sábado, julio 26, 2014

nos salvó brasil

cuando el pronóstico era de tinieblas y silencio (o más o menos eso me dijo con los ojos llenos de lágrimas porque, cómo era posible que yo volviera tarde a casa si él me estaba esperando, cómo era posible que no me importara). entonces hablamos de los discos, probamos uno de hermeto pascoal de esos de jazz críptico que sólo lo disfrutan --creo-- los que lo hacen. no nos gusta o nos aburre un poco. ensayo esta explicación "y qué querés si el tipo se llama hermeto". y así, seguimos un rato, bailando abrazados con la música,  después de tantos años es una bella suerte de coreografía, los besos, las caricias, la noche que se cierra.

más tarde pienso (y no lo digo) que me molesta llegar cada atardecer y todos afiebrados con sus computadoras, televisores, juegos on line, etc. y yo que solamente quiero ver una película, escuchar música, hablar de algo. compartir algo.

...

en el teléfono soy lo más árido de la mañana. pensé antes en papá y en lo mucho que lo extraño. pero cuando llama, no se lo digo (otra cosa más que mezquino).

...

ahora, por ejemplo, la espalda me pide salir.

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