siendo casi las cinco de la tarde haré, si no un fragmento digno, por lo menos una intervención que modifique lo virtual ya que en las reuniones multitudes directoriales hablan y discuten negocios de importancia capital para la compañía y una (una poquita mujer entre tanto hombre del mundillo) se vuelve parecida a un van gogh --qué menos--, no por la belleza sino por estar, como quien diría
pintada al óleo.
es curiosa ¿? la reacción de los machos agrupados ante la sola hembra en la enorme sala. les causa resquemor decir "dolor de bolas" y piden disculpas por tantas otras cuestiones mucho menores que esa.
la nota de color más desagradable se despliega cuando quien expone es EL DIRECTOR: allí la audiencia se transfigura y todos cacarean cual gallinas en la eterna busca de la galladura que les fructifique el huevo.
otro tanto interesante de esta mi nueva vida
comprometida con la empresa es el escaso tiempo neto que me resta para el pelotudeo general, es decir, el tiempo que antes solía derrochar cuantioso en temas urgentes como, por ejemplo, la escritura de poemas/cuentos/crónicas y otras nimiedades de literaria aspiración que se fijaban como nobilísimo objetivo el goce perpetuo de quien las incurría --la paja famosa de la pluma--.
de vez en cuando, sin embargo, conviene no olvidar de los placeres el origen.