lunes, febrero 18, 2019

catorce

(alguien que cita a casanova pone en su boca la idea de que el deseo es anterior a la aparición del objeto y anterior a que el sujeto acicateado por su deseo descubra el género del objeto deseado)

la imagen de e. (no su imagen sino su aparición física durante las horas aún torpes de la mañana),  provoca un cosquilleo en el bajo vientre de la escritora.

e. es alta, morena, flexible como las cañas flexibles, lleva en su mirada desafiante el escudo de su sexualidad: soy mujer, no soy idiota. a la escritora le parece que e. necesita reafirmarse todo el tiempo. necesita lo innecesario.

tiene el pelo corto, a la altura de las orejas, cuadrado. desde las sienes parten como flechas dos pequeñas trenzas tiradas hacia atrás, el resto del cabello suelto.  

va apurada a todas partes y siempre consulta su teléfono en medio de las conversaciones como si hubiera algún asunto importante que atender. tiene la virtud de mirar a los ojos. de atreverse preguntar sin miedo. curiosea los libros que hay sobre la mesa de trabajo de la escritora. le pregunta cosas. las dos hablan idiomas, inglés, francés, alemán. todos. (todos incluye el lenguaje no verbal, aunque no es seguro que las dos lo entiendan de igual modo). 

e. es joven. fresca. un poco nerviosa. da la sensación, para quienes pasan un momento con ella, de estar siempre a punto de irse. y lo hace generalmente a los pocos minutos de haber llegado. entra como un vendaval arrollador. saluda. sonríe. desaparece. 

no le gusta que la miren fijo. hoy usaba una remera blanca muy ajustada con un dibujo de alas. no eran verdaderas alas pero las figuras geométricas color arena sobre el fondo blanco daban la idea de alas que se desplegaban sobre su pecho. la escritora la observó sorprendida (en general e. va vestida como un muchachito). vio por primera vez su cuerpo delicado y sinuoso. 

e. notó en la escritora esa manera nueva de mirarla. probablemente e. se haya sentido incómoda. descubierta de alguna forma que no podría explicar.  

¿qué mirás? 

tu remera. es muy linda. parecés un superhéroe.

es de mi abuela, explica e. como si con eso anulara la sorpresa que le produjo la mirada de la escritora. como si con eso quisiera confirmar que lo que es lindo es la remera y no que lo que acaban de decirle, en realidad, es que ella es muy linda aunque se empeñe en no mostrar su belleza.  


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