lunes, septiembre 30, 2019

qué rápido pasamos a otro tema cuando nos aburrimos de la personas.

me corté el pelo moi même con unas tijeras no específicamente diseñadas para cumplir ese fin. soy un cristóbal colón del siglo XXI, de mirada melancólica y cuerpo menudo aunque no tanto.

para no continuar dando rienda suelta al mecanismo automático de destrucción de objetos relacionados con todo lo anterior [en realidad creo que ya no queda nada, o casi] preferí salir "de compras" de manera que nuevas botellas de perfumes importados, libros y otros bienes han sido adicionados al inventario de cosas inútiles que no nos hacen felices pero nos distraen por un momento de. 

¿de qué?

[quedó enterrado por ejemplo en un cesto de basura municipal una cartón doblado con unos novios voladores que ya no verán la luz jamás e irán a compartir igual destino que el del libro aquél que alguna vez leí con avidez]

...

pero el tiempo que regalamos, ese no podemos recuperarlo de ninguna forma. el tiempo vertido como agua caudalosa, como miel dulce en las noches, el tiempo lento y generoso compartido, ese mi tiempo que brindé gustosa y que más tarde temí se perdiera. ese se fue. 

...

una clase de piano como dios manda para darme cuenta de lo mucho que avancé y de lo poco que avancé y ver (de nuevo) que el problema es siempre el mismo: perder el control/no perder el control. si logramos tener el control, tendremos todo. 

...

e. y l. son la luz y la belleza y la vida.

... 

me voy en un día y medio y aún no preparé nada. 
quizás porque no hace falta. 

...

entre la nada y la pena... elijo la nada. por primera vez en la vida.

chau miedito.