miércoles, abril 24, 2019

cuarenta y uno

paso rápido por la recepción del policlínico, le digo al hombre habitación 208 y [los dos sabemos que estoy fuera de horario pero nos hacemos los distraídos]. me dirijo hacia los ascensores y hay mucha gente esperando y una camilla, etc. voy a escalera para subir al segundo piso donde está, finalmente, la habitación 208, la habitación de x. 

entro. saludo. qué tal. todo parece ir mejor: los antibióticos hacen su efecto, la fiebre se fue, pero ahora hay tos y nebulizaciones. ¿pudiste dormir? más o menos porque todo el tiempo entra y sale gente, miran, anotan cosas, la enfermera de la mañana es excelente, el enfermero de la tardees medio nabo, esos son siempre los mismos, a la noche van cambiando y viene gente desconocida, algunos saludan y otros hacen su performance en silencio. ahora por ejemplo, entran dos mujeres y se quedan cerca de la puerta, una con uniforme rosa, otra con uniforme azul. la de rosa dice, mirando a x: lúcido, deambula solo, le dejé un frasco para que tome una muestra de la primera orina de la mañana, tiene que poner sólo el primer chorro. dice otras cosas más. la de azul presta atención y asiente con la cabeza. agradecen y se van. ¿entonces no dormiste nada? un poco, a la noche dos enfermeras se quedaron hablando en el pasillo y se escuchaba todo ¿hablaban fuerte? sí sí. después, cerca de las 4 de la madrugada un hombre y una mujer también se pusieron a conversar un rato largo. ¿de qué hablaban? no sé, no sé, todas pelotudeces. ay, pero ¿no prestaste atención? yo hubiera parado la oreja. estaba cansado, no me interesaba. insisto. bueno,las enfermeras hablaban de chongos, se contaban cosas, se reían. ¿y el hombre con la mujer? también hablaban de chongos. todo el mundo hablando de chongos. empecé a reírme a carcajadas: le digo a x que eso puede llegar a ser muy divertido, escuchar a las personas hablando de sus situaciones amorosas [no lo expreso exactamente así]. no, no, decían idioteces ¡basta de hablar de chongos todo el tiempo! qué pasa con la gente. nos reímos un rato. 

salgo a comprar una botella de agua mineral. vuelvo con una botella de agua, una de pepsi y un chocolate con almendras. mañana no voy a poder venir al mediodía porque tengo que ir a ver a mi psicóloga, a lo mejor podría pasar un ratito a la tarde. 
no hace falta.
¿seguro? 
de verdad no hace falta que vengas todo el tiempo. 
bueno, vengo el viernes al mediodía a ver cómo seguís. 

nos saludamos haciendo un gesto con la mano como si estuviéramos parados en veredas opuestas. desde lejos sin estar realmente lejos. 
me agradece de nuevo (como ayer, como antes de ayer). 

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