miércoles, agosto 31, 2005

porque sí

a veces dan ganas de escribir para nombrar, solamente, algo bonito como las naranjas, manzanas, mandarinas y zapallitos verdes puestos en la frutera. algo bonito como la risa mojada de ezequiel, el lunar de lucas chocolate, como la panza de una embarazada, como una cebolla quitándose el traje de novia. algo bonito como un abrazo en pleno viento helado de la tarde, las piernas enredadas en un paso de tango, las medias negras con enrejado negro. algo bonito como una abuela hablando de otra abuela, como mamá llamando a los conventos, diciendo que a su muerte quiere lo que quiere. algo bonito como unas pestañas largas que hagan sombra, cosquillas, mariposas. algo bonito: un piano invisble escuchado desde la vereda con calor y con jazmines, dos manos que se buscan, el agua del cuerpo derramada.

martes, agosto 30, 2005

fosforando

si hubiese un columbario de ratones, perez podría ser guardado ahí, tranquilamente y con el debido respeto. perez perezca o pereció, seguro el domingo mismo en que lo vi, sin más pena ni gloria que la que un roedor merece.

entre tanto se va y se viene, se sienta uno al escritorio y por detrás pasan las personas varias veces y le rozan la silla, entonces uno cimbra y se enoja y pide por favor a los transeúntes que elijan otro derrotero. nadie lo hace. se limitan a tildar de histérico/a a la damnificada.

debo tomar una decisión en primera o en tercera. en primera, claro porque soy yo quien decide. pero me va a dar laburo, mevadar. y por eso en lugar de ponerme a laburar con lo otro, hablo de pérez, de naderías. o pienso en ramonismos, en eso de que las estatuas son un saludo a la eternidad.

lunes, agosto 29, 2005

rip pérez

veo al salir del baño un ratón atravesando su propia moribundia, despatarrado en negligencia sobre el piso, qué destino de ratón, bicho de alcantarilla, qué impresión de muerte tan fulera. sucio entre la suciedad ajena, tirado, apenas respirando el pobre. se le infla y se desinfla el vientrecito. gris y rosa. suave a los ojos míos que lo miran mezclados de horror, asco y semicompasión. al tacto, mejor no averiguar.

y hay que pedir café tres o cuatro metros más arriba de donde yace la pequeña criatura, hablar de otras diversidades, mientras el ratón muere despacio, mencionarlo y rápido cambiar de tema. pero es imposible reprimir el estremecimiento de médula espinal que se espirala desde la nuca hasta el coxis y viceversa. un estremecimiento que proviene del ratón, en parte. y en parte de otras cosas más secretas.

viernes, agosto 26, 2005

trasnochación

pensar en escribir
sin escribir
soñar la voz que cunde
que se escande
encinta entre mis piernas
ahí en el centro:
el útero horadado
de siempre recibir sin recibir
un hueso crepitando
bajo un árbol colosal
bajo el alud de la fornicación
bajo el embuste rojo de la luna

somos nosotros un no ser nosotros

de tan tan grande amor
el cuerpo se vacía
de tan grande encelo
de tan grande confusión
yo me desvelo explícita
dispar
anochecidamente
mórbida
de tan tan grande
espléndida chupada
recuerdo el dentellar tu verga fija
poco-a-poco
desatar/desesperar al cielo: que se expenda
en lluvia fúgida
y saliva

la casta enredadera del retorno
la condena
la piedad peligrosa
este: tu olvido,
mi querer ya no admitir la sola
soledad
solísima invención de la poesía

se vive en no saber
se huye de espanto
quiero luces
rutilar sin lágrimas
o desprender la risa
que mis manos me devuelvan a la música
gritar que ¡basta ya!
que hoy no me sirve
--ya no más--
correr detrás del viento

