lunes, febrero 27, 2006

leo desapasionadamente un libro (dónde quedó la avidez, el tapaujeros, si no leo enloquezco, no podría vivir sin) "de golpe entiendo la entrañable especificidad de las mujeres". habrá entendido, realmente?

lavando los platos, cocinando, sumida en mi entrañable especificidad de madre que alimenta a la tropilla hambrienta, doy un poco de atención a las letras de los tangos que la radio emite con ruiditos. primero, una mujer grita --y lo hace como una declaración de principios, no sin cierto orgullo femenino: ella, antes de él, no era más que una percanta sin dueño a quien el amor ha transformado por completo--que aunque el tipo la faje ella lo quiere con su corazón, que sabía que se trataba de un malevo pero que de él se ha enamorado como nunca y que ¡está dispuesta a tener un niño suyo!; más adelante un truhán (aunque por supuesto no es esa la palabra que usa el tango, esa es la que a mí me sale) repartidor & escatimador de la merluza de las putas, un chanta que no quiere a nadie hasta que se enamora y... agarrate catalina; después, un hombre que le canta a una mujer con quien tuvo un fogoso romance diciéndole que su amor "duró lo que un fósforo", un fósforo ¡mon dieu! y no es en broma, ¿eh?; por ahí también pasaron ese tango cuyo nombre siempre olvido, que refiere la vida de un hombre honrado, que quiso con locura pero todo le salió mal por ser lo que uno llamaría una buena persona, la historia termina así: "y en tu total fracaso de vivir, ni el tiro del final te va a salir".

dios mío, la poesía tanguera es realmente un horror. o un horror es lo que pinta. ya solía madre reiterar en oportunidades que el tango era odioso porque "constituye un claro exponente de nuestra decadencia".

también pasaron uno con el que la identificación afloró apenas escuchado el verso, y me hizo reir mientras pelaba un huevo duro:

"si vas para el baile parate en la puerta
campaneá las minas que sepan bailar
no saques paquetes que den pisotones
que sufran y aprendan a fuerza 'e planchar"


curioso es que recuerde las letras y no las melodías.

...

entonces vuelvo al libro que estoy leyendo , que es tan sin sobresaltos, sin vértigo, sin amores como fósforos, ni mujeres golpeadas, ni pasiones no correspondidas, ni malevos cocainómanos, tan aburridito. y esto sin desmerecer al autor ni ensalzar la tragedia de la porteñidad. un poco y un poco. nada más.

además, entre la nada y la pena...

lunes, febrero 20, 2006

menos literatura que un panadero y ni si quiera porque, ¿quién podría olvidar al pastelero de cyrano, la hogaza que se afanó valjean y etcétera?.

me gustan las historias con niñas, con cintas de colores, gatitos, juguetes de oro y vestidos de fiesta.

ah, pero yo tengo dos varones, de agua y barro, que corren, gritan, patalean, demuelen hormigueros con paciencia y furia, espían a los sapos verdes, dan abrazos calientes de carbón, llueven pis por los rincones y las noches, lloran estentóreos, se niegan al sueño, a las cunas, claman por historias y canciones siempre nuevas, juntan caracoles, bailan, cuentan las estrellas.

viernes, febrero 17, 2006

el tema último de la familia, de último momento y primicia es el de la novia de papá. claro que no tan primicia, según m. --que tiene "más calle que el viejo y que el ramillete de hermanos en conjunto"-- ella enseguida se avivó de que andaba en algo raro. es más, vio la foto de la mujer de marras, qué mal gusto, en bañador y con pareo. la conclusión de todo este romance veraniego es que su origen hay que buscarlo añísimos atrás, desde las épocas de la universidad de padre y, además, que seguramente haya habido un importante enamoramiento no cumplido. claro, como para que ahora y a esta altura de la vida ella lo acepte a vivir en su casa.

de otras cuestiones hay historias como decir no sos vos, soy yo. no me has dejado de gustar, por ejemplo, ni de calentar, tampoco, y ne acompañaste tanto y mucho y tuve las felicidades que ambos conocemos. es la combinación de situaciones que me dificultan. claro que argumentaciones parecidas se esgrimen sin resultado alguno y sin que nadie comprenda bien lo que sucede. aparecen enojos, ofendimientos y símiles. cada uno hace lo que quiere o puede o ambas.

en la mañana la sorpresa de las bellas letras, en monelle, una bonita historia de una niña verde que llora frente a una cueva, me recuerda a marosa y esto, a su vez, me recuerda la tarde en que te fui a ver, mamá. entonces te leí los cuentos de zapallas, jazmines y ángeles. de abuelas blancas y hombres fuertes. vos escuchabas, toda conectada a los cables con químicos. y nos queríamos de sangre y corazón.

hoy entiendo esto: la muerte no mata el amor.

por fortuna.

