jueves, agosto 29, 2019

portrait

1/2 un día sí un día no. 

me pregunta m. si seguí haciendo dibujitos. no muchos. algunos, en el viaje, con el auto detenido en las interminables carreteras californianas. 

hoy por ejemplo durante el desayuno había dos hombres conversando. me puse a observarlos, a mirar sus perfiles e intenté dibujarlos en mi cuaderno. siempre son más fáciles los perfiles pues se trata  sólo la mitad de la cara. la otra mitad (o más de la mitad) es lo que va detrás de la oreja es pelo y ocupa mucha superficie y puede resolverse con un sombreado o unas líneas. volviendo al perfil: es graciosa la manera en que se recorta el nacimiento del cabello en algunos hombres. hay líneas que van en zig zag desde las sienes hasta las orejas y hace unos dibujos geométricos muy divertidos. cuando uno observa detenidamente la cantidad de detalles que hay en un rostro se da cuenta de verdad de la dificultad de reproducir, aún sin los detalles, la idea de lo humano. la idea. ni siquiera lo humano. además se da cuenta de lo inverosímil de alguna de esas formas que cuando uno las ve sin prestar atención al detalle, al formar parte de una totalidad, no nos sorprenden. pero en el momento de querer copiar: ahí vemos que ese hombre tiene un rectángulo perfecto de pelo en diagonal, que la línea de la frente se hunde en una curva antes de que emerja la de la nariz o que el pelo de la parte superior de la cabeza parece un techo de chapa puesto sobre una pared hecha de un solo y enorme ladrillo. 

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