lunes, agosto 01, 2005

7

viene la otra con los zapatitos nuevos, gamuzados, la pulserita apresándole el tobillo fino. viene dando pasos cortos, hijos de esa estudiada precaución de zapato nuevo (por dios que no se ensucien), de crepitantes suelas nuevas.

le muestra a la hermana mayor: me compraron estos zapatitos, mirá qué preciosos ¿te gustan?

(silencio)

sí, le gustan, claro que le gustan. pero no lo dice. y es que los eligieron tan terriblemente lindos, tan zapatito-de-princesa, parece absurdo que sean los zapatos de ella, suaves como terciopelo, de color ladrillo, tan pero tan encantadores sobre las medias blancas que resulta inevitable: hay que pisarlos. ya mismo. hay que pisarlos con la furia de una tonelada, que se selle en ellos esta marca mía, que se sepa quién es la más importante de la casa. ahora y para siempre.

(tierra en la gamuza, en las medias blancas)

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