domingo, septiembre 20, 2009

pour moi meme

algunos sucedidos, por ejemplo, frutos de la revolución tanguera que acompaña el advenimiento primaveral. el no haber ido ni una vez en todo el invierno se convierte en un de repente la necesidad insoslayable de dos veces por semana y siempre hasta bien pasada la media noche.

un día, después de muchas y generosas copas de vino recalar en el destartalado club de barrio de la calle córdoba con la esperanza de "que por lo menos alguno quiera bailar conmigo, porfavor-porfavor-porfavor" pero que nadie note esa suerte de desesperación femenina y milonguera. con los años se aprende o se adquiere un aire de falsa indiferencia, un estoy acá para bailar, por supuesto, pero no importa demasiado si se me pasa la mitad del tiempo sin que mis zapatos dibujen firuletes en la pista. en fin, que todo resultó contrario a la deprimidísima expectativa y en el último momento ¡ah! un desprenderse la conciencia del cuerpo para descubrir a la mujer sentada, sonriendo y retrucando --no sin ganas, no sin gracia-- las palabras de un interlocutor que en sus ojos: yo-soy-un-hombre-vos-una- mujer, juguemos este juego.

el tiempo discurriendo muy tranquilo y luego ya se hizo tan increíblemente tarde que habrá que pagarlo con el cuerpo al otro día, con excusas y disculpas inventadas malamente: que tuve una reunión inesperada, que no pude, no llegué, cosas como de adolescente un poco, pero todo más patético, más imperdonable y por lo tanto, gracioso.

...

así es como van y vienen las personas. quienes quedan, permanecen irremisibles, sumergidos en la cadencia de lo cotidiano, siempre tan pareja y tan veloz y tan imperturbable. quienes quedan, así, extrañan con un algo de dolor porque la partida modifica el día con ausencias. mientras quienes se van, se van tan lejos y tan a nuevas experiencias que su propio tiempo se vuelve una eternidad de sensaciones acometiéndoles el cuerpo: es imposible que recuerden o deseen --por lo menos al principio-- retornar a la vida que han dejando en ocasión del viaje.

...

alguna decisión interna, libros de p.d james, el trabajo que es lo mismo y que no es nada, correr ya más de 5 km en el moebius de caucho sin ir a ninguna parte, ver cómo crecen los hijos.

dejar al cuerpo ir por lo suyo.

sí.

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