lunes, septiembre 09, 2019

salud

le puse demasiada azúcar al té, no hay miel acá para ponerle al té y ahora está intomable y yo sigo con tos aunque no con fiebre, cuando hablo por teléfono (o cuando hablo mucho) es peor supongo que porque entra y sale aire y empiezo a toser más fuerte, resulta bastante incómodo, sobre todo para los que tienen que escuchar la repentina serenata de estornudos y toses, uno viene y se para frente a mi escritorio me hacha una mirada cargada de una conmiseración forzada y me pregunta si estoy mejor, acá ando, le digo, con tos, como si fuera necesario explicar lo obvio, en realidad es mas una manera de indicarle que me está importunando con su falsa preocupación y que termine ya con esa amabilidad que no le queda bien y que a mí no me ayuda, no me interesa la cortesía (sobre todo la de ese tipo a quien considero un tonto), sigo tosiendo sobre mi escritorio y él tipo, como no le dije nada de lo que pienso pero le sonreí se va diciendo que espera mi pronta recuperación le digo gracias y la vida continúa.