miércoles, junio 12, 2019

sigo en ese estado de inexplicable agotamiento emocional. a pesar de haber bailado mucho. un hecho hilarante de la noche fue que el pantalón (el mío, el "animal print") se rompió de cabo a rabo y, literalmente, quedé con el rabo al descubierto. por suerte nadie lo notó.

hoy al mediodía, luego de deambular un rato sin rumbo fijo, compré un abanico nuevo porque en esas milongas de barrio donde el ingreso es al sombrero van pocas mujeres y se baila y se transpira mucho y la ventilación es mala. secarse el sudor con la mano es incómodo y poco práctico.

sucede eso que nunca: dos hombres al mismo tiempo me invitan a bailar y por desgracia en este caso termino accediendo a salir a la pista con uno que además de ser un pésimo bailarín, huele horrible,  como a manteca rancia y me da una sensación entre asquerosa y agobiante. no escucha la música ni entiendo lo que hace. por momentos me lo llevo puesto. no sé cómo aguanto los tres valses que dura la tanda.

lo malo de bailar mucho es que a veces se baila feo. y que no hay tiempo para elegir cuando son más los hombres que las mujeres.

conocí a f. una bella escritora con quien, espero, compartamos otras conversaciones y otros tangos.

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