour moi meme

algunos sucedidos, por ejemplo, frutos de la revolución tanguera que acompaña el advenimiento primaveral. el no haber ido ni una vez en todo el invierno se convierte en un de repente la necesidad insoslayable de dos veces por semana y siempre hasta bien pasada la media noche.

un día, después de muchas y generosas copas de vino recalar en el destartalado club de barrio de la calle córdoba con la esperanza de "que por lo menos alguno quiera bailar conmigo, porfavor-porfavor-porfavor" pero que nadie note esa suerte de desesperación femenina y milonguera. con los años se aprende o se adquiere un aire de falsa indiferencia, un estoy acá para bailar, por supuesto, pero no importa demasiado si se me pasa la mitad del tiempo sin que mis zapatos dibujen firuletes en la pista. en fin, que todo resultó contrario a la deprimidísima expectativa y en el último momento ¡ah! un desprenderse la conciencia del cuerpo para descubrir a la mujer sentada, sonriendo y retrucando --no sin ganas, no sin gracia-- las palabras de un interlocutor que en sus ojos: yo-soy-un-hombre-vos-una- mujer, juguemos este juego.

el tiempo discurriendo muy tranquilo y luego ya se hizo tan increíblemente tarde que habrá que pagarlo con el cuerpo al otro día, con excusas y disculpas inventadas malamente: que tuve una reunión inesperada, que no pude, no llegué, cosas como de adolescente un poco, pero todo más patético, más imperdonable y por lo tanto, gracioso.

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así es como van y vienen las personas. quienes quedan, permanecen irremisibles, sumergidos en la cadencia de lo cotidiano, siempre tan pareja y tan veloz y tan imperturbable. quienes quedan, así, extrañan con un algo de dolor porque la partida modifica el día con ausencias. mientras quienes se van, se van tan lejos y tan a nuevas experiencias que su propio tiempo se vuelve una eternidad de sensaciones acometiéndoles el cuerpo: es imposible que recuerden o deseen --por lo menos al principio-- retornar a la vida que han dejando en ocasión del viaje.

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alguna decisión interna, libros de p.d james, el trabajo que es lo mismo y que no es nada, correr ya más de 5 km en el moebius de caucho sin ir a ninguna parte, ver cómo crecen los hijos.

dejar al cuerpo ir por lo suyo.

sí.