viernes, agosto 09, 2019

buenos aires

llegar al frío y al silencio, a no subirse más a un auto por un tiempo y el transporte público como único medio y el tango en algún lado (pero dónde).

el tango en algún lado (dónde).

el piano sí, en la calle r. frente al parque. el piano verdadero, no como el teclado de la casa de san francisco que tenía una nota (el sol central) que sonaba más fuerte que las otras y me distraía y me sacaba de la música de manera intempestiva aunque de todos modos me ayudó a tomar conciencia de cuántas veces tocaba esa nota en la invención número 1 de bach, cuántas en la número 4, cuántas en la número 8, cuántas en la 13 y cuántas en la 14 y así  y entonces inventé maneras de eludirlo como tocar con la mano derecha una octava más arriba o con las dos manos corridas al registro agudo del piano lo que a su vez hizo que notara mejor las melodías de la mano izquierda y otras cosas que no había notado en el piano verdadero.

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volver a casa y notar que todo sigue en su lugar: ventanas, puertas, pasillos, libros, lucecitas. no querer salir de ahí.

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