martes, enero 24, 2017

cada tango dice lo que dice y además más y otra cosa

por primera vez presto atención a las orquestas de tango y a la música. antes un tango era un tango a secas. ok: sí sabía apenas que di sarli no es lo mismo que pugliese ni d'arienzo, que hay un tango que tiene una parte robada de un estudio para piano de chopin, y que hay otros con letras muy tontas, pero hasta ahí nomás llegaba mi amor. resolvía la cuestión con un y yo qué sé qué tango es ese interior que me libraba de toda responsabilidad. además me enseñaron: porotita vos siempre tenés que seguir al tipo antes que a la música, tenés que hacer los pasos "bien", decodificar la marca,  porotita no me muevas las caderas, porotita no te apures, porotita esperá, etc,

demasiadas preocupaciones ¡pobre porotita! como para andar fijándome en el dueño de la orquesta.

pero ahora.

ahora pongo tangos todo el día.

ahora es todo ¡ah!, este tango era de tal y este otro de cuál, qué maravilla, así que ese que me encantaba se llamaba fulano o mengano y aquél era de una época anterior o posterior al otro [mentira, todavía no los ordeno en el tiempo] y etc, etc.

es como correr un velo y ver de cerca algo que siempre estuvo ahí, algo de lo que apenas adivinaba la forma.

es como ponerle nombre a las cosas.

por ejemplo, ese tango, tigre viejo, lo habré bailado ¿cuántas veces?, el lamento del bandoneón y las cuerdas en pizzicato sosteniendo y después el violín y las cuerdas que siguen con el pizzicato tin tin tin, o plin plin plin [cuál es la onomatopeya para el pizzicato] lo podría escuchar en loop eternamente, el piano que "presenta" a los otros instrumentos sin tomar protagonismo nunca, eso me gusta (el piano por detrás, hay unos glissandos con las cuerdas, pero no mucho más, el piano es el hombre, da lugar para que el bandoneón y los violines se luzcan), toda la tarde de hoy tigre viejo mientras pensaba las preguntas que les tengo que hacer a los de la refinería por la valuación, y no las escribía o las escribía dos veces, lo peor es que cuando quiera recordarlo y no tenga la música a mano no voy a poder, o sí. no sé. pero no importa.

y en mi memoria, la idea del poema de pizarnik:

esperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje, alguien canta el lugar en que se forma el silencio. luego comprobará que no porque se muestre furioso existe el mar, ni tampoco el mundo. por eso cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa.






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