domingo, agosto 11, 2024

la liebre

hubo un tiempo en el que no me gustaban las novelas de aira. ese tiempo no es ahora. 

tengo mucho sueño, ganas de comer y también de que pasen las fechas y sé que después voy van a venir los pensamientos: tanto bregar para esto y se pasó tan rápido y puse a un costado una cosa y otra y otra más. 

ayer todo el día en ensayos. 

encargué flores, como ms. dalloway. nunca llegaron. dejé un mensaje a alguien explicando eso: que había comprado, que si quería compartir, que el ensayo terminaba a las 19hs y que después de esa hora podríamos encontrarnos por ahí, el ensayo terminó más o menos a esa hora y todos se fueron a la mierda porque la gente se cansa y además tiene sus problemas, caminamos con un chico violinista hasta la avenida rivadavia mientras me contaba que se mudó a un departamento con otro pibe que cultiva sus plantas y que tengo que escuchar no sé qué obras de no sé qué compositor que escribió para el violín y me hace acerca el celular a la oreja para que sienta de qué se trata y yo estoy pensando en otra cosa hasta llegar a la parada del bondi, llega el de él primero y luego el mío que me deja en la misma avenida rivadavia pero más adelante, entro a mi casa pero tengo ganas de volver a salir (estoy agotada de tanta música) y por la noche me mando a la milonga de la calle riobamba, qué lugar más espantoso hacía tango que no pisaba esas escaleras, ese piso de parquet. veo que escribí "hacía tango" que no pisaba etc. 

lo más horrible de todo es el eterno retorno. 

...

una compañera me dice que a esta hora (son casi las once de la noche) se va a poner a estudiar porque recién se durmieron los niños. 

ya no tengo niños para dormir en esta casa. 

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