es insoportable que no se vaya del todo la presencia
constante. esa presencia que no desaparece: como el camino de las hormigas que aunque no estén queda ahí hasta mucho tiempo después de que ellas se hayan ido, dejandi al mismo tiempo su vacío y su recuerdo.
las memorias de maría rosa oliver son de la mejor literatura que leí en mucho tiempo. ya lo dije acá y no sé dónde más. aparece el mismo aviador que cruzó los alpes por primera vez en la historia y estaba también en la novela de john berger y tras la hazaña muere.
pierre louys es el marido de algún personaje que es conocido de alguien de la familia y así todo.
los gallé. paris. los ballets de dhiaguilev y en remolinos el universo y la mezquindad del intercambio que alguna vez hubo entre dos personas que quedó abolido en un griterío patético.
un señor casado.
una plantita de cilantro [para metérsela en el culo, como esos ramitos de flores en los cuadros del bosco]
uno que se cree artista
una que pretende la respeten.
y así.
lo mejor que puedo hacer, lo único sobre lo que tengo algún control, es este anonimato, es mi silencio que es bien mío. todo lo demás, literatura.