jueves, diciembre 26, 2019

historias con pinturas

sigo soñando cosas extrañas como lo del colegio o mudarme a una casa al lado de m.
ya está en casa el manual de gramática en español que anduve buscando las últimas semanas. ahora (la etapa siguiente en este proceso pedagógico forzado por las circunstancias) hay que sentarse a estudiar.

además de ese libro bien bonito y compacto compré hoy unos almohadones con adornos de telar indígena para el sillón del linving (como si atiborrarlo de armohadones resolviera el problema de la falta de lugares cuando vienen muchas personas a casa) y también me traje un instrumento de percusión con un parche de cuero que no es un bombo ni un tambor y cuyo nombre, por supuesto, ya olvidé (había en casa de papá otro ukelele de manera que ahora habrá que formar una pequeña orquesta de niños tañedores).

la salud no la compré: simplemente las cosas permanecen como están aunque algo más decadentes cada año, el cuerpo, de a poco, va diciendo basta. aunque las ganas (de sexo, digámoslo) no faltan y los estrógenos --todavía-- no se calmaron de todo. eso sucederá, según me indican, en algunos años más.

...

ya lo dije, el libro de maría gainza es una de las cosas más bellas que llegó a mis manos en los últimos tiempos.

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