jueves, marzo 02, 2017

después te das cuenta de que el oriente no era el oriente sino el sur (miraste bien el mapa) y en la luz del contento aparece de repente una mancha pequeñita que revolotea leve, la polilla de la incertidumbre a la que elegís ignorar porque ¿para qué? si total nunca podremos conocer el sentido verdadero de las cosas.

tampoco importa.

deben ser un fin en sí mismas.

este somero acto de escribir ahora, por ejemplo, comienza acá y termina acá y es simplemente un ejercicio de conciencia, en este caso de las posibilidades del decir (no decir nada en realidad). como bailar ayer [las posibilidades del cuerpo], como cojer [las posibilidades de la concreción del deseo] como el momento de encender el cigarrillo [...la negación de las posibilidades...] o de decir te quiero [las posibilidades del afecto] o leer poemas de otros [las posibilidades del placer] o de hacer música [como dejar correr los dedos y escribir sobre el teclado negro en este acto que comienza acá y termina acá, etc]

...

estoy contenta [mucho] y me da miedo [un poco: siempre el miedo ahí, acechando] ser tan torpe o tan atolondrada [en la reunión de ayer por ejemplo le dije al pibe: soy extremadamente ansiosa y eso me perjudica, lamento haber comunicado mal si es que así fue. y después: me alegro y hubo sinceridad en la declaración] decía, me da miedo ser tan torpe que no pueda llevar bien este jarrón lleno de felicidades, que se rompa o se derrame y se me pierdan los regalos.

...

ah, qué tarde se hizo y yo sin luz en casa.

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