martes, noviembre 14, 2017

98.

qué crueldad enorme debe haber en las enfermedades graves. las médicas me trataron bien. me explicaron cosas que no entendí. eran mujeres. como yo [ese universo]. por favor sin ropa de la cintura para arriba. y el cuerpo queda ahí, semidesnudo, expuesto, entregado. me explicaron y me mostraron una suerte de pistola metálica con la que extraerían las muestras. no me mostraron la aguja. tampoco quise verla. me acosté. ponete de costado. y pensé en qué otras situaciones tan diferentes podría estar así, semidesnuda, de costado, entregada, pero sin el miedo. cerré los ojos y respiré profundo, como en la práctica de yoga. me pidieron que no me sobresaltara (cómo puede uno no sobresaltarse o controlar un sobresalto si justamente el sobresalto es eso que uno no controla). de todas maneras me quedé bastante quieta. soy una paciente dócil. dejo que los médicos hagan en general. pregunto lo justo. no quiero saber más de lo que necesito saber. confío. no me parece que pueda hacerse otra cosa que confiar.

el procedimiento es bastante horrible. buscan, comprimen, aprietan para encontrar el lugar donde deben punzar. luego es esperar a que tomen las muestras. y no asustarse con el ruido. ese ruido de la pistola que me hicieron escuchar antes justamente para que no me sorprendiera ni me moviera. 

no pensé nada. sólo ¿cuándo se termina?. hasta que finalmente terminó. me limpiaron y emparcharon y no vi nada. en ese momento me di cuenta de que no estaba tan relajada como creía. solté los brazos. las piernas. y unas pocas lágrimas. de alivio.


...

no sé qué les pasa a mis hijos. siento que no puedo ayudarlos. lucas tiene algo [está de pésimo humor, come poco, duerme a cualquier hora, contesta mal ] y no quiere decirme qué. ezequiel siempre la misma historia. y yo igual: el piano, el cáncer, el miedo, el trabajo, el amor, el sexo, mis hermanos, la comunicación, la des-comunicación, el matrimonio y ¿qué les pasa a mis hijos?



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