miércoles, agosto 15, 2018

otra forma más de la locura:

me levanto pensando que el tango de eladia blazquez y piazzolla siempre se vuelve a buenos aires blah blah blah está en la misma tonalidad o por lo menos tiene la misma estructura armónica que el de ruben juarez "se juega".

no necesito comprobarlo (no lo había comprobado antes, no sé en qué tonalidad está el de piazzolla ni lo había analizado). simplemente sé que es así.

...

la otra cuestión que descubrí ayer [o que me dí cuenta que "sabía"] es que el día que me quieras es igual a uno e igual a otro y otro y otro. es decir: para el acompañamiento del día que me quieras puedo tocar la melodía del estribillo de uno y el resultado es perfecto.

lo que me pregunto es cómo hacen/hacían los compositores [los verdaderos] para vivir diariamente con todo eso en la cabeza sin enloquecer del todo.

lo que también noto es que el sistema occidental de música es limitado [siempre me había parecido imposible pensar en él como en algo limitado, cuando leí doktor faustus de thomas mann y el juego de abalorios de hermann hesse me parecían ridículas esas afirmaciones] y ahora empiezo a entender los arduos caminos de la música hacia el atonalismo, el dodecafonismo y todos esos inventos mesiánicos del siglo XX [considero de todas formas que el dodecafonismo es aún más limitado y además es espantoso].  y qué genial fue aquiles con sus juegos y su libertad total para sacarse de encima toda esa sanata filosófica de tonalidad sí tonalidad no, qué desparpajo, cuánto placer. cuánta belleza.

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