jueves, octubre 13, 2016

volví pero es como si no hubiera viajado.

hay un atavismo en mi memoria emocional que no me deja despegarme del todo del sufrimiento. porque hubo mucho placer también.

...

la ciudad es agobiante. como un aleph recortado del mundo donde están todas las soledades juntas caminando rápido sin prestar atención [las personas] a su propio ritmo cardíaco porque no hay otra forma de vivir --o por lo menos de transcurrir en este espacio-- que siendo uno con el pulso de la calle. no se puede ir más lento. no se puede ir más rápido. salir afuera es subirse a una cinta que te obliga a caminar con una determinada cadencia y no otra.

la de la ciudad.

la de saber que ahí está todo y no podés tocarlo. y eso es lo que te obliga a volver. no es un regreso forzado, no. es un regreso querido. ¿quién no desea estar en nueva york? quién no desea su música, la gente bella de todos los colores, cada vagón de subte es un muestrario de la piel del mundo, la comida, italia, españa, china, thailandia, japón, francia, argentina y no sé cuántos todos los países.

...

0 Comments:

Publicar un comentario

<< Home