llamado telefónico

hola. cómo estás. contame todo. quiero saber por qué te vas y cómo es que lo decidiste así tan sin darnos tiempo a que entendamos que no estarás disponible. contame de tu nueva vida y de la música y de los proyectos de cumbia tropical. así que una drag queen (cómo era esa cantante de boleros cuyo nombre se me escapa). decime dónde puedo ver esos videos de la neche latinoamericana. ¿también un piano nuevo? de esos que hacen las cosas por sí solos, de esos que domestican al pianista. cienmil dólares no es tanto dinero. pero seis meses es una eternidad de tiempo.  

¿y vos te sentís bien?

...

quiero guardar esta conversación como si fuera importante. es decir: como si yo fuera importante. 

...

anoche, por ejemplo, salí a la calle a caminar. caminé durante cuarenta minutos sin detenerme. enérgicamente. apurada por llegar a ninguna parte. sintiendo el placer del cuerpo en movimiento y de marchar en línea recta sin nada que me detuviera ni me obligar a girar. necesitaba con urgencia sentir el cuerpo avanzando sobre la vereda hacia no importa qué lugar pero avanzando. ahora pienso (ahora no es anoche ni mi depresión) que si este chico se fue así, y va a tomarse el tiempo para la grabación del disco y tomar de la mano a su drag queen mientras le canta un bolero y el pianista ve cómo se vuelan las partituras pero sigue tocando porque nada importa. entonces digo: nada importa.