miércoles, diciembre 07, 2022

que acaban de romper el jarrón

ayer fumé y quedé instalada en un limbo por un rato. qué cerca estuve de blah blah blah. se oyen unas zambas cantadas en la noche. hace calor y el pianista nos lleva a todos con la guitarra y parece que ese fuera "su" instrumento. me conmueve esa forma de hacer música como dejar correr agua río abajo, sin esfuerzo. ¿podrá ser para mí eso algún día? j arma un porro y me lo ofrece y me dice dale que no se apague y yo no sé bien qué hacer con el humo y no sé bien qué hacer con la tristeza que no me suelta. 

...

pregunto al guitar hero si está bien. es decir: ¿estás bien?  y la respuesta es una trivialidad: ¡ay! me colgué. soy un cuelgue (qué hacemos con eso). yo sé de la mentira del cuelgue porque no existe en realidad tal cosa. nadie se cuelga de ningún lado: simplemente las personas no cuentan con suficiente atención disponible para responder ciertas demandas o la ansiedad se les tomó el palo por otro camino y ¡oh! desaparecen. 

las disculpas se presentan como algo parecido a "cuánta intensidad los días previos a tocar y después..." ¿después?. no hay después. como dice el tango, después qué importará el después toda mi vida es el ayer que me detiene en el pasado... etc. tampoco hay pasado porque las personas se ocupan de hacerlo desaparecer. 

entonces. 

solo hay presente. 

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