mientras escucho el concierto de madame sousatzka (es decir, uno de los que eran interpretados en la película homónima)... releo. cosas viejas. algunos sonetos pornográficos que me hacen sonreir (dios mío, sonreir... ni siquiera calentar).

mañana tercer grado. nuevamente comienzan las clases, el trajin diario, la madrugación.

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escuché hoy una frase genial en la radio "en esa época maradona era la molleja de la parrilla de Dios".

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del faro, las playas, los atardeceres no he dicho nada. es una pena --y es una obviedad decirlo-- que las vacaciones se hayan terminado. ninguna mención al "té de señoras" ni la mesa servida con tortas y pasteles y las interminables e ineludibles conversaciones acerca de "muchachas paraguayas" y otros lugares comunes de la tradición reaccionaria con la que aledañamente convivo (escuchá a todos, observá, decía mi madre). el mar, el cielo, la felicidad de dejar al cuerpo mecerse con la cadencia de las olas... ya no son más que una sucesión de palabras que escribo con el fin de releerlas para cuando la memoria se me vuelva esquiva.