soneto de la indignación y el perdón
¡horror! ¡espanto cruel ¡pornografía!
sacrílegas palabras las que leo
escritas por el diablo en su grafía
del mal: ¿por qué me habla en arameo?
ante el dolor de la concupiscencia
huir tan solo queda: irme muy lejos
a descansar la mente y la consciencia
para olvidar del sexo los reflejos
y sin embargo soy la débil hija
dilecta del Señor que me ha creado
cuando el deseo mío está encerrado
se acuerda, sin remedio, de la pija
te ruego, Señor mío, me perdones:
el cuerpo nunca entiende de razones
Etiquetas: soneto
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