martes, agosto 29, 2017

56.

qué espanto ese teléfono sonando y la voz del otro lado y el susto.

...

no sabía quién era clara beter.

una vez yo misma le di voz a una prostituta vieja, cuando me decía escritora, habíamos armado un blog colectivo que era un cabaret y a todas las minas que participaban se les dio por hacerse las putas sexies y yo preferí la voz de la puta vieja, solitaria y ajada. me parecía más interesante explorar eso que hablar de las obviedades del cojer. seguramente era un cliché también todo lo que inventé. odette se llamaba mi puta. como el personaje de proust en Du côté de chez Swann.

los universos prostibularios creados por la imaginación están llenos de lugares comunes.

será que el sexo es lugar más común de todos los lugares.

...

no pude terminar el libro de samuel becket por más empeño que puse en la tarea. no sé por qué las novelas de becket y sus obras de teatro están siempre pobladas de personajes pseudo humanos que viven dentro de cajas o barriles, son inválidos o pretenden serlo, babean continuamente, no controlan sus esfínteres ni tampoco lo que dicen o piensan, en fin, son un conjunto de seres sufrientes, incoherentes y desagradables, algunos estúpidos, otros un poco más lúcidos [personas que se preguntan y se cuestionan cosas], como lucky en esperando a godot, o los dos personajes de final de partida, o malone, molloy, el innombrable, etc.

pienso que becket tiene su equivalente en francis bacon, cuyos cuadros siempre me fascinaron y espantaron al mismo tiempo. una vez, encontré un libro de él, en el que hablaba de dejar en sus cuadros el "trail of the human presence" esa cita no la olvidé jamás porque además en ese momento yo escribía y quería lograr algo similar. ah, cuántas ambiciones.


"...Art is a method of opening up areas of feeling rather than merely an illustration of an object . .." 

"i would like my pictures to look as if a human being had passed between them, like a snail, leaving a trail of the human presence and memory trace of past events as the snail leaves its slime"

...

viene el viernes.
el piano.


domingo, agosto 27, 2017

55.

no puedo parar de llorar. de repente me di cuenta que pasaron 18 años y que fui muy feliz en esta casa (a pesar de todas mis dudas y locuras, o mejor con todas mis dudas y locuras), desde el momento en que entré, embarazada de casi 8 meses: una panza enorme, el pelo largo (tenía el pelo hermoso, la cara redonda, no había engordado mucho) estaba estudiando, iba de acá para allá como una abeja laboriosa, en constante movimiento con un bebé danzante dentro. nos mudamos con la casa vacía: era grande para una pareja de chicos recién juntados. invitábamos a todo el mundo: vean, esta es nuestra casa, miren qué linda, miren cuánta luz y cuánto sol y qué felices somos y qué jóvenes y hermosos. 

llegó lucas y lloraba todo el tiempo y yo me desesperaba porque no sabía qué hacer. hasta que un día empezó a dormir toda la noche (fue pronto, al mes) y nos entendimos mejor. me corté el pelo corto corto. tenía el pelo de varón y el cuerpo lleno de leche y ya estaba flaca de nuevo y lucas se puso gordo como una bola porque la leche era buena y mucha y éramos la vaca y el ternero. una vaca estudiosa que dio mal sus exámenes porque la última semana el bebé tenía fiebre y la vaca tuvo que seguir estudiando hasta marzo. sabía de macroeconomía, teoría de los juegos, crecimiento y desarrollo, matemáticas, etc. y estudiaba francés porque además quería leer a proust. 

después la vaca dejó de ser vaca, volvió al trabajo y extrañaba mucho al bebé y se sucedieron las fiestas, los cumpleaños, el bautismo con la camisita blanca, mamá y papá venían a casa, todos mis hermanos menos pache que en 2001 dijo que quería, que tenía que ir a vivir a españa porque. nunca supe bien por qué. venían los amigos, nuestros compañeros de trabajo, era un lugar de encuentro, un lugar de bienvenida, sin muebles ni formalidades, puro amor. 

en 2001  nos casamos ya ahí si se llenó un poco con los regalos, el casamiento en el socorro, la fiesta en el palacio san miguel, como una reina de vestido largo, lucas llorando en el fondo de la iglesia. irene leyendo las lecturas del antiguo testamento (le había dicho: cuidado con el cura, mirá que es muy buen mozo, mentira, le dije que el cura estaba muy bueno o algo así). yo ya no creía en dios desde hacía tiempo. íbamos de viaje a europa, a brasil, a estados unidos a visitar a las chicas a boston, a colarme en las clases de la school of government en harvard (irene de nuevo, cómo la extraño, detesto que viva en londres, detesto que no me hable más seguido). no pude ir a las de literatura en bu porque el profesor le dijo a laura que iba a distraer la clase. 