ceniza tibia arrojo
al pozo
en la ceniza va lo que creía:
la ilusión de amor
de Dios el vértigo
el ardid de la razón
la lenta furia del encuentro nuestro
de la lengua los milagros
el falaz consuelo de los libros
la aquiescencia de la piel
la zambra de las flores

me deshojo
en síes
noes
vuelvo atrás
vuelvo adelante
des-
pareja en apareo de mí misma
sobre el borde de la cama
desplazado el cetro
la pulsión desbaratada
por ahora

jueves, agosto 25, 2005

de café

hace sol, o hay, como cuatro años atrás, pero con frío, y con una noche vacía de caricias. se oyen los llantos de mamá me duele, de mamá yo extraño, de mamá leeme un cuento, de mamá no me dejes solo, de la luz del pasillo no la apagues ¿tenés miedo? no, miedo no pero no la apagues. no hay canción que alivie ni que duerma.

señora santa ana porque llora el niño,
por una manzana que se le ha perdido


y la paciencia que no viene.

por la mañana el trajín del levantarse. el que se durmió más cerca de la madrugada es el primero en abrir los ojos. al que tiene apurarse las cadenas del sueño le impiden todo movimiento. así. así. así. la leche, los pañales, el jugo de naranjas, la mochila, las galletitas, mi cartera, los aros, el perfume, la cara de sueño, unarruga, se caen los pantalones, se cae todo, se cae. vos dejá siempre correr el agua helada durante un minuto y vas a ver. vas a ver. sí.

aunque mamá me dijo una vez que el día que dejara de preocuparme por el tamaño del orto (mío) iba a encontrar la sabiduría. ¿qué querés? solía preguntar, mamá.
quéque.
res.
¿quequé?
todo, es una posible respuesta. complicadísima en los aspectos ejecutivos, léase, fase operacional diaria. la fase operacional diaria es aquella a la que uno se aboca, o lo abocan. cuando era más joven que ahora siempre me causaba maravillasombro, la vida. hoy también, creo, pero no tengo tiempo (o no lo veo) para darme cuenta entonces estúpidamente pienso a veces en las sombras. y dale con eso. "como pasar de elasombro alasombra": ciclos hormonales mal traducidos al idioma de las emociones, fase operacional diaria de logística fallida, dispersión.

si me decidiera, por fin, a contar. a narrar.

con el vestido largo, no del todo blanco, de grandes flores bordadas de hilillos y de perlas, la cabeza en alto como de falsa garza, la sonrisa verdadera, camina, en la garganta se la anuda el mundo, le brotan cristales en la mirada, es otra más que avanza, es otra más a quien espera su hombre que en el instante sabe suyo, que más tarde será más tarde, serán otros, ella, él.

el café es caro ¿no sabías?

martes, agosto 23, 2005

hablando de una iglesia gótica, de dios:

sí, debe ser eso. debe ser que uno va subiendo y subiendo esa escalera que parece no tener fin y recuerda que cuando estaba abajo le parecía que nada había, descreía de la posibilidad tanto o más que de la existencia de los endriagos o las sirenas, hasta que entonces se ve el cielo dentro de las agujas y también la ciudad que es nada más que un cuadradito de papel plateado y entonces viene el vértigo de Dios.

¿será eso?

sé que ahí estás, hambre de mí,
que no te suficiento
que te soy buena, sí,
pero con peros
que es difícil
querer y no querer
poder y puedo
decir que sí, que no
nombrar el miedo

jueves, agosto 18, 2005

estimación etc.

existe complicación en la implicada/intrincada involucración de dos personas que dicen quererse aunque no lo dicen o intentan. quererse mucho & bastante. o una barbaridad o poco, no hay un querómetro para establecer la magnitud, cuantificar l'amour que se profesan en silencio. desde la distancia o la retacada deberosidad.

