domingo, febrero 10, 2019

ocho

jamás sufrí de la desolación colectiva del domingo a la tarde. hasta ahora. ¿será por la falta respuestas? la novela continúa sin resolución y no tengo con quién discutir el asunto. o con más exactitud: no encuentro la energía necesaria para entablar ese tipo de discusión con nadie. ni conmigo misma. y esto es nuevo porque todo lo que antes me era dado naturalmente hoy se encuentra en mí anulado de una manera pasmosa. y eso se traduce no solo en mi dificultad para escribir sino en mi actitud corporal cotidiana. el cuerpo no fluye. sí puedo correr unos seis, siete kilómetros en un tiempo razonable. no es ese el problema.

el problema es la mecanicidad, la falta de propósito.

...

no voy a hablar de lo que tengo que hablar. las obsesiones son más obsesiones cuando son secretas, si las nombramos, si digo lo que pasa, no hace falta que explique qué tan poderosa es la representación de una idea con palabras, nunca estuve de acuerdo con la postura de sdb o de jps acerca de la imposibilidad de las palabras para traer la presencia de la realidad, las palabras crean realidad, son la realidad, si nombro mis obsesiones, si las traigo a la superficie...

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