miércoles, mayo 22, 2019

cuarenta y nueve

la mujer, de unos aproximados 37 o 38 años, el cabello completamente blanco o casi, quizás demasiado temprano, bailarina de tango, los ojos como un cielo translúcido, hoyuelos en las mejillas, la sonrisa igual a la de la mujer más famosa del mundo: el brillo en la mirada apenas lateral del secreto compartido. esa sonrisa que no es realmente una sonrisa sino la sugerencia de otra cosa, una promesa dibujada. una esperanza. 

quién es.

hace tiempo se conocen. ya tuvieron amoríos. ¿intensos?

bajita. para qué más. no se trata (por fortuna) de una mujer impiadosamente bella. aunque eso sea, quizás, peor. porque...  la belleza exterior, es arrolladora pero es obvia: no necesita ser descubierta, ni explorada. se manifiesta de manera directa. en cambio. lo otro.

lo otro: eso que no puede explicarse. eso que no se ve. eso que está en la piel. en la mente. en el corazón. ¿qué es lo otro?

nadie necesita saber. con una mentira a tiempo basta. la cortesía de un amor que jamás estuvo.