escribía. escribía. escribía. 

estuve un par de años escribiendo y creyendo que ese era mi fin en la vida: ser una escritora. hasta que llegó ezequiel un día y mi cuerpo volvió a inflarse como un globo, engordé bastante, estaba cansada, el hermanito mayor se puso demandante: quiero el unicato para siempre. llegó ezequiel. se fue mamá. la casa empezó a mostrar que había niños impiadosos habitándola: las paredes con las marcas de los triciclos, con dibujos, los sillones manchados porque los niños jugaban a que eran enormes transatlánticos con los que cruzaban el océano: los cargaban con juguetes y provisiones y yo les dejaba hacer con tal de que miraran menos televisión. debajo de la mesa había una casa también: era un refugio. 

hicimos menos reuniones, dejamos un poco de viajar (los chicos chicos). empecé a bailar tango y a trabajar seriamente  y a creer que podía hacer una carrera en "la corporación". trabajaba mucho, ganaba acorde, dejé de escribir, veía poco a mis hijos, los cuidaban otros, norma, la abuela, gustavo. también eso pasó y volví a ser más normal y retomé el tango en 2011/2012 y sólo escribía esporádicamente y no arreglábamos la casa, sólo cambiamos cosas de lugar, pintamos un poco, reparamos lo urgente. los chicos crecieron, empezamos a ver otras casas hace como cinco años y cuánto nos costó llegar a este momento: no nos animábamos. por ahí en esos años compré un teclado porque no sé cómo se me había ocurrido que quería tocar el piano. lo compré pero casi no tocaba. 

y hoy es hoy. las chicas vinieron anoche y se despidieron y me preguntaron cuándo hice todo. les dije que no hice nada, que las cajas las organizó, llenó y rotuló norma porque "señora, no vamos a llegar al sábado 2 así" de manera que un día vine tarde de la oficina y estaban todas las bibliotecas desarmadas, habían desaparecido los cds, parte de la ropa, el juego de vajilla de villeroy. 

qué bien. tomamos café. charlamos. cumplí con tocar el falso piano un poco. hablando mientras tocaba como para disimular. adriana se emocionó un poco porque está por casarse y cuando éramos chicas me había pedido que le prometiera que iba a tocar ese preludio de bach el día de su casamiento. 

 

sábado, agosto 26, 2017

54.

bailar con mujeres.
no:
bailar con una mujer determinada.
...

la casa nueva está lista para recibirnos.

jueves, agosto 24, 2017

53.

Program Note by A. Robert Johnson
Epigraphes antiques  (1914)  Claude Debussy (1862-1918)                       
These six pieces for piano–four-hands are based on Chansons de Bilitis, first published in Paris in 1894, 143 texts from which Debussy selected three for songs that purport to be translations of poems by a woman named Bilitis, a contemporary and acquaintance of  Sappho. They caused a sensation, not only because finding an intact cache of poems from a completely unknown Greek poet circa 600 B.C. was such an unlikely discovery, but because of its open and sensitive exploration of lesbian eroticism. In fact Bilitis never existed. The poems were a clever forgery by Pierre Louÿs—the "translator, " and a close friend of Debussy.  To lend weight to the claim of authenticity, he included a bibliography with bogus supporting works. Louÿs had a good command of the classics, and he salted Bilitis with a number of quotations from real poets, including Sappho, to make it even more convincing.  Although these texts are fake, their literary value is significant. And even though they were written by a man, they acquired cultural significance for lesbians. In fact, one of the earliest organizations of lesbians in the United States was called the Daughters of Bilitis. This may have been because it was a reference that would elude most people.  (The preceding is based on a note by J. B. Hare.)

The Epigraphes are one of only three publications for piano four-hands by the composer, Petite suite and Marche ecossaise being the other two. His conceptual use of pianissimo is notable, as is the imagery of exotic lands, as in the poems –– Egypt and Greece, and contrasts of nature as experienced by rain in night. Yet he manages a unity throughout that carries to the very end with a theme, artfully masked, brought forward from the first of the pieces.

miércoles, agosto 23, 2017

52.

pianus interruptus: resulta ahora que la escalera es demasiado complicada (no la de mármol de carrara de mis pesadillas) y resulta que Mr piano tiene que subir PARADO. la casa vieja [es decir en abandono, es decir donde AÚN habito] un círculo infernal de libros en cajas y cajas en libros. intransitable. quería ir a visitar a Mr piano pero la voz de Cecilia muy matter of fact: qué pena ya estamos cerrando.

ni vengas.

