domingo, agosto 16, 2020

sala de ensayos

no sé qué libro leer y sé que necesito leer y que hace mucho no incurro en el pecado de la literatura. supongo que es por la intensidad de las [eventuales] exigencias profesionales, digamos, esta cantidad inusitada de reuniones online que se llevan buena parte de mi desatención y sobre todo, de mi tiempo y energía. todas las discusiones previas y los llamados telefónicos. además de tener que investigar sobre temas que no domino. bueno, que ni siquiera conozco. cuando llega la hora de tener que elegir una novela no me queda resto ni para indagar en lo que la biblioteca me ofrece con su habitual generosidad y desinterés.

para la reunión del martes, por ejemplo, no dejo de pensar qué voy a decir y qué no. repito en mi cabeza una y otra vez como un mantra algunas ideas. lo bueno es que luego aparecen otras. ayer mismo hablando con p. hicimos una suerte de ensayo general del acto II. me recomendó llevar la muerte al escenario, lo que por cierto me pareció una apuesta un poco subida de tono (sobre todo ahora en el contexto de la pandemia). 

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una vez conseguí un piano para un pianista [argentino] que se encontraba en en una ciudad de francia.  lo conseguí un poco por casulidad, haciendo uso de mi mal francés, pedí permiso por escrito en una casa de música para que alguien que necesitaba un lugar donde caerse muerto [es decir, ensayar] pudiera hacerlo sin mayores preocupaciones que la de ir a instalarse con el piano a hacer sus cosas. me dijeron que ok. 

la resolución de esa clase de cuestiones es parte de mi confianza en la vida, de mi optimismo. esa forma de pensar ¿y por qué no?

bonjour, je voudrais vous remercier pour l’opportunité doné a p. de s’entrainer a votre magasin. il est très content. c'etait important pour lui de jouer avant son conference.

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