lunes, febrero 01, 2021

días más

la lluvia no necesita nuestras declaraciones. pero las proferimos igual. no nos ponemos de acuerdo para hacer el trabajo quizás porque no tenemos ganas de hacer el trabajo. porque el deseo de cada uno es diferente y porque el tiempo no corre igual para todos. yo quería (quiero) continuar porque ese trabajo era un lugar de olvido y de encuentro. un espacio de juego. libertad en cuotas. un compartimento. el permiso para equivocarse sin otra consecuencia que la de vernos obligados a probar nuevas alternativas. una manera de viajar en estos tiempos en que los viajes físicos quedaron tan lejanos. 

...

el hospital se erige al costado de la autopista como una fortaleza medieval. aunque no es exacta la imagen porque no tiene nada de medieval y sí de esos edificios enormes de los años 40. nacional socialismo. en la guardia pediatrica hay un cartel que dice: pacientes covid (flehcha). pacientes no-covid (flecha en otra dirección). llega una ambulancia a la puerta de entrada y bajan a un niño (¿o es una niña? no alcanzo a darme cuenta) en una camilla. no quiero mirar. esperamos un rato afuera porque s. me escribe al celular diciéndome que acaba de entrar la médica de la nena e imagino le estará explicando todos esos detalles que después ella nos informa en sus partes diarios con la situación de los glóbulos rojos, los blancos, el sistema inmunlógico, el estado general de la paciente. 

hoy (o ayer) no hace calor. no llueve en el momento de nuestro arribo, aunque llovió y lloverá todo el fin de semana y el lunes (que es hoy). hoy y ayer y mañana son más o menos parecidos, sucesiones ininterrumpidas de momentos que se van acomodando uno encima del otro como bloques de colores en manos de un niño para luego desmoronarse y volver a comenzar con la eterna tarea de apilarlos. 

s. finalmente llega, le damos sus cosas, le explico que le traje almendras y maníes y unas rosquitas con azúcar. eso además de la ropa y el algodón que me pidió. habla rápido, siempre con una sonrisa que se adivina detrás del barbijo, nos da detalles minuciosos, como si nos estuviera contando una película que vio y que quiere que nosotros también veamos. yo la escucho y hago algunas acotaciones más que nada para que sienta que no está sola. aunque está sola porque ese dolor que tiene sólo ella lo tiene. a nosotros nos duele pero de otra forma. porque nuestros hijos están sanos. y es su hija la que está enferma y no podemos creerlo pero es cierto. cuenta que no pueden comer nada distinto de lo que les dan en el hostpital pero que ayer pasó de contrabando unas galletitas ópera. también nos dice que se le está cayendo el pelo pero no quiere cortárselo: que les dejan a los chicos que ellos decidan qué quieren hacer con su pelo. está bien: es lo único sobre lo que pueden elegir y ni siquiera pues terminará cayendose de todas formas. 

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