soneto acuático
cuando ahí abajo se me moja todo
y vos buscás en los oscuros labios
que al sur del cuerpo puso en un recodo
Dios que es amor y que además es sabio
cuando ahí abajo te perdés, querido,
bebiendo en el arroyo de mi fuente
yo siento: qué milagro haber nacido
de ese quehacer tan dulce, tan paciente
por la alegría que me da tu boca
dejemos las metáforas a un lado:
seguí chupando que me volvés loca
mi concha con tu lengua ¡qué pecado!
hasta que un shock eléctrico me quiebre
seguí que hierve mi agua con tu fiebre
Etiquetas: soneto
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