miércoles, febrero 08, 2006

claro que lo de transmitir la realidad es en sí mismo imposible. claro, hay algo que separece-recuerda-evoca la realidad en lo que se escribe. pero hoy no estoy para teorizar (como si pudiera). más bien... más bien...

de pronto personas hay que hacen comentarios aprobatorios acerca de lo que yo escribo por ahí. acerca, tal vez, de lo que menos seriamente encaro y ¡pum! lo primero que hago es desmerecer la opinión de los demás.

bah, todo lo encaro, creo, con la misma intensidad que en general es mucha y debe ser por eso --y esto no tiene nada que ver con la literatura ni con escribir-- que nunca podría sostener lo que muchos hacen de irse por ahí con una, con otro, con miles. será que lo efímero me atemoriza o no termino de aceptarlo y aunque viva de la idea de que "hoy" es provisorio, de que yo misma y mis ideas/decisión/acciones son también igual de provisorias, qué sé yo ¿habrá otra forma de agarrarse de lo eterno?. mi propia volatilidad me asusta y con el tiempo aprendí (o intento) esperar "quesemepase" y no lanzarme tan a la carga como antaño. hmmmm. o sí.

dendemientras en el parque me enchastro con arena húmeda y bastante sucia, agendo los horarios de setecientos millones de clases de tango que jamás tomaré, me como un sánguche, leo una novela de castillo, tengo un lindo almuerzo con un lindo, voy de una reunión a otra haciendo las preguntas pertinentes y anotando todo con aplicación, me encuentro (de casualidad) con padre y le digo "estás bronceado, guacho", pienso en qué otra cosa más que humano puede ser un ser humano, escribo esto, que no es nada, y me repito hasta cansarme.

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