lunes, junio 03, 2019

problemas de agenda

confundí el horario de la función de teatro: es decir, llegamos tarde. en la confusión quise, para peor, demostrar que en realidad no me había equivocado sino que lo que estaba mal anunciado era la hora del comienzo en la página de facebook de la sala. no sólo no era así: además de estar correctamente informados días y horarios yo había mirado un día que no era el que correspondía.

me largué a llorar automáticamente cuando el muchacho tras el cristal de la ventanilla me dijo que la función estaba por terminar y que él no podía hacer nada. tal debe haber sido mi cara de tristeza y desazón que, en un acto de compasión y empatía me preguntó cuántos asientos había comprado, me pidió que lo esperara, que iba a hablar con la jefa de la sala para ver si nos podían cambiar el día. salí a la calle llorando igual que un chico al que se le hubiera caído un helado al suelo. 

era una salida que había organizado con tiempo y con amor. y todo resultaba mal. ¿por qué?

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