domingo, junio 28, 2020

midsommar

y los días cada vez más largos. ya decidí lo que no estoy dispuesta a hacer. lo sabía "de antes" pero el cambio de circunstancias precipita las ideas: caen al fondo algunas, otras quedan en la superficie, a la deriva. 

elegí un tango y hacelo trizas. como si fuera tan fácil. no terminamos de entender las cosas aunque pase el tiempo (vemos/dejamos de ver). lo único que queda claro es que el tiempo (se va). 

el tiempo. 

cuánto de él damos amorosamente a quienes no lo quieren. ¿hay algo que te inquiete respecto de la reunión del día lunes a las 12:30? no. para nada. y en realidad es sí, TODO me inquieta. te vestís y te vas. por la puertita de la libertad. el día viernes cocinamos una torta con manzanas verde y azucar mascabo, almendras, caramelo. caminamos 15 cuadras de ida y 15 de vuelta. sentimos el cuerpo en movimiento, el sudor atrapado en ese pedazo de tela que nos cubría la boca. el aire en la cara. un chico que choca la mano con otro y sigue. 

en el telefonito: vamos, nena, no es para tanto. además eso que decís, todavía no pasó. claro que no. pero a veces basta que algo suceda en el pensamiento para que tome fuerza y nos haga actuar. 

hace menos de un año estaba en el globe theatre de londres con i. viendo sueño de una noche de verano, sin entender nada (aunque felices). ya había pasado por dublin. todavía no me habían echado a patadas del ritz por no cumplir con el dress code. en la national gallery habían cambiado de lugar los caravaggios y junto a la cena en emaús habían colgado un autorretrato de artemisia gentileschi. nos tiramos en el sillón a conversar sobre el calentamiento global, el aceite de palmera, los orangutanes y la gente acampando en trafalgar square. este año iba a volver a londres y a dublin en octubre. tenía un pasaje para paris, todos los hoteles reservados en europa del este pero alguien dijo no (¿dios?). 

mis viajes son mentales. el cuerpo viajará en otro momento. 
 

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