viernes, febrero 28, 2020

matinales

después de muchos años ¿cuántos? conversamos. qué jóvenes éramos vos con tu literatura y yo con mi maternidad en ciernes, no sabía de qué iba la vida y creía que necesitaba lo que sigo necesitando hoy. las personas buscamos con denuedo la escucha de los otros. para qué. si sabemos que lo que tenenemos que decir no es importante. pero si hay alguien que recibe no estamos tan solos. entonces me contás lo que sentís respecto de no poder, precisamente, hablar de lo que te pasa. no podías antes. ahora parece que sí. aclarás que en realidad ya no te preocupa tal o cual cosa y ponés cara de "ya fue". yo también refiero mis historias recientes y es reconfortante en elgún punto tener esta oportunidad de contar todo aquello de lo que no puedo hablar en otra parte.

me llevás en auto hasta la puerta de mi casa y ahí seguimos conversando durante un buen rato que es tan largo que hasta un pibe para a pedirnos plata que no le damos (nos fastidia un poco que nos interrumpa, aunque no se lo hacemos notar) y es tan largo nuestro discurrir que "apagás" el motor --ahora que lo pienso, no sé bien cómo se dice-- y continuamos. en realidad vos hablás sin parar, como nunca te había escuchado antes y veo cómo ese tu hablar es una necesidad profunda de afirmarte en la balsa frágil de tu personalidad. 

0 Comments:

Publicar un comentario

<< Home