uno va y escribe una cosita, unas palabras frases inconexas sin demasiada hilación o quizá, con una mínima apariencia de hilación, que muestran sólo la arista que pueden mostrar y no las otras por eso de que el lenguaje, flaubert ya lo dijo y lo dijeron otros --yo no soy original ni novedosa ni mucho menos ni más y dale con flaubert--, no alcanza por más que uno le de y no le de continuamente a la lustradora del estilo. no hay contenido sin forma. no hay cuento que tenga sentido sin la forma en que ha sido expresado, dicho, o puesto en palabras. eso es la literatura. la forma. si no, habría una literatura de contenidos y entonces en lugar de escribir una novela tendríamos ensayos varios sobre:

el amor
el adulterio
la existencia de dios
la lucha de clases
la guerra
etc.

prescindiendo así de personajes, escenarios, situaciones & etcéteras. o en vez de un cuento como, no sé, el de los brillantes de maupassant, habríamos:

"una mujer ambiciosa/snob/quiero-y-no-puedo le pide a una amiga un collar de brillantes para ir a una fiesta. luego lo pierde. luego compra otro, lo devuelve sin referir el percance, y trabaja toda su vida para pagarlo. años más tarde se reencuentra con la amiga y se entera de que el collar era...."


o en para esmé, de sallinger:

"una chica inglesa conoce a un soldado americano mientras toma el té una tarde de abril (era abril?) de 1944 (era 1944?). luego le pide la dirección para escribirle una carta. luego --deja pasar 38 días-- la escribe. hacía lo mismo, aparentemente, con todos los soldados norteamericanos que conocía"


y listo. para qué tanta historia de ponerse a escribir una historia, buscar la frase, la palabra, el ritmo o lo que joraca sea. es decir: mentira eso de que el cuento se sostiene por la forma (dónde lo leí, lo acabo de leer en algún lado, respecto de un cuento de cortázar, creo). el cuento ES la forma. ES el contenido. es la combinación de esas dos cosas que resultan, si bien tal vez quizás, dilucidables, resultan asimismo inseparables --la metáfora horrible de los siameses se me viene y no me gusta--. si no, un cuento sería otro cuento. una novela, sería otra novela. un poema sería otro poema. y así. ad infinitum.

y, aunque nada tenga que ver con lo anterior, siempre es la literatura la puerta de entrada o de salida o el lugar donde elijo/prefiero quedarme porque no me daña aunque a veces duela. un día inventando un poquito, jugando. la mayoría de los días leyendo. no importa si no se llega ni adónde o si se dispersa uno o si parece que no hay nada.

martes, agosto 16, 2005

9

hay un letrerito de papel pegado en la alacena y es tu caligrafía en negro sobre blanco, siempre fresca, sin edad. dice: (para que papá no se olvide, casi en una advertencia que él cumplirá, como si estuvieras pidiéndole en secreto que cuando no estés, se acuerde también de esto), dice que al bebé hay que prepararle aparte su zapallo y sus verduras.

porque ni por un instante se te ocurre dejar de pensar en cada uno de tus amores aunque el cuerpo te quede lejos.

también de la torta de chocolate quisiste ocuparte mientras los varones y las nenas dibujaban obstinadamente en sus cuadernos, entre las flores y esa multitud de plantas verdirojas tuyas, las estrellas federales, las cretonas, las de corolas redonditas blancas y rosadas. sentados todos alrededor de una mesa blanca, bajo el árbol de moras que alguna vez el jardinero mató con su hacha pero que un verano resucitó sobre nuestras cabezas.

miércoles, agosto 10, 2005

hablando de la sinfinítica escritura, es decir, como si de una enfermedad sensual o sexual se tratara, no hay nada que decir.

resultan varias cosas de la semana, a saber:

  1. el libro de julian barnes también me ha parecido sinfinítico: porque no puedo terminarlo, porque ni me molesto en buscar las palabras cuyo significado desconozco, porque algunas partes suenan decididamente boludas, a llenemos páginas (el muerto se asusta del degollado, o algo por el estilo, eso va para mí). aunque otras me dieron risa. en el sentido. tomá, acá tenés un poco de risa.

