quiero volver sobre la escritura que dejé abandonada a los caprichos de mis emociones.
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estuve leyendo (releyendo) a miguel hernández y es bello, sí, pero no encontré la vibración de hace diez años u once cuando lo había descubierto y creí que no había otra forma de escribir poesía y ahora no, esa sensación de reencontrarse con un antiguo amor y esperar sentir el mismo fuego y no, algo se apagó o se terminó y nos gusta sí, pero ya no hay más de lo que era. tomé de la pila un libro de tsvietáieva pero no puedo concentrarme lo necesario y tampoco puedo retomar el cuento que había comenzado hace un mes porque la fuerza motriz que lo había generado ahora está en calma y no puedo abordarlo de manera racional. era por eso que necesitaba ir a un taller, pera poder tomar la literatura por el lado racional y trabajar y listo.
el trabajo es otro trámite engorroso y acá todavía no pasa nada [tensa expectativa] y después de tantas tribulaciones me doy cuenta de que yo sí quiero seguir generando dinero porque a esto estoy acostumbrada desde hace muchos años [es lo único que hice de manera permanente en 20 años] aunque aparente que no me interesa y sí, quiero la guita y sí, adoro no saber cuánto hay, cuánto entra, cuánto sale, no saber lo que es no llegar a fin de mes como cuando iba a la universidad y me pagaba la cuota, los gastos del departamento y tenía contado cuánto tenía en la billetera y cuántos días exactos faltaban para que me acreditaran el sueldo. quiero seguir no preocupándome por eso. quiero seguir sabiendo que puedo ayudar y ser el lender of last resort aunque me duela a veces.
quiero. quiero. quiero.
quiero creer que no me importa. quiero creer que es fácil. quiero creer que todo lo lindo dura para siempre.
