miércoles, octubre 11, 2017

75.

durante esa pequeña y dulce ceremonia del café (el que voy a dejar por la mitad porque, ya te diste cuenta, nunca termino mi café), ese recibimiento que sin querer fue inventado para mí, para que de a poco el corazón se calme cuando viene de la calle agitado sin una razón aparente (pero la hay) y llega a ese rincón de la ciudad donde soy (me siento) esperada, decía, durante los rituales del café hablamos de prévert (te hablo y repito los versos que recuerdo de dejeuner du matin)

il a mis le café dans la tasse.

cómo es que no lo conocés. 
te digo: ese poema, lo sabe todo el mundo. 

avec la petite cuillere il a tourné...
sans me parler sans me regarder... 

no, no lo conozco. 

(y me asombro, porque no entra en mi cabeza que no conozcas algo. para mí sabés todo, de una manera indescifrable que no puedo explicar aunque tengo la certeza: él sabe.  y no se trata de un saber erudito sino de algo mucho más profundo más ligado a una capacidad natural de comprender, tu voluntad de comprender y no tanto a la adquisición de conocimientos mediante los procesos de aprehensión de tu inteligencia inquieta o tu curiosidad que, por supuesto, también me asombran y me deslumbran un poco)

te cuento que ese poema lo aprendí cuando aprendí francés, en la escuela. cómo es que no te lo enseñaron?

de nuevo: todo el mundo lo conoce. 

il a mis le sucre dans le café au lait.  

el café queda ahí, se enfría, irremediablemente, sin que llegue a terminarlo. después hay más intercambios, libros, partituras, música y cosas de otras índoles.

Il a bu le café au lait
Et il a reposé la tasse
Sans me parler
Il a allumé
Une cigarette
Il a fait des ronds
Avec la fumée
Il a mis les cendres
Dans le cendrier
Sans me parler
Sans me regarder
Il s'est levé
Il a mis
Son chapeau sur sa tête 
Il a mis
Son manteau de pluie
Parce qu'il pleuvait
Et il est parti
Sous la pluie
Sans une parole
Sans me regarder
Et moi j'ai pris
Ma tête dans ma main
Et j'ai pleuré.

0 Comments:

Publicar un comentario

<< Home