los placeres y los días
cuando estamos de vacaciones el tiempo adquiere otra extensión, se vuelve elástico y se mide en términos de comer, cojer, correr, nadar y no hacer nada en los espacios que hay entre esas manifestaciones de energía.
la dedicación puesta en preparar la comida, por ejemplo, o leer durante largas horas sin interrupción es también una medida del tiempo que en otras circunstancias gastamos en cuestiones menos felices.
quien pudiera siempre tenerlo así, entre las manos.
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