jueves, octubre 12, 2017

76.

salgo de casa dos veces. vuelvo a entrar. olvidé algo. qué. olvidé tomar la medicación.

duermo más horas: a las once estoy en la cama con un libro y enseguida me desvanezco, no pude seguir tocando el piano anoche, ni anteanoche, estaba muy cansada. me había propuesto dejar lista para trabajar la sonata 15 de beethoven en dos meses pero no sé. tal vez sea demasiado. me distraigo con otras cosas (arvo part, otra sonata, la número 32, beatles).

es mi modus vivendi: siempre estar distraida con cosas, nunca saber cuál es el centro.

¿nuca querer saber cuál es el centro?

toco bach todos los días, la suite francesa en mi bemol mayor. quiero completarla toda. ya la leí. pero hay que estudiar. la giga es difícil. el resto no. tengo un número sólo de memoria. uno y medio bah. lo puedo hacer con los ojos cerrados. me gusta repetirlo miles de veces. como rezar un rosario. algunas concentrada en cada sonido. otras sin prestar atención a lo que estoy tocando mientras pienso en otra cosa. me gusta tocar y dejar que los pensamientos fluyan al mismo tiempo. va en detrimento de la música, por supuesto. pero está bien como ejercicio mental. o no. no sé bien. quizás es porque todavía no decidí bien por qué quiero tocar el piano. o para qué. sólo sé que quiero hacerlo. y que hay una necesariedad, una inevitabilidad en eso. no es un ímpetu mío solamente, nos es uno más de mis desbordes de energía. siento que es algo más importante, más antiguo, algo que se había dormido o había quedado latente.

¿será? ¿y si me equivocara?

en el trabajo me volví (por la fuerza) más diligente aunque no me interesa en particular. escribo respuestas en inglés a socios japoneses para que alguien las envíe a ecuador. es algo tan desgraciado, no por infeliz, sino por falta de gracia. no es nada. cumplir con cosas que no son nada. aunque, como siempre: sí quiero los fines que el dinero puedo alcanzar.

entre texto y texto escucho de nuevo las sinfonías de beethoven que no tengo tan presentes: la tercera, la octava, la cuarta y la sexta. cinco, siete y nueve las sé de memoria.

las dos primeras ni idea. deben ser muy haydn.

...

no anda bien el si bemol central del piano [notar que ya no hablo de mi falso piano, ahora es uno verdadero. cuántas otras cosas serán verdaderas]. hace una vibración extraña, como una lata en la cuerda. tengo que llamar al afinador.

...

qué hacer con los afectos. con la ampolla de los afectos.

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