entonces: ma seh, paso por el café de la esquina [no está en la esquina estrictamente] me mando, pongo carita de pelotuda y ya: à jouer le piano. y no. hay no sé quiénes ensayando algo que no involucra al instrumento: ni siquiera puedo escuchar qué onda el sonido. una mesita. le café dans la tasse, la petite cuillère, mentira, hoy no voy a usar azúcar. tampoco tango. estoy cansada y mocos de agua.

escuchar todo el día cosas de piano para que se queden ahí en mi mente trabajando [¿y la paja?]
en el ojo, en el pajar, con la aguja y el camello

qué será de Osvaldo Lamborghini, Sebregondi y toda esa parafernalia, la ampolla de los afectos

ah, la ampolla de los afectos.

en efecto.

hablando de pianos acaba de pasar Bruno Guelber a mi derecha. cojo. recontra puto como Osvaldo. me llevo bien con los putos. me gusta mucho cuando explicitan su putez. también cuando la callan. fui a ver a Bruno al teatro muchas veces. la última, decir debo, no fue de las mejores, años atrás. marianito es mi puto predilecto de estos días. toca el piano. es joven. bello. de ojos oscuros. inteligentísimo. cuando lo conocí dije: quiero trabajar con él. pero: solo nos vemos en algunas reuniones, si me pide algo cada tanto me pongo contenta. él ni idea. le dije: quiero hacer a) b) c), que era una forma de decirle: quiero trabajar para vos. pero no. me dejó con el otro pendejo.

suficiente. voy a por mi falso piano.

es bueno saber de todos modos que siempre nos queda la escritura.


martes, agosto 22, 2017

51.

somos siempre lo mismo.
nada cambia. qué pretensiosa era. cuánta tonta [tanta] soledad.

keep going.


Writing for No Thing 

I wish I could become this, or that, which I am not. I whish I could turn myself into something else than this frantic scribbling day and night, to no one but the inner empty crevice where the sounds of my words reverberate, reverberate, reverberate.

I long for understanding: there are people, whom I cannot even grasp, whom I read in silence, as a witness of their mystery, as a witness of existence (that constant paradox that cannot be told, but experienced); there are people I would like to absorb, as if they were a stream, as if I were a sponge. Ridiculous as it appears, I wish so. Yet, impossibility arises and I become aware that I am echoing someone else’s music, whose? where from? It calls. It calls. It calls.

I am nothing but a drifting leaf, a petal in the wind, heavy, clumsy, blotted out by the deeds of distance, hello, can you hear me, hello, you are away, this is a deaf song, isn’t it? You are away, and you, and you, and you.

I miss.
I am missing.
I am nothing.
No thing.

Even in family, son and loving husband. Even among friends, those who inquire, those who hassle, those who soothe. Even in the crowd, I am wrapped in solitude, which is ominous, not just because it is my own but everyone’s. For I do not think I am the only idiot who is able to contemplate this occurrence: lots like me might be wondering now, about the same. The answer looms. (Again, don't let it come).

There are drops of insurmountable solitude all over the place, along the corridors, leaking through the walls. I can see them, I can touch them, I can sense them.
I am being.
I am.

(2003)

lunes, agosto 21, 2017

50.

es temprano y todos duermen.

son los últimos días en esta casa. las cajas sin armar esperan que las llenemos con las cosas que vamos a llevarnos (la mayoría son libros: de todo lo demás hay poco. la vajilla cara sigue en envuelta en el mismo embalaje en el que vino, casi nunca se usa porque no sé mucho de esos asuntos).

estoy en la cocina (no ahora, ahora estoy escribiendo, pero) entonces en la ventana aparece una porción del sol y recuerdo cuando me levantaba en la madrugada para amamantar a mis hijos y era tan joven y llena de vida y amor y tan seguramente confundida como ahora. aunque no. tener los hijos, criarlos, sobre todo cuando son pequeños e indefensos es más intuitivo, no hay que pensar tanto. no hay confusión posible ahí. eso es lo mejor de la maternidad, es un lugar, una definición que no tuve que estar buscando, al que me sometí contenta y sin chistar, a veces asustada, otras asombrada porque al mismo tiempo nada nunca me había parecido tan difícil e irrenunciable.

papá vino un día y me vio redondeada y sonriente con un bebé a upa y un niño de la mano y me dijo: sos el cuerno de aqueloo. o algo así. no sabía de que me hablaba.

ahora sí, de frutas y abundancia.

por la ventana entran sonidos de palomas y de pájaros. nos vamos a ir antes de la primavera, a verla florecer desde el balcón de la casa nueva.

