corrí 8km.
llorando.
compulsión a la repetición.
Lento en mi sombra, la penumbra hueca
entré apurada a la librería de avenida de mayo en busca un libro para regalarle a p.
en la sala de espera la gente espera. y de paso se queja. de afuera llega un sonido de campanas que es de la iglesia de al lado dando las siete. alguien me dijo una vez que las campanas de los campanarios están programadas y suenan --automáticas-- si nadie que las haga tañer, me rompieron el corazón.
me escapo de la oficina.
en la peluquería me atiende john. es bajito --muy--. usa aros con brillantes a lo maradona, el pelo rapado a los costados y un jopo. es amable y tiene una sonrisa bella. me trata bien sin exagerar. entiende lo que le pido y cuando termina y le digo si me puede cortar un poco más no se enoja. al final me pregunta si quiero que me seque con el secador. no. sí. bueno, sí, hace mucho frío, pero no me hagas brushing. solo secar. dice algo gracioso de la keratina y las ondas en el pelo (yo le había comentado que jamás me alisaría el pelo, ni lo teñiría, ni nada). dice "la keratina sirve para disciplinar el cabello".
necesito irme a la mierda.
sí al chardonnay, a la siesta, a lo que se hace antes de la siesta, a empezar a ver cómo me confundí y cuánta absurda ingenuidad y qué entusiasmo desmedido, perdí unos meses, muchísima energía y un reloj y quizás eso sea todo, leo a tsvetaieva y me veo reflejada en la melancolía un poco, otro poco en la forma de escribir, me pregunto cuánto hay de verdadero en la traducción.
en la ofi contesto mails a esta hora porque los ingenieros del orto están ocupados entonces te llaman con lo que le preguntaste hace tres días un viernes a las 5 de la tarde igual pongo mi mejor cara (no me ve) y le pido que me explique (a la mañana hablé con otro que también me explicó, el héroe de la ilíada, le dije, me lo gané con el comentario) y repregunto y repito a ver si entendí bien lo que me dice lástima que a esta hora yo ya envié todos los mails "formales" pero bueno, no importa, se hará de nuevo y pienso en los ingenieros en general y en algunos ingenieros de mi vida en particular, por ejemplo, papá es ingeniero (cuando era chica yo decía que quería ser ingeniera, qué farsante, creo que lo que más me gustaba de la idea era ser mujer sola en terreno habitualmente ocupado por hombres), trabajo rodeada de ingenieros --ellos que todo lo resuelven-- y pienso en otros ingenieros más específicos y noto alarmada una proporción bastante alta de estos especímenes en mi, digamos, vida.
subí y bajé por las escaleras 18 pisos.
de repente estoy rápida, programo 3 reuniones en un día [y consigo el quorum], muevo a la gente a que se mueva, soy como un pequeño volcán que entra en actividad, comparto información aún con los que no me la piden, hago llamados telefónicos, pretendo ser una profesional comprometida y competente. y me doy cuenta de que soy mucho más productiva y eficiente de lo que creo. seguro me dura un día y medio y mañana ya estoy pinchada de nuevo.
estoy en mi escritorio. distraída. chequeo la autorización para la extracción de los lunares. me la rechazaron, o la cuestionaron, no sé. tengo que llamar. no logro avanzar con nada, no puedo concentrarme. un buen par de cachetazos me hacen falta. un buen par de cachetazos que me devuelvan a mi función de alta productividad profesional, o productividad de cualquier clase.
Now is the winter of our discontent
se puede vivir sin tw. es uno de los descubrimientos de la semana. y lo mejor es que no me distrae de la lectura y no estoy pendiente (miento). pero bueno, no tanto.
ayer corrí seis kilómetros y medio y hoy siento que necesito estirar la espalda y los brazos y volver a la práctica de yoga que había iniciado el año pasado, respirar acompasada, sentir los latidos de mi corazón, percbir cada parte de mi cuerpo, dormirme un poco sobre el final. llamo a papá por las preparaciones del día de hoy y me dice que hizo locro.
compré más libros. tal vez secretamente crea que voy a leerlos en mi próxima encarnación: a sangre fría, está vez en español --por si acaso necesite consultar--, una biografía de Marie Antoinette --otra más, ahora de Stefan Zweig--, unos cuentos de Schwob y qué más, ah sí, un libro de fotografías de NY, para leerlo antes de viajar. quisiera tener que irme mañana (excepto por Ezequiel, claro) pero no. falta una eternidad hasta septiembre.
vuelvo a mi té del mediodía. con los perros. con m. le hablo de vos, de lo que pasó. de cómo pude no pensar. de cómo imaginé que te quería. de lo caliente que estaba. de que vos y yo, esto y lo otro y que después conversamos como adultos. un poco locos, un poco irresponsables. conversamos de lo importante de tener la situación bajo control. de "nena, qué boluda, cómo no hablás de los detalles en terapia".
necesito dormir hasta el año que viene. ayer vine a trabajar al mediodía. hoy a las 9.30 hs. tengo sed. no tengo hambre.
cuál es el fondo de mi vulnerabilidad. no lo sé.
ahora siento un cansancio infinto, como si me hubieran golpeado pero sin los moretones, sólo reminiscencias de antiguos dolores que no me infligieron.
sí, sí, ya imprimo todo, leo corrijo, ya está el comunicado ¿no?, ok, ahora me pongo, volvió a bajar el crudo ¿viste? te distraés un poco y queda abajo de 50 de nuevo. a las 15 hs reunión, almuerzo hoy no sé, seguro will me llama, él me quiere de verdad, con el mismo cariño virgen de la adolescencia, me gusta comer con él los lunes, ya voy, sí, ya imprimo.
el frío arrecia
en un día saqué más turnos médicos que en los últimos cinco años. ok. tal vez no sea exactamente así. pero parecido.
Eccomi in lieta vesta ... Eccomi adorna ...
en el silencio de la casa sola escucho a vicenzo (una versión del 2009 con netrebko y compañía, todavía no llegué a donde ella canta pero no le tengo mucha fe como soprano de coloratura) como una anticipación de la visita al teatro avenida de la tarde de hoy. no sé si tengo la predisposición mental/anímica preparada para un drama de esa magnitud pero la música de bellini es tan bellini que siempre existe la posibilidad de sentarme en el piso contra la pared del fondo, a oscuras, y sólo escuchar sin prestar atención a la historia. después de todo, la ópera es también la música. sobre todo en el belcanto.
la piel, los besos, la humedad, tu boca