jueves, febrero 16, 2006

veo cuadros de una pintora y qué emoción y sensibilidad, pensar que se siente mal porque cree que otros se ríen de su baile un poco torpe tal vez.

estoy como negada.

miércoles, febrero 08, 2006

claro que lo de transmitir la realidad es en sí mismo imposible. claro, hay algo que separece-recuerda-evoca la realidad en lo que se escribe. pero hoy no estoy para teorizar (como si pudiera). más bien... más bien...

de pronto personas hay que hacen comentarios aprobatorios acerca de lo que yo escribo por ahí. acerca, tal vez, de lo que menos seriamente encaro y ¡pum! lo primero que hago es desmerecer la opinión de los demás.

bah, todo lo encaro, creo, con la misma intensidad que en general es mucha y debe ser por eso --y esto no tiene nada que ver con la literatura ni con escribir-- que nunca podría sostener lo que muchos hacen de irse por ahí con una, con otro, con miles. será que lo efímero me atemoriza o no termino de aceptarlo y aunque viva de la idea de que "hoy" es provisorio, de que yo misma y mis ideas/decisión/acciones son también igual de provisorias, qué sé yo ¿habrá otra forma de agarrarse de lo eterno?. mi propia volatilidad me asusta y con el tiempo aprendí (o intento) esperar "quesemepase" y no lanzarme tan a la carga como antaño. hmmmm. o sí.

dendemientras en el parque me enchastro con arena húmeda y bastante sucia, agendo los horarios de setecientos millones de clases de tango que jamás tomaré, me como un sánguche, leo una novela de castillo, tengo un lindo almuerzo con un lindo, voy de una reunión a otra haciendo las preguntas pertinentes y anotando todo con aplicación, me encuentro (de casualidad) con padre y le digo "estás bronceado, guacho", pienso en qué otra cosa más que humano puede ser un ser humano, escribo esto, que no es nada, y me repito hasta cansarme.

lunes, febrero 06, 2006

a veces hay dos que no se entienden y esos mismos dos que se entendían son los mismos que. así transcurre la vida en desentendimientos, esfuerzos interpretativos vacuos o la gente que se dice cosas que en realidad no quiere pero que parecen inventarse solas o que sí quiere pero son malentendidas o ambas. ¿o en realidad estaba todo bien clarito y lo único que resta es uy qué lindo es el david de miguel ángel?

en una cena un gordo habla de un minón, qué culo y tetas que notimaginás tenía, refiriéndose a una posible "mucamita" para que le pase el trapo a su casona y si pudiese, también, le pasaría el otra cosa por otros cuántos lados. aclara que no la contrató para no tener problemas con sus yernos, nueros, cuñados, machos jóvenes de la familia (como si a él ya no le funcionara la cuestión). uno escucha y no se asombra pero una sensación como de asquete viene. y por qué si los hombres son homres las mujeres son mujeres y el machimbre es el machimbre. porque si hubiera/hubiese sido una señora la que comentaba el escándalo no habría tardado en llegar. sin embargo, todo el mundo festejaba los dichos del señor.

uno también aprende, con el tiempo, qué hay de bello en el lomo de un perro que se deja acariciar y cómo a uno gustaríale ser perro acariciado todo el tiempo.

jueves, febrero 02, 2006

entonces sucede que se cae un primer diente por primera vez (es intencional la redundancia) y todo se convierte en emoción: robar la pieza blanca, pequeñísimo botín, dejar la plata subrepticiamente por la noche.

soñé con mamá otra vez, que la cruzaba en la escalera del subte y me decía que sólo había venido por un ratito, para saludarme. curioso es que ella debía descender las escaleras mientras que yo seguía por un largo corredor (son siempre largos los corredores, creo).

a menudo sueño así, que aparece y le pregunto pero vos no tenías que estar en otra parte y ella que sí, que no, que se tiene que ir. y me da tanta alegría verla y esperanzar que entonces, quizá, ¿en realidad no murió? ¿o sí?.

papá se la pasa en la suya, seguro que está dándole a la matraca de lo lindo y qué difícil es pensar en un papá de uno, un señor grande, cojiendo. no porque por ser padre no sea hombre. no porque uno no sea un adulto --una mujer madura, che-- que también matraquea y sabe qué es el deseo y sabe que para ciertas cosas no hay tiempos ni patrones ni nadas. pero un papá de uno es un papá de uno y una mamá que ya no está es una mamá que ya no está y --otra vez y redundante por segunda vez-- cómo se complica entonces aceptar de cuore eso que la razón dice: está bien, tiene derecho y me hace contenta saberlo feliz. pero.

porque el sentir es dispar y corre por carriles varios y paralelamente. uno se alegra por razones parecidas a las que le provocan la tristeza, o la melancolía. las monedas tienen dos caras, obvio.

yo tengo una.