....

ayer enseñé a v. y a l. algunos rudimentos de tango. son tan bellas altas y elegantes. las dos entendieron todo enseguida. me encantaría llevarlas a las clases. l es suave y plástica y podría aprender los dos roles al mismo tiempo sin problemas. v. tiene ganas muchas ganas de seguir y que la lleven y hacer fintas con las piernas y subirse a un par de tacos altos. apenas empezamos salió corriendo a buscar unos zapatos rojos carísimos y se los puso. siento que con esto voy a bailar mejor, dijo. vos, le contesté, lo que querés es disfrazarte: ponerte un vestido negro, pintarte la boca, ir toda ajustada a la milonga y que te agarre un tipo y te deje reverberando (usé otra palabra en realidad, un poco más vulgar). sí, sí, siempre fui medio puta, me contestó.

nos reímos mucho.

....





domingo, agosto 20, 2017

49.

necesito silencio: un silencio que venga de no tener que explicarme todo el tiempo.
ni ante los demás.
ni ante mi misma.

un silencio que venga del mero acto de permanecer callada. mentalmente callada. emocionalmente quieta.

un silencio que signifique no sentir.
o no necesitar.
o no querer.

un silencio que sea la ausencia del deseo.
que me haga ver más simple.
menos despareja.

por un rato.

sábado, agosto 19, 2017

48.

luna park.
cuarteto de nos.
un hijo al lado mío, otro en el medio del despelote con un amigo.
todo el espacio a mí alrededor vibra y yo también. le doy la mano a Ezequiel.

"la nena no llora"

pero sí.

domingo, agosto 13, 2017

47.

todo el día sola tocando el piano.
como en los viejos tiempos.


viernes, agosto 11, 2017

46.

no viene el bondi.

45.

la casa nueva es vértigo. el vidriero. el plomero. el carpintero [sin su barba de viruta, pero es como si la tuviera]. el pintor. el hombre de la electricidad [mi hermano que construyó un tablero desde el que puedo comandar el lanzamiento de misiones al espacio para verificar la posibilidad de existencia del agua en venus]. la mudanza. el servicio de limpieza. desarmar la casa. armar la casa. los libros que desaparecen. el piano que no se apaga.

ezequiel y yo tomando un colectivo que nos deja en un templo [no le dije a dónde íbamos] en el que hay un enorme piano de concierto con la tapa baja y la pianista llega envuelta en su vestido negro de encaje negro ajustado, toda ella voluptuosa, igual que en las imágenes que vi en internet, una sonrisa blanca, el cabello negrísimo, la boca colorada, taconeando sus zapatos altos, mira el piano, la tapa permanece cerrada, el hombre que hace unos minutos la presentó ya no está ahí para ayudarla, la pianista mira al público y sonríe, apenas levanta los hombros ¡qué importa, en giorgia pasamos situaciones más difíciles!, abre la tapa y la lavanta [es pesada] y ahí nomás se sienta y arremete: toca como endemoniada las baladas de chopin, meefisto, y ezequiel la observa como si observara a un animal extraordinario, a una criatura mitológica de la que los sonidos brotan como agua en un río de deshielo, como un incendio inesperado en la foresta o un relámpago en la lluvia y cada tanto me mira de reojo, se mueve con la música, y cuando la pianista termina y saluda [ahora es una reina ante sus súbditos]  ezequiel dice, mamá, ella toca mejor que vos, no te ofendas. yo sonrío y le cuento sobre la pianista y su propia mamá, sobre su hermana y su infancia, sobre los compositores, sobre la polonesa heroica y las baladas, sobre la ópera de mozart y la obra de lizt, le hablo de la escena de don juan, vorrei e non vorrei, ¿ah, por eso me dabas la mano?

La ci darem la mano,
La mi dirai di sì:
Vedi, non è lontano,
Partiam, ben mio, da qui.

44.

el marmolero dice que las personas que piden que les corten el mármol sin vetas no entendieron nada. me explica que el trabajo que hizo para mi casa lo realizó de manera tal que coincidieran cada una de las líneas del dibujo blanco de la base con las del zócalo "para que parezca hecho de una sola pieza. porque ese es el truco de trabajar el marquina ¿sabe señora?: que parezca una sola pieza" lo dice sonriendo, orgulloso, como si el que habla fuese Miguel Ángel explicándome que esculpió el david de un bloque de piedra de carrara entero, sin cortes. le doy la razón: "es cierto, por qué habiendo la naturaleza puesto ahí toda esa belleza." y voy aún más lejos "por qué será que si Dios se tomó el tiempo y la delicadeza de dibujar todas las vetas en el mármol la gente quiere el mármol sin vetas" y así estamos un rato hablando, de la piedra y su dureza. "el marquina, por ejemplo, es tan duro y tan difícil de cortar es muy frágil al mismo tiempo: uno lo puede romper". 

la piedra encierra una porción de eternidad mayor de la que nos asigna Dios a las personas.

