hora número diez
imprimo cosas y me voy de acá.
me lavo las manos. me pongo crema en las manos.
llama uno y anuncia incremento de tarifas eléctricas. digo lo vemos o algo por el estilo y se produce un malentendido en el que termino aclarándole que yo sé lo que tengo que hacer y que no hace falta que me dé indicaciones y entonces se enoja, que no está de humor. corta. por mi parte instruyo para que analicen el boletín oficial. envío un pequeñísimo mail de reconciliación (quien llamó es quien aprecio y quiero) y escribo sobre todo el asunto con el sólo propósito de que esta segunda hora que me separa de [g] se haga un poquitito más corta.
(pasados ya 11 minutos) debo releer estos documentos en portugués tan inútiles, insoportables, aburridos, tan llenos de frases que no dicen nada y extraer alguna conclusión sobre algún procedimiento para transmitirlo luego a un director malhumorado que va a cuestionar cada palabra que salga de mi boca.
...esa desconexión absoluta que te deja en el espacio a distancias siderales de todo, de todos, de mis hijos, de la familia, del matrimonio, del trabajo, de la vida, y te encontrás [como sabés que estás] en soledad y entonces te da pánico quedar perdido ahí, en ese silencio espantoso, en esa nada que termina rellenándose con la ilusión de un puente, de una mano, una caricia, un beso robado en la escalera de un hotel del centro y que sabés real pero no tanto porque por momentos: ¿sucedió? y por momentos: lo soñé. y entonces no: me miro el cuerpo, lo observo [siento mi cuerpo ronronear, lo siento disponerse] y no, no lo soñé, y mientras tanto las peleas por la supervivencia diaria, por los espacios personales que no son respetados [quiero ser tenida en cuenta].
Paris Cafe Society - Bistro d'Amour
un buen día resulta que l. se reúne/se reunió/viene reuniéndose en salas de ensayo alquiladas con "la banda" y van a tocar en el festival del colegio y es todo un músico y yo ni me entero y esa vida de los hijos a la que no accedemos ni accederemos nunca es un misterio, como la vida en general de las personas, no sabemos nada. de nadie. ni de nosotros mismos.
recién arrancan las clases y ya hay paros, reuniones de padres a las que nadie va, olvidos, cuadernos, psicopedagogas, etc.
entonces es así, sentirse bien, decir sonoramente "estoy contenta", vivo [de repente] en esa mezcla explosiva de felicidad y temor que llena el cuerpo todo entero de destellos luminosos y cosquillas.
asamblea, directorios, reunión, informes, evaluación de desempeño, sueldos, bonos, valuaciones, información condifencial, cotización, precio del petróleo, proyecto de ley, provincia de la pampa, dólares por megawatt hora, tarifa del gasoducto, tarifa del oleoducto, renovación de autoridades, venezuela, ecuador, brasil, gerente general, la gorda del escritorio, el efecto de la devaluación, los precios de los combustibles, perforación de un pozo, fórmula de ajuste del contrato de pulling, la medida cautelar, distribuidoras que no pagan, estamos en venta, sabés quién se va, sabés quién se queda, concesión ganada, concesión perdida, inútiles, dejen de robar, se me hace tarde, ya están en la sala, voces falando em português desde oficinas aledañas, voces hablando desde mi cabeza, el ritmo tórrido de la impresora, una puteada, cómo se cancela, tengo sed, carencia de belleza.
estoy sumida en una suerte de trance evaluando los precios de las entradas para ir a ver la ópera de ginastera, beatriz cenci, el dilema saco "de parada" por si me aburro... o tal vez podría comprar un palco, no son caros [podría comprar un palco entero y no suma el precio de una funición de abono] y de repente recuerdo una vieja elucubración, y pienso. pienso. pienso.
esta mañana es el silencio luego de la ebullición y el estado generalizado de burbuja [ese que se siente ahí, en el corazón y un poco más al sur]. entonces surgen las dudas de índole práctico: hasta cuándo se espera para preguntar tal cosa, hasta cuándo se espera para decir tal otra cosa, hasta cuánto está bien dejar crecer ese entusiasmo del descubrimiento, el impulso explorador de nuevos territorios y plantar banderas, hasta cuánto se puede duelar un amor que ya termina pero sigue ahí, hasta cuánto puede expandirse la capacidad de afecto en las personas.
necesito escribir y no tengo tiempo.
dejó una flor y se fue.
se suceden las reuniones y las discusiones y evaluar a uno a otro y todo es "en este contexto". en este contexto no me parece, en este contexto no se puede, en este contexto no deberíamos. ponemos numeritos en una planilla y esos numeritos son la guita que la gente se lleva a fin de mes y tal vez a alguno no le alcance. y hay acá uno que nunca está del todo convencido porque "después hay que sentarse a explicarle a x o a z por qué le diste menos que v o w" y pienso tanto que jodiste con que había que explicar y ahora no querés porque no sos capaz de hacerte responsable de las decisiones que tomás.
hay problemas de edición, de falta de relectura.
cuando no me interesa trabajar, cuando no me interesa involucrarme, cuando la coyuntura deja que me deje espero que me vengan a buscar, como hoy la chiquita que me insiste con que "veamos este tema" [ya hace un par de días que me insiste y yo: la nada; o yo: ahora no puedo estoy muy ocupada, tengo que hacer este llamado urgente o este otro y nunca le respondo y ella insiste y yo no le respondo insiste y no y ella y yo].
Necesito escribir largo y hoy no tengo cómo.