jueves, diciembre 27, 2007

entonces se llega, se saluda no con muchas ganas a las caras que van apareciendo. luego se sigue el ritual de preguntas aledañas a la cuestión vacacional, que si el tiempo fue bueno lo suficiente, que si el descanso agradable, que si no había gente (ese es un punto importante: no a la gente), que si alfajores o chocolatines, que una nueva tobillera, etc. se descubre que el escritorio sigue ocupando exactamente la misma posición y que el teclado de la computadora contiene igual cantidad de cubitos con letras pintadas en idéntico orden al que había sido dejado atrás en el tiempo. las personas se muestran más o menos parecidas, a algunos les crece la barba, otros gastan nuevos peinados sin mayores éxitos estéticos. claro, uno tampoco cambió demasiado: ni el sol logró dejar huellas profundas en la piel debido a la paranoia del bronceador, ni en veinte días nacen más arrugas ni cabellos grises de los que ya se ostentaban.

eso sí: el tamaño del culo presenta modificaciones --lamentablemente expansivas-- a cuenta de la cantidad de medialunas y la cerveza ingerida durante la estancia en las afueras, modificaciones que no han podido evitarse a pesar de los larguísimos y solitarios paseos por debajo de las arboledas, por encima de las arenas, por entre las olas del mar (estos últimos de breve lapso dado que el mar, además de callada admiración y eterno amor, nos causa frío). femeninamente se elije una pollera que sabrá disimular tales percances --los relacionados al tamaño de las asentaderas--.

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espero, con ansia un poco ajada, el último tango del año. sera hoy? será mañana?

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¿?

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estoy hecha un embole.

miércoles, diciembre 26, 2007

autopropongo comenzar --¿cuántas veces?-- por las palabras.

sonrío y me río del grotesco con mazurca para dos muertos y qué con si el autor había prestado las armas para el bando de franco, las palabras son palabras con arreglo a una intención artística, la ambición no siempre alcanzada de construir belleza, de provocar. es una discusión antigua, la de asomarse a la lectura abstrayendo en la primera instancia las circunstancias personales del escritor. ese es, al menos, el camino que elijo. o el que me place. luego, todo lo demás.

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por primera vez en tiempo aborrezco la idea de mañana concurrir al edificio de maipú. ya me pensé estrategias de libros a la hora del almuerzo, de tempranos desayunos en la barra del london con julio --vaya coincidencia que sea un julio quien la atiende-- trayéndome café cortado con leche fría y un dulce para mi boca todavía bostezante. apenas puedo columbrar --y perdóneseme la terminología, es palabra que hacía mucho no veía suelta, la hallé y me gustó el sonido-- decía, no logro columbrar la manera de enfrentarme al trasandino ni a sus malhumores y sus formas autoritarias. ya no parece de servicio la excusa yo soy ésto o aquéllo de mejor persona o de mucha y propia integridad moral porque, sencillamente, está dejando de importarme. y cuando a mí deja de importarme, pues bueno, ya se verá. ¿o me engaño?

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hoy tuve susto y mucho estómago revuelto. pero ya pasaron las cosas como habían sido previstas (anestesias, extracciones de lunares de niños, madre y padre blancos como el papel) y aquí me encuentro intentando decir algo porque nada más no puedo/debo quedarme tan callada aunque cierto es lo que padre decía que si uno no tiene cosas importantes que decir mejor matenerse en la prudencia, siempre por él bienvenida, del silencio.

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me prometí hacer el esfuerzo de volver a las bellas letras y todo eso que pensaba no hacer por resultarme un violentamiento de mi voluntad escribiente lo voy a perpetrar de todas formas porque, es mejor intentar bellos arreglos de palabras aunque inútiles que horribles informes para jerarquías empresariales malhumoradas --también inútiles, los informes y las jerarquías a pesar de la buena paga-- que a nadie agradan y nada provocan.

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jueves, diciembre 20, 2007

después de tantos árboles, de tantos pasos dados
--caminatas--
qué bueno es el calor inmenso de la tarde
qué bueno es una vez de tantas
darme sola
al cuerpo mío
todo eso que yo sé

martes, diciembre 04, 2007

sucedió

algo extraño.

o mejor: hice suceder algo extraño?