  2. vuelta con la marosa entonces, las camelias, las diamelas, las almendras, las zapallas y los ángeles.

  3. tristeza não tem fin, felicidade sim. no es del todo cierto, pero. el agujerito por donde se escapan las cosas. a mamita hace días que no la veo. yo misma soy una mamita cansada. los hijuelos me reclaman. claman a toda hora, llegaste tarde, te escapaste, te extraño, no estuvimos juntos, contame un cuento, cómo, por qué, cuándo suspendés los lunes, cuándo te suspendés.
  4. suspendida estoy.

  5. de una cinta.
  6. camino sobre una cinta y la cinta vuelve y vuelve sobre sí misma y yo voy y voy sin ir y es en este movimiento suspendido donde me paro o me reparo. cae, madura como un melón maduro, la metáfora pelotuda, el tropo fácil, la baratija: al final, cherí, la vida es como aquella alfombra de goma negra sobre la que todo el mundo sin cesar trajina y trajina pa' quedarse siempre en el mismo lugar.

  7. en octubre llegás de madrid, vos también, caminadora.

  8. la sábana conversación bien me hizo una mitad.

lunes, agosto 08, 2005

pasan días en que parecen difíciles las cosas, hablar, llegar donde no con la palabra con el cuerpo. una desinteligencia tras otra. me decís feas frases, entonces no es decir, es un gritar desmesurado que después se borra pin pin pin y cuatro ojos miran azorados ¿quieren, no se quieren, quieren que se quieren o qué quieren? dormir. dormir.

escribir, tan crípticamente como se pueda, para no en realidad transmitir nada o sí. la confusión megalotómica interior que de ninguna parte viene y a ninguna parte lleva.

o la referencia a lo trivial (sabiendo y sin remedio que no hay cosa más allá, ni más acá) por ejemplo:

entró al baño, se bajó, sentó, meó
luego se levantó
(los pantalones rastrándose en el piso)
miróse en el espejo:
el pelo recortado,
las braguitas naranjadas,
el estomaguito redondo de estropeado ombligo ,
la pechuguita blanca sin salpimentar
casi mezquina,
luego tornó al culo,
al terrible,
gigantescorondo
y codiciado culo.
se odió por un instante.
se fue a seguir viviendo.

miércoles, agosto 03, 2005

8

a la madrugada le venía el pis, el pis a mares, dorado y tibio cuando prorrumpía, helado, negro al apagarse el sueño. vergonzoso. siguió durante tanto, pero tanto tiempo que ella ya era casi una mujer y todavía el pis servido en jarras le corría hacia los sures del cuerpo. así, las sábanas se transformaban en difíciles pruebas de paciencia, en un montículo de algodón mojado, en mojada y absurda cómotravezticistencima humillación.

(pero no importa, me decía, no importa mi amor, no te preocupes).

lunes, agosto 01, 2005

7

viene la otra con los zapatitos nuevos, gamuzados, la pulserita apresándole el tobillo fino. viene dando pasos cortos, hijos de esa estudiada precaución de zapato nuevo (por dios que no se ensucien), de crepitantes suelas nuevas.

le muestra a la hermana mayor: me compraron estos zapatitos, mirá qué preciosos ¿te gustan?

(silencio)

sí, le gustan, claro que le gustan. pero no lo dice. y es que los eligieron tan terriblemente lindos, tan zapatito-de-princesa, parece absurdo que sean los zapatos de ella, suaves como terciopelo, de color ladrillo, tan pero tan encantadores sobre las medias blancas que resulta inevitable: hay que pisarlos. ya mismo. hay que pisarlos con la furia de una tonelada, que se selle en ellos esta marca mía, que se sepa quién es la más importante de la casa. ahora y para siempre.

(tierra en la gamuza, en las medias blancas)