jueves, febrero 07, 2019

seis

el divorcio sucedió sin que nos diéramos cuenta. o tal vez, justamente, porque ambos nos dábamos cuenta de todo. mientras los chicos fueron chicos mantuvimos una organicidad operativa que nos permitió cumplir con las funciones parentales de manera más o menos ordenada. no hubieron llantos ni peleas, simplemente el reconocimiento explícito del cambio en el curso de nuestros deseos más profundos. sexo con otras personas hubo siempre. pero eso no bastaba para que diéramos por terminado nuestro matrimonio. el sexo con otras personas, los encuentros circunstanciales, hasta los enamoramientos de uno y otro lado, nuca hicieron mella en nuestra pareja. aún cuando jamás hablamos o discutimos en torno a esas cuestiones, era una parte intrínseca de nuestro discurrir matrimonial.

el problema (el fin de los problemas) llegó con mi incipiente depresión. y con mi continua necesidad de atención. mi continua necesidad de atención (de comunicación) tuvo (tiene) un nombre. sin embargo no hay ansiedad, puedo esperar. lo que sea necesario.

concierto para piano número uno de mendelssohn: el tercer movimiento guarda una espantosa familiaridad rítmica con el primer movimiento de la sinfonía quinta de beethoven.

0 Comments:

Publicar un comentario

<< Home