domingo, julio 01, 2018

no hay nadie a la mesa excepto yo. son las dos de la tarde casi, tengo sueño en el cuerpo y montones de cosos y cositas en las tetas. el estudio duró una eternidad porque la médica buscó hasta casi abajo de de los músculos.

comí lo que quedó de ayer. nadie parece preocuparse demasiado por el almuerzo.


...

lo bueno es que exista el tango. y la música.
el piano y la literatura. esos son los refugios donde pienso esconderme cuando se acabe el amor y ya nadie (me) quiera o la muerte se me acerque demasiado.

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