domingo, junio 21, 2020

una, dos veces

entonces aparecen nuevos modos en el sexo. sin que uno pensara que eso era posible porque, claro, después de tantos años que son muchos y además sabemos (sí) muy bien  qué es lo que nos gusta y conocemos a la otra persona de memoria. sin embargo, de repente sobreviene una sorpresa: algo distinto que no había sucedido antes. tal vez no vuelva a repetirse. dicen que nunca hay que volver al lugar del crimen ni a los lugares donde uno fue feliz. no sé quién lo dice. 

furthermore, a veces no sabemos cuáles son las cosas que no sabemos. 

leer: casi nada (sólo las obras de teatro). 

el piano: puros ejercicios (putos ejercicios) absolutamente necesarios y que dejan bien las manos, en estado de disponibilidad y poderosidad. 

recibí algunas consultas: ¿te enteraste de lo que pasó con m? ¿sabés por qué se fue? di respuestas vagas. hay que ser capaz de dejar todo (la carrea estelar, las oficinas en el último piso con vista a la ciudad vieja y al río, el dinero: ese enorme costo de oportunidad, el título de director). hay que ser capaz de renunciar a aquellas cosas para enfrentarse con el enorme vacío de la quietud y el tiempo no ocupado de la agenda. hay que sentir: la libertad es poder decir que no. saber cuándo y cómo decir que no. 

y hacerlo. 

me duermo sentada. me siento dormida. 

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