qué espantoso dolor de cabeza. dormir.
la noche, una conversación antigua. larguísima que cada tantos siglos (no sé cuántos) se reanuda,

...

de repente, el océano se vuelve real.
la distancia es cierta, infinita.
me siento lejos.

...

ya mudaron las cosas. todavía me quedo [hasta cuándo].
no quiero saber nada.
no quiero que me hablen.

..,

me gustaría volver a esa forma del amor tan vieja de hace mucho tiempo. por un rato. esa forma del amor desesperante y absoluta que destruye todo. esa forma del amor en la que la única manera de sobrevivir era en la piel del otro, en la violencia arrolladora del deseo nuestro,
en la imposibilidad de ser felices juntos fuera los límites de la pulsión sexual.