(yo sé que Dios no está, porque no existe, pero hizo los dibujos en el mármol, hizo a Miguel Ángel que a su vez creó al David para que pudiéramos mirarlo desde todas partes y admirar todas sus partes y en efecto, así fue que en Firenze aquél día de aquél año en que jóvenes e idiotas permanecimos quietas muchísimo más tiempo observándole las espaldas al David que el frente, y de las espaldas, bueno, ya se sabe bien qué parte).

miércoles, agosto 09, 2017

43.

¿qué hago con todo estro?

grullas de colores.

rain on a tent.

me lluevo encima.

martes, agosto 08, 2017

42.

no sé cómo [o sí, esta mañana, children's corner, gradus ad parnassum, horzowski a los 90 años, ahora yo a los 44] leo el foreword del tratado de de contrapunto de fux, encuentro cuando habla de Johannes Tinctoris the composer's judgment must be based not only on what he hears at a given moment but what he must keep in mind in the continuity of hearing, sigo, the term counterpoint is applied in his text to the process of relating one "point" of a composition to another thematically. the word "contrapuntizare" (ahora habla de un tal Zarlino) which Zarlino inctroduced for this manner of envisioning "the whole composition at once" corresponds to the word pointing etc...

"...and then the conductor makes an upbeat. the upbeat, the moment when he raises his hand, actually contains the formula of the entire work..."

[como el instante previo a comenzar a bailar un tango, pienso, el gesto del abrazo, la manera de enfrentar y de tomar a la otra persona, ese momento es una síntesis de lo que vendrá luego, por eso tardo en salir cuando me toca llevar, además de que no sé. por eso me gusta, si soy conducida, que toda esa ceremonia no se apure a pesar de que yo todavía no haya aprendido del todo a no apurarme] 

sigo leyendo y llego a johannes de muris, y antes, el ars nova, y un poco más acá en el tiempo o más allá una j de 17 años revisando sus ejercicios de contrapunto corregidos en rojo porque: por favor señor ¡no borre! corrija con color, una y otra vez sobre las hojas pentagramadas, no borre, por favor no me anule, déjeme ver en qué me equivoqué porque el error es mío y necesario, por favor, no borre, decía, ahora llego a las declaraciones acerca de la perfección del número tres:

...that all perfection lies int the ternary number follows from many likely reflections. in God, who is most perfect, there is one substance, yet three persons; he is threefold yet one, one yet threefold. very great, therefore, is the correspondence of unity to trinity...

tres es perfecto. dos es infame por apartarse del principio de unidad. 

entonces, recuerdo que hace muchos años [esa otra yo de treinta años] escribí esto, que, casualmente es el número III de una serie de VII. 

...

3

Lorenzo:
Lorenzo es un amante empedernido, no sólo en el sentido voluptuoso que la palabra evoca: ama a las mujeres como quien ama la música o la literatura y colecciona discos y libros con devoción religiosa. Aunque en su caso se trata de un culto politeísta: Lorenzo adora a todas y cada una ellas.
Cada vez que a Lorenzo le presentan una mujer le resulta imposible no imaginar cómo sería verse envuelto en una historia con ella. No importan la condición ni la edad de la fémina en cuestión: todas encierran algún motivo de admiración que con seguridad valdrá la pena ser descubierto. Así, por ejemplo, si ella es diez, quince o veinte años mayor que él, Lorenzo trata minuciosamente de construir la imagen de esa mujer en su juventud, imagina cómo brillarían sus ojos si tuviera la oportunidad de abrazarla, o cómo luciría su rostro si pudiera liberarlo de las marcas impiadosas que el tiempo ha dejado nacer alrededor de su sonrisa. Si en cambio es demasiado joven, fantasea con esperarla hasta que alcance la edad suficiente para poder hacerla suya. Y por supuesto existen también los casos en los que, independientemente de qué tan lejana sea la edad de la mujer, Lorenzo no querría modificar nada en absoluto.
Si se trata de una mujer que la mayoría de los hombres consideran poco apetecible, enseguida él especula con los placeres que su boca podría ofrecerle. Y así con todas. Siempre hay algo: el instinto maternal en una, la feminidad en la otra, la candidez en la de más allá, la inteligencia en la de más acá. Lorenzo, por ejemplo, no teme la inteligencia en las mujeres. Al contrario, posee la capacidad de disfrutar la conversación más elevada aún sabiendo que no obtendrá ningún placer físico de la mujer que la prodiga. Tampoco le molesta la tontería. Hasta le parece que, en algunas, es un rasgo particularmente encantador.
No hay oportunidad que se le antoje digna de ser dejada de lado. Incluso ve los casos inaceptables para muchos, como la contraparte necesaria para resaltar aún con más fuerza la belleza de las demás. Lorenzo encuentra un no sé qué de voluptuosidad en el hecho de que haya un universo por descubrir oculto entre las piernas de cualquier mujer, aún cuando la llave para ingresar en él le sea negada.
Lorenzo tiene por costumbre mantener relaciones con varias mujeres al mismo tiempo y no se preocupa demasiado por que una se entere de la existencia de sus enredos con las otras. Siendo la naturaleza tan exquisitamente generosa no encuentra razón alguna para la práctica de la monogamia, a la que considera, por otra parte, irrazonable en extremo. Además, si alguna vez rompiera con cualquiera de sus mujeres ¿por qué habría de preocuparse?: Lorenzo tiene la certeza de que otra más aparecería a su debido tiempo. Es que para él, entristecerse por la pérdida de una de ellas le resulta tan absurdo como entristecerse por la desaparición de las flores en invierno. Es sabido que, después de todo, la primavera retorna siempre invariable con brotes nuevos.
De tanto en tanto y como todo coleccionista, Lorenzo disfruta de hacer revisiones mentales de aquello que más aprecia en cada una de sus amantes.


Manuela:
Por ejemplo, Lorenzo acaba de decidir que lo que más le gusta de acostarse con Manuela es el olor a tierra húmeda que emana de su cuerpo desnudo en la postrimería del sexo. No la lengua tímida y a la vez ávida y ansiosa. No el sinuoso devenir de su cintura hacia el valle de sus caderas. No el marfil de sus dientes blanquísimos que juguetean una y otra vez con los lóbulos de sus orejas, con el vértice de su propio sexo. Simplemente el aroma que queda cuando todo llega al fin, como deseando prolongar el instante de felicidad suprema por algo más que esos pocos segundos que la naturaleza le asigna inconmovible. Lorenzo tiene plena conciencia de que la eternidad no está a su alcance, pero sí lo está la ilusión de su existencia. Y el perfume del cuerpo tibio de Manuela le brinda esa ilusión de eternidad con la que tantas veces se ha permitido soñar inútilmente.
Anoche fue una de esas noches.

Ernestina:
La de hoy es diferente y las estelas perfumadas de Manuela no son más que un recuerdo vago que no consigue emerger de las profundidades de su memoria. Porque no es ella quien lo acompaña, sino Ernestina. Ernestina quien desmiente con su actitud animal toda la fragilidad que uno imagina encontrar en ella al escuchar su nombre, tan parecido a la música. Lorenzo recuerda de la tarde en que la conoció, ni las circunstancias ni el lugar, sino la impresión de campanas que le causó su voz al responder a su inquisitivo:
–¿Cómo te llamás?
–Er-nes-ti-na.
Y la palabra se había puesto a flotar indefinidamente en el aire como un tañido transparente y lejano. En aquél momento Lorenzo pensó que nada podría ser más dulce y extraordinario que escuchar ese sonido en los momentos del amor. Y más tarde se habría sorprendido ante la súbita transformación de Ernestina en un torrente avasallante y silencioso que amenazaba con hacerlo desaparecer.
Con el tiempo, ha llegado a darse cuenta de que lo que más le gusta de acostarse con Ernestina, es esa imposibilidad de reconocerse que lo asalta apenas comienzan las caudalosas precipitaciones de besos y caricias que ella ofrece tan generosamente. No el sabor apenas dulce que esconde entre la delgadez de sus piernas efímeras. No el que lo deje explorar cada una de las cavidades de su naturaleza cuantas veces quiera, como quiera. No el sonido de campanas de su voz recordándole una y otra vez que es suya. La experiencia de dejar de ser quien es sin tener que abandonar su existencia. La posibilidad de transformarse en otro y ser el mismo.
Y así pasan las noches de Lorenzo junto a la compañía tibia de Manuela o a la brutalidad animal de Ernestina. No podría ser más feliz. No podría haber encontrado una combinación mejor de amantes. Lorenzo ha descubierto en ellas dos la síntesis de todas las mujeres que ha conocido y que deseaba conocer. Y así es como de apoco los encuentros con otras mujeres van haciéndose cada vez más raros. Así es como en algún momento desaparecerán totalmente.

Lorenzo, Manuela y Ernestina: 
El tren de Lorenzo ha llegado a una estación que siempre había considerado inexistente. Lorenzo se ha enamorado perdidamente. A decir verdad, él siempre creyó que se hallaba en una condición de enamoramiento crónico con respecto a la totalidad absoluta del universo de mujeres y que eso era lo que le impedía la consecución de lo que los demás vulgarmente llaman fidelidad.
Pero esta vez las cosas son diferentes. Diferentes porque está realmente enamorado de ambas. Sí, lo que conocemos como amor a Lorenzo le ha llegado de manera totalmente inesperada. Manuela y Ernestina han cobrado una significación que jamás hubiera creído posible. De repente la idea de que una de las dos pueda llegar a conocer la realidad que él comparte con la otra ha comenzado a preocuparlo con una insistencia inusitada.
Más adelante, la preocupación se transformará en tormento. De tal forma lo angustia la posibilidad de perderlas que ya ni siquiera es capaz de disfrutar del perfume a tierra mojada que queda danzando en la habitación después del sexo con Manuela. Tampoco los desaforados encuentros con Ernestina logran apaciguar la idea que lo atormenta. Ni siquiera se da cuenta de que podría suceder que ellas lo dejen por otro. No: la única posibilidad que lo persigue hasta en sueños es la de que se encuentren. De que se enteren. Por primera vez en su vida se ve en la necesidad de tomar precauciones. Paradójicamente, serán esas mismas precauciones las que lo perderán: no hay nada más evidente que una mentira a la que intentamos vestir con un disfraz que intenta parecerse a una verdad inmaterial. 
Lorenzo comienza a especular acerca de lo que podría acaecer en caso de ser descubierta la naturaleza dual de sus amores. Se sorprende una y otra vez construyendo mentalmente la reacción de ambas mujeres en el instante funesto de la revelación. Ya no dedica un solo instante al gratificante ejercicio de recordar, atesorar y fantasear con lo que más disfruta con Manuela o con Ernestina. Ahora su situación es del todo diferente. Podría ocurrir esto. Podría suceder aquello. Es inevitable. Van a saberlo. Así como en otros tiempos lo supieron las demás. Así como lo supo Alejandra. Sólo que esta vez. Esta vez qué.

Manuela y Ernestina:
Podría ocurrir que Manuela y Ernestina se encuentren, a pedido de Manuela, en algún café del barrio donde se veía con Lorenzo antes de ir al hotel donde solían amarse. Podría ser que ella se sintiera profundamente conmovida al enterarse de la existencia de Ernestina y que se viera compelida a citarla para darle la más innecesaria de las explicaciones. Podría acontecer que Ernestina acceda a la petición de Manuela a pesar de que el orgullo debe estar molestándola como lo hace una bala clavada en las entrañas de un animal herido.
Podría producirse entre ellas un diálogo tenso e infructuoso, similar al que sigue.
–Hola, soy Manuela, creo que no es necesario que nos presentemos– diría Manuela en un susurro, tímida y apologética.
Y Ernestina, seguramente, respondería con su voz de campanas anunciando la llegada de un odiado pero jamás temido enemigo: 
–Por supuesto que no hace falta.
–Mirá, yo quería decirte...
–En realidad, vos y yo no tenemos nada de qué hablar.
–... no sabía que ustedes dos tuvieran algo.
–Si es por eso no te preocupes, yo tampoco sabía nada ni me interesa enterarme de nada. Es más, entre él y yo ya no hay ninguna historia.
–Tampoco sabía que hubieran terminado...
–Quedate tranquila, no necesito tus explicaciones.
Aquí Ernestina podría levantarse de una silla en la que jamás habría elegido sentarse de no haber sido porque las circunstancias la habían obligado. Ernestina pegaría media vuelta llevándose con ella a otra parte su orgullo y el sonido de campanas de su voz ofendida ante los torpes intentos de Manuela.
Manuela, a su vez, pagaría el café que seguramente está intacto. Sus ojos llorarían tibias lágrimas y daría por terminado el encuentro con Ernestina y el recuerdo de Lorenzo.

Lorenzo:
Los acontecimientos se dieron, finalmente, tal como Lorenzo los había imaginado: él mismo no soportó más la situación y confesó primero a una, después a la otra, la naturaleza de sus amores.  Ahora la ruptura lo está llevando al límite mismo de su capacidad de sufrimiento. Más aún tratándose de una doble pérdida porque está profundamente enamorado de ambas. El amor no le ha llegado como a otros encarnado en el cuerpo y alma de una sola mujer sino de dos. ¿Cómo es posible que aquello que le ha brindado tantos motivos de felicidad durante su vida sea ahora la principal causa de su desgracia? Lorenzo no sabe qué hacer. Se ha quedado danzando con las sombras de lo que alguna vez fue su vida entera. Pero ahora es ahora, y su concepción naturalista del universo le habla de continuidades, de instintos, de la imposibilidad de entregarse al abrazo mortal de la melancolía.
Lorenzo podría guardar en los arcones del olvido todo lo que esté relacionado con el reino femenino. Podría librarse definitivamente de las mujeres y entregarse a la contemplación del mundo, que no menos secretos guarda. O bien podría continuar llevando una vida disipada, experimentando aquí y allá con los encantos de una y otra, siendo fiel a su esencia y a sus costumbres.  O podría encontrar otra mujer de la cual enamorarse profundamente, quien lo corresponda y con quien pueda iniciar una vida de improbables relaciones monogámicas.
Lo cierto es que Lorenzo continuará sirviéndose los frutos que el destino ponga en su camino. El deseo de poseer a todas y cada una de las mujeres con quienes se cruce a lo largo de su vida no se apagará en él sino en el momento definitivo de la muerte, que sucederá muchísimos años después de los hechos de Manuela y Ernestina. Lo cierto es también que Lorenzo nunca volverá a ser tan fiel ni tan feliz como lo fue con ellas. 


domingo, agosto 06, 2017

41.

salí a correr sobre los adoquines y las veredas sucias, bajo los paraísos del parque y las estrellas incipientes (¿había estrellas esta noche?), entre los restos moribundos de la feria de la tarde y las personas que se negaban a irse del todo de este domingo que al parecer les fue feliz. corrí seis kilómetros o algo así. podría haber seguido un rato más: el cuerpo no se olvida. como mis rodillas van a recordarme mañana que no es bueno ir a correr de vez en cuando y después querer jugar a ser bailarina.

...

empecé a leer mahler. no es tan difícil (en el sentido de que no es imposible) pero no es fácil. se podría hacer. y la música es genial.

me resulta increíble todo lo que no sabía que no sabía de música y estoy descubriendo ahora. cómo de una puerta que se abre se abren otras y el camino no termina nunca y yo que soy de dispersarme y perderme porque la curiosidad es un acicate... leo cosas nuevas, busco, ese buscar continuo es una manera de vivir también, no es un capricho: en una conversación alguien me dice que aún no encontró su lugar ¿y quién realmente sabe cuál es su lugar?. las personas quizás no se lo preguntan. entonces creen que saben. y están los que se preguntan y dudan y buscan todo el tiempo y en algún punto aceptan esa búsqueda, ese devenir como un fin en sí mismo y van construyendo en el camino [entonces me dan ganas de decirle a alguien que me conmueve profundamente escucharle decir eso porque en esa búsqueda denodada, paciente, esforzada, minuciosa, alguien ha producido cosas bellas, interesantes, nuevas donde se ve el reflejo de su voluntad, amor e inteligencia y ha ayudado a otros con sus propias búsquedas todo sin hacer el ruido innecesario que otros necesitan producir para decir que sí encontraron un lugar que ni si quiera les cabe, entonces pienso, además, que quizás sea mejor así, que ese es el motor que impulsa el movimiento, el deseo de encontrar algo, un lugar, algo que hacer, algo que nos confiera sentido, que no va a llegar nunca como una definición, como algo inamovible]

viernes, agosto 04, 2017

40.

the title Sinfonia bears no relationship to the classical form - rather it must be understood in its etymological sense of “sounding together” of eight voices and instruments or, in a larger sense, of “sounding together” of different things, situations and meanings. LB
 cuánta alegría, además, escuchar juntos.
 y las ceremonias.

martes, agosto 01, 2017

39.

qué difícil es explicarle al mundo que tocar el piano requiere de un piano

(¿cómo hacía xiao mei zhu sin el suyo durante la revolución cultural? ¿dónde quedó todo lo que escribí sobre ella, las lecciones de su maestra, sus padres, sus hermanos, su confinamiento en los campos de trabajo --la imaginaba practicando sobre un cajón de madera-- su exilio en paris, la historia de vida que imaginé y me propuse contar cuando la descubrí?)

tocar el piano requiere de un piano y de alguien que pueda.

qué difícil es explicarle al mundo que alguien que quiere y puede tocar el piano [y que por otra parte acaba de redescubrirlo], no sólo eso, sino que además cuenta con los medios necesarios para comprarlo, puesto que ha trabajado durante toda su vida en cuestiones de la energía en las que puso energía e interés aunque no le interesaran demasiado y [sobre todo] también dedicó enormes cantidades de tiempo a esas cuestiones, decía, alguien que tiene con qué, simplemente lo hace: va y se compra el piano [en rigor no fue tan simple pero la idea es esa].

entonces, los que no pueden, o no entienden, o simplemente no saben porque, bueno, no todas las cosas de este mundo son accesibles a la comprensión de todas las personas, dicen ¡ah, un auto!.

no: un piano.

ah, ¿pero entonces vas a vender el otro piano?.

no: dos pianos.