viernes, abril 26, 2019

cuarenta y dos

personas compartiendo un momento.

miércoles, abril 24, 2019

cuarenta y uno

paso rápido por la recepción del policlínico, le digo al hombre habitación 208 y [los dos sabemos que estoy fuera de horario pero nos hacemos los distraídos]. me dirijo hacia los ascensores y hay mucha gente esperando y una camilla, etc. voy a escalera para subir al segundo piso donde está, finalmente, la habitación 208, la habitación de x. 

entro. saludo. qué tal. todo parece ir mejor: los antibióticos hacen su efecto, la fiebre se fue, pero ahora hay tos y nebulizaciones. ¿pudiste dormir? más o menos porque todo el tiempo entra y sale gente, miran, anotan cosas, la enfermera de la mañana es excelente, el enfermero de la tardees medio nabo, esos son siempre los mismos, a la noche van cambiando y viene gente desconocida, algunos saludan y otros hacen su performance en silencio. ahora por ejemplo, entran dos mujeres y se quedan cerca de la puerta, una con uniforme rosa, otra con uniforme azul. la de rosa dice, mirando a x: lúcido, deambula solo, le dejé un frasco para que tome una muestra de la primera orina de la mañana, tiene que poner sólo el primer chorro. dice otras cosas más. la de azul presta atención y asiente con la cabeza. agradecen y se van. ¿entonces no dormiste nada? un poco, a la noche dos enfermeras se quedaron hablando en el pasillo y se escuchaba todo ¿hablaban fuerte? sí sí. después, cerca de las 4 de la madrugada un hombre y una mujer también se pusieron a conversar un rato largo. ¿de qué hablaban? no sé, no sé, todas pelotudeces. ay, pero ¿no prestaste atención? yo hubiera parado la oreja. estaba cansado, no me interesaba. insisto. bueno,las enfermeras hablaban de chongos, se contaban cosas, se reían. ¿y el hombre con la mujer? también hablaban de chongos. todo el mundo hablando de chongos. empecé a reírme a carcajadas: le digo a x que eso puede llegar a ser muy divertido, escuchar a las personas hablando de sus situaciones amorosas [no lo expreso exactamente así]. no, no, decían idioteces ¡basta de hablar de chongos todo el tiempo! qué pasa con la gente. nos reímos un rato. 

salgo a comprar una botella de agua mineral. vuelvo con una botella de agua, una de pepsi y un chocolate con almendras. mañana no voy a poder venir al mediodía porque tengo que ir a ver a mi psicóloga, a lo mejor podría pasar un ratito a la tarde. 
no hace falta.
¿seguro? 
de verdad no hace falta que vengas todo el tiempo. 
bueno, vengo el viernes al mediodía a ver cómo seguís. 

nos saludamos haciendo un gesto con la mano como si estuviéramos parados en veredas opuestas. desde lejos sin estar realmente lejos. 
me agradece de nuevo (como ayer, como antes de ayer). 

lunes, abril 22, 2019

cuarenta

dos señoras tomando el té a una hora inconveniente.
c'est tout.

martes, abril 16, 2019

treinta y nueve

le hago un comentario sobre las personas que trabajan con arcilla. hay algo en la energía de las manos transformando un trozo de arcilla en un objeto nuevo. pero no recuerdo dónde lo leí. algo especial distinto de dibujar o pintar o incluso picar piedra. tal vez en algún texto sobre giacometti. me esfuerzo por recordarlo y no puedo.

¿sabés quién era alberto giacometti?

me gusta la presión de las manos sobre el cuerpo. mío. las manos de otro. 

domingo, abril 14, 2019

treinta y ocho

sin salir ni una sola vez de este lugar.
chocolates, almendras, castañas, nueces y pasas sultanas.
niños nuevos.
una enorme felicidad de niños nuevos.

jueves, abril 11, 2019

treinta y siete

una fotografía de color azul. siento el cuerpo pesado y sin dormir. porque estoy bailando poco o nada. aunque no dejo de moverme o intento moverme para recordarles a mis piernas, mis brazos, que están vivos. 

un desencuentro: las personas se olvidan de los compromisos previos cuando asumen compromisos nuevos y luego se dan cuenta de que debían honrar sus compromisos previos para lo que necesariamente deben deshonrar los que adquirieron con posterioridad y así. 


viernes, abril 05, 2019

treinta y seis

sí. sí. un brutal acicate. ahí. sin poder resolver. 

hablamos durante horas. como las personas que se ven cada 20 años. siento pena de irme. en la conversación el asunto de la familia. éramos 4. mi hermano se suicidó. no lo dice así. 
dice: en 2012 mi hermano mayor se pegó un tiro. 
lo abrazo con la mirada. no atino a hacer otra cosa. 
los matrimonios. también hablamos sobre los matrimonios. y lo que pasa fuera de los matrimonios y lo que no pasa adentro. "la gente garcha poco".

¿ustedes? preguntola falta de deseo. no peleamos pero ni un beso quiero darle (tampoco lo dice así). 

las bibliotecas crecen a ritmo cambiante. pero crecen siempre. nunca se achican. y mueren con sus dueños. eso ya lo dijimos en otras oportunidades (acá o por ahí, no importa). 

a veces se duerme el deseo. pero no muere. o cambia de objeto. tengo aún una cantidad de deseo lo suficientemente grande como para no poder partir en paz; parecida a una piedra de esas que les encadenan a los presos a los tobillos: me quiero ir y cuando empiezo a ejercer un movimiento en apariencia liberador, me quedo en el lugar, parada, sin poder avanzar hacia ninguna parte. 

ya va a cambiar y voy a ser libre (somos libres, no lo sabías, pero ser libre da miedo: aunque nos engañemos "no tengo que dar explicaciones, soy libre" no es cierto: dar o no explicaciones no define nada). 

hacé lo que tengas que hacer, digo cuando nos despedimos. como si lo estuviera habilitando a algo que él cree que decidió pero en el fondo no se permite. 

ahora. a esta hora. no hay de que hablar. las cosas que quería contar no le interesan a nadie. 


treinta y cinco

¿qué venís a buscar acá?

jueves, abril 04, 2019

treinta y cuatro

tu locura va a acompañarte siempre, vayas donde vayas. está todo acá, digo señalándome con el dedo índice la sien.

uno no puede escapar de su locura